C166 - Factor sorpresa

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Ni el sol ni el mar ayudaban a sobrellevar todo aquello. Desde que había llegado a Barbados, su rutina diaria se basaba en salir del hotel en dirección al barco, y del barco a donde la llevasen a comer. Las tardes variaban en función de los intereses colectivos, en los que ella nunca tenía opinión.

Esa mañana de sábado en especial, el barco que Lewis tenía alquilado en una de las costas más bonitas que había visto tenía más inquilinos que en los días previos. No recordaba ninguna información que le explicase el motivo de esas visitas, pero no se iba a poner ni a cuestionarla ni a criticarlas. Se conformaba con ignorarlas.

Lewis había invitado a amigos suyos a pasar el día con ellos, y eso implicaba un mayor esfuerzo por fingir que todo estaba bien. Se ayudaba tanto de Nico como de Dani para evitar participar en conversaciones extensas, y se evadía en su soledad para no formar parte de actividades que lo último que hacían era ayudarla. Aunque eso último era algo que la llenaba de preguntas, pues a esas alturas no sabía qué hacer para al menos intentar sentirse un poco mejor.

- Tal vez te viene bien...-Nico la insistía. Cada vez que Sandra rechazaba algún plan o el simple hecho de opinar sobre ello, hablaba con ella como si de una sesión psicológica se tratase. Ponía más esfuerzos en ello que los demás. Lewis, encargado de llevar a cabo cualquier plan diario, se perdía intentando imaginar algo que pudiese animarla. Por otro lado, Dani, se desesperaba al ver que no era capaz de recuperar a la Sandra que conocía. Eso dejaba a Nico como el único con la paciencia y capacidad suficiente de ponerse en su lugar. Aunque su estado había quedado más allá de un segundo plano, el alemán sentía aún una extraña sensación en su interior tras abandonar Rusia. No quería sacar nombres con Sandra, lo último que quería era derrumbarla aún más, pero su garganta le pedía a base de dolor que buscase la manera de desfogarse. Necesitaba hablar más de lo sucedido, y en cambio sentía que todo permanecería con él encarcelado.

- Creo que lo último que me apetece ahora mismo es montar en motos de agua.-estaba tumbada sobre una hamaca con un bikini negro, con las piernas recogidas hacia el pecho, mirando un teléfono móvil sin prestarle en cambio atención. Nico permanecía frente a ella, sentado con los pies sobre el suelo y con un bañador del color opuesto al de la chica, un blanco que radiaba luz. No esperaba otra respuesta de su parte, pero no por ello se fue de allí.

- A mí tampoco me apetece mucho, pero podemos mirar desde la distancia cómo se pegan entre ellos.-Sandra alzó la mirada hacia Nico, que ocultaba la suya tras las gafas de sol. Le frunció un poco el ceño.- Lewis es muy competitivo, estoy seguro de que sus amigos no serán menos.

- De ahí a pegarse...-Nico se sonrió con cierta lástima.

- No era literal.-ella asintió, entendiéndolo.- A esto me refiero, tal vez deberías desconectar.

- Ver a Lewis pegarse con sus amigos en unas motos no va a ayudarme mucho.

- ¿Es por las motos?-la chica volvió a fruncir el ceño. Ahora Nico no se atrevía a explicar su suposición.- La última vez que montaste en una se lió un poco.-Sandra volvió a asentir, pero con mayor pesadez.

- Fue la última y la primera, la verdad.-no quiso entrar en el tema en cuestión en un inicio.- No, no es por eso, pero supongo que ahora sí lo puedo incluir en los motivos.-Nico hizo una mueca de culpabilidad.

- ¿Quieres que hagamos algo? Ya te digo que a mí tampoco me apetece mucho...-negó.

- No me apetece nada en especial...

- ¿Y algo que no te desapetezca mucho?-Sandra expulsó una ligera risa forzada. Él lo hizo de forma más sincera

- Creo que me iré al hotel...

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