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C62 - Secretos

- En serio, podemos hablar luego.-Lewis insistía en que no quería molestar, y aunque Yaiza ya estaba frente a él con los brazos cruzados y un rostro demasiado lastimero, no tenía fuerzas para decirle que sí, que les dejase en paz en ese momento.

- Qué quieres.

- Hablar.

- De qué.-especificó la pregunta. Él cogió aire.

- ¿Puede ser en otro sitio? No sé, no en medio del hall.-propuso, y ella, haciendo el gesto opuesto a él, soltó todo el aire para comenzar a andar. Lewis la siguió, pero Yaiza iba sin rumbo fijo y se paró en medio del hall mirando a la escalera.- Podemos ir a la terraza.-no sabía ni siquiera a qué se refería, pero aceptó con tal de poner fin a aquella charla. Subieron en el ascensor hasta la última planta, y Yaiza no recordaba una situación más incómoda que esa en su vida. Salió disparada del habitáculo cuando este abrió las puertas, y sintió que el pasillo de la planta más alta de ese hotel tenía más oxígeno para ella que cualquier otro lugar. Lewis la indicó el camino, y llegaron a una especie de terraza acristalada que tenía el pub VIP del hotel. Estaba completamente vacío, pues sólo eran las siete de la tarde, y él dejó que fuese ella la que tomase asiento donde quisiese. Se sentó al final del todo, y él la acompañó.- ¿Quieres beber algo?

- Quiero que me digas qué quieres.-no había descruzado sus brazos desde que llegó a él en el hall, y sentía que no quería hacerlo porque no estaban las manos de Sebastian para agarrarla. No le miraba, y Lewis sentía que lo iba a tener muy complicado para hablar con ella.

- Quiero disculparme.-ella alzó una ceja, fingiendo sorpresa.- Y también quiero que me escuches, por eso sólo te pido unos minutos. Luego te dejo que me odies todo lo que quieras.-le miró de reojo, y como si él tuviese toda la razón del mundo, se sintió presionada para hacerlo. Dejó sus brazos sueltos, y se mostró así más receptiva ante el inglés.- Creo que el otro día no tuvimos una conversación justa.

- ¿Justa?-le contestaba con tono irónico.

- Tengo la impresión de que acabamos de hablar y te fuiste con la idea equivocada.

- ¿Tú crees?-él asintió.- Estás enamorado de Nicole, y yo sólo he sido un juguete para olvidarte de ella, un juguete defectuoso por cierto porque obviamente no cumplí mi función. ¿Cuál es la idea equivocada?

- Todo.-ella rió de la misma forma con la que hablaba, irónica, pero él seguía totalmente serio.-Yai, estoy enamorado de Nicole. Lo he estado siempre, ya sea desde que apareciste como desde antes. Siempre. Pero tú no has sido un juguete.-lo dijo con desprecio. Ella continuó con su risa.- Me gustas muchísimo.

- No empieces—

- Yai, déjame hablar.

- No, no te dejo hablar. Después de todo lo que me dijiste lo último que quiero es dejarte hablar.

- Nunca te he dicho que no me gustes.

- No, pero me has dicho que no te gusto lo suficiente.

- Eso no es verdad.

- Decirme que no tenías intención de tener nada serio conmigo porque estabas enamorado de ella viene a ser lo mismo.

- Es que no es eso lo que ocurre.-se estaba poniendo tan nerviosa que decidió guardar silencio y escucharle.- Yai, claro que tenía intención de tener algo contigo, es sólo que no tan pronto, porque tenía lo de Nicole muy reciente. De hecho sigo pensando lo mismo, pero eso no significa que no me gustes o que no quiera tener algo contigo hasta que pueda hacerlo serio.