C181 - Seguir intentándolo

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Podría haber dedicado su despertar a intentar entender por qué estaba tan agotada, pero el acurrucarse un poco más y dejarse llevar por la calidez mañanera era mucho más apetecible. Ronroneó inconscientemente, encogiéndose como siempre cual ovillo a un lado y ocultándose bajo toda su melena. No quería moverse de allí hasta que algo la obligase a ello. Ese algo era Kimi.

- ¿Vas a estar durmiendo todo el día?-hablaba en alto, molestándola. Ella ronroneaba en respuesta.- Eh, tú, gato.-la movía. Estaba sentado a su lado, ya duchado y vestido. Hacía rato que se había despertado pese a que Sandra sintiese todo aquello como suyo en soledad.- Eh.-insistía.

- Déjame...-pedía.

- ¿Tan pronto? No llevamos ni una semana, joder—

- Kimi...-insistía. Él rió al verla croquetear por la cama, alejándose de él. Kimi aun así tiró de su brazo para devolverla a su lado.

- ¿Cómo coño puedes estar tan cansada?

- Estoy a gusto, es diferente...

- Pues espabílate, tu tribu quiere que bajes a desayunar en media hora.

- Tengo que ducharme...

- Pues no voy a traer un grifo a la cama.-le dio una patada como protesta por su poca colaboración.- Va, venga.-se levantó él tirando de nuevo de su brazo, haciendo que se sentase. Su cara era de pena y súplica, aunque era difícil verla entre tanto pelo rizado alborotado por su cabeza. Él rió.- Mejor que te duches, sí.-optaron por moverse al cuarto de la chica, algo que les llevó mucho tiempo. Sandra se tuvo que vestir para, a los dos minutos, desvestirse de nuevo en su dormitorio y disfrutar de una ducha que la despertase. Kimi, por no esperar aburrido, la acompañaba en el baño. Sentado sobre un taburete y sacando cosas de un neceser para intentar entenderlas.- ¿Necesitáis tantas cosas para pintaros? ¿En serio?

- ¿No has visto lo que usa Yai?-Sandra hablaba en voz muy alta.- Ella usa muchas más cosas que yo...

- No necesitáis tanta mierda, no sé por qué—

- Porque nos gusta.

- Pero eso es engañarnos a nosotros.-buscaba picarla un poco.- Os ponéis de todo y luego nos creemos una cosa que por la mañana no vemos.-La chica sacó la cabeza por la cortina de la ducha, la cual pesaba más de lo normal. Tenía el pelo lleno de espuma.

- ¿En serio, Kimi? ¿En serio? ¿De verdad os engañamos? ¿Os creéis que tenemos los párpados o labios de colores? ¿En serio?-él rió y ella se devolvió dentro.

- Yo ya te he visto de verde entera, después de eso ya...

- Espero que no te pensases que estaba mutando.-rió él.

- Podría, pero no.-pausaron un poco, facilitando la labor a la chica bajo el agua. Aunque eso no supuso que saliese tan pronto como a Kimi le gustaría.- Cuando salgas y te vistas, en el buffet ya están poniendo la comida de la tarde.

- Estás pesado ¿Eh? ¿Qué prisa tienes por bajar? ¿Tanta hambre tienes?

- No, no...-no quería reír.

- Pues deja de meterme prisa.

- Es que a este paso—

- ¿Si tantas ganas tienes de bajar por qué no vas ya?-soltó una leve carcajada.

- Sin ti no tiene tanta gracia.-Sandra no dijo nada durante unos segundos, y tampoco se movió bajo el grifo. Buscaba entenderle.

- ¿Eh?-preguntó finalmente.

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