Kimi estuvo un rato observando la soledad que reinaba en el puerto al rato de que Sebastian lo hubiese cruzado a prisas. Tenía la mirada clavada en la madera de aquel suelo que acababa en el cemento del paseo marítimo. No pestañeaba, y por más fuerza que destinaba a ello, su cerebro seguía haciéndole sentir culpable por cómo Sebastian le había mirado. No le hacía falta buscarle o llamarle para comprobar que su amigo sabía que le había ocultado aquello. Su sola reacción de salir corriendo tras él para no permitirle poner la rampa le delataba, y le había dejado marchar sintiéndose la persona más desgraciada del mundo.
Y ahora tenía dos frentes abiertos a los cuales no sabía enfrentarse. No contaba con ver a su amigo hasta Canadá, y una vez allí el intentar mantener una conversación lejos de cualquier complicación iba a ser una tarea difícil. Pero para eso, pensaba, quedaba aún media semana y tenía tiempo por delante para analizar su estrategia, y decidió centrarse en el otro frente, aquel que había salido corriendo hasta el interior de barco una vez la imagen de Sebastian estaba tan alejada como para impedirles verle con claridad. Cogió aire y centró su renovada fuerza en cerrar los ojos por un momento e intentar evadirse de aquello, pero a sus espaldas sonaban unos pasos lentos que iban a su lado.
- Yai no abre la puerta... Se ha encerrado en el cuarto.-volvía a tener los ojos abiertos fijos en el puerto, en sus luces que se difuminaban con el paso de los segundos. Sandra se colocó a su lado y se perdió en los mismos focos. Soltó un suspiro nervioso con la boca cerrada, lleno de temblor, provocando una corriente nerviosa por todo su cuerpo. Kimi la miró y vio en ella la pena que sentía ante lo que acababa de suceder.
- Iba a pasar tarde o temprano.-ella asintió con media sonrisa.- No podíamos hacer nada.
- Ni podíamos ni podemos ahora.-pensaba en su amiga y en su nulo interés en abrir la puerta de su camarote al resto. Se sentía devastada, y todo lo que sentía de desaprobación hacia su amiga no existía en ese momento. Había tenido su momento para culparla, para reprocharla y avisarla de que eso pasaría, y ahora que todo había llegado sólo quería ayudarla a sobrellevarlo. Ignorando por encima de todo si lo merecía o no. Cerró los ojos como había hecho Kimi, buscando no pensar en nada, y se sintió a salvo de ello cuando el chico pasó su brazo por sus hombros para acercarla a él, haciéndola saber que no iba a estar sola en eso.
Se giró con ella y la animó a bajar de nuevo por la escalera, y ambos se quedaron sin destino al que dirigirse una vez entraron en la sala. La mirada de Sandra se clavó en la puerta que guardaba a su amiga, y se posó al lado de ella intentando escuchar a través de la separación, pero se concentraba tanto en no querer oírla llorar que sus oídos decidieron camuflar cualquier tipo de sonido en silencio. Volvió a mirar a Kimi y este se encogió de hombros asumiendo que no había remedio, y fue hacia la mesa a sentarse en el sofá. Sandra fue con él, y sólo al acomodarse recordó el dolor de estómago que tenía y que parecía haber quedado en un segundo plano.
La mesa estaba repleta de comida mexicana que había colocado Kimi mientras pensaban que Sebastian curaba a la chica de una herida que finalmente se llevó él en mayor medida. Miraron todo aquello como si formase parte de la decoración que les rodeaba, y a Sandra le molestaba tanto verlo todo allí que decidió estropear la imagen. Movió su mano y la llevó al plato de nachos, y cogió uno bien cargado de queso y frijoles y se lo metió en la boca. Lo masticaba como si llevase años sin comer y Kimi la miraba asombrado, dibujando poco a poco una sonrisa en sus labios. Ella le vio y no pudo evitar reírse.
- Tengo hambre.-informó, dejando a un lado la ironía de haberse encontrado mal precisamente por un empacho hacía unos minutos. Kimi volvió a sonreír y acompañó a la chica, cogiendo otro nacho y haciendo lo mismo que ella. Al fin y al cabo, la cena estaba hecha para ser ingerida. Siguieron comiendo, en silencio, pues ninguno tenía nada que decir que pudiese arreglar aquello, y cuando el plato de nachos quedó vacío, Kimi se levantó para llevarlo a la encimera y dejarlo allí. Volvió para sentarse ante el bostezo de Sandra.

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MAPS
FanfictionTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...