C23 - Puesta al día

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Nico se levantó bajo el gran edredón que le impedía siquiera ver la luz que entraba por la ventana. Cuando consiguió aparecer por uno de los finales de la tela, descubrió que estaba solo en la cama. Dudó un momento en si había sentido a Sandra salir de allí, pero la verdad es que su sueño fue tan profundo que apenas recordaba quién era.

Se levantó de la cama y se estiró para intentar traer claridad a su mente. Fue al baño y se lavó la cara y a poco más toda la cabeza, pues la sensación de frío le sentaba tan bien que llenó de agua su cuero cabelludo. Se secó con la toalla, la cual tiró hacia un lado sin colocar y fue hacia la zona centro de la habitación. Allí, con los brazos en jarra, pensó en dónde estaría la chica, sin venirle ninguna idea a la cabeza. Era tarde, e ignorando el hecho de que llegaba con retraso a trabajar, dio por hecho que la Sandra no podía estar en el buffet, pues este estaría cerrado.

Se dispuso a abrir la puerta para intentar encontrarse con ella de camino al circuito, pero no le hizo falta buscar mucho pues se topó con su rostro serio justo en la puerta. Solo que Sandra no intentaba entrar o salir de su cuarto, sino que miraba con furia la puerta de al lado. Nico rió.

- ¿Aún no ha venido?

- No.-volvió a reírse.- Y tú aún no te preocupas.

- Estará bien, en serio.-se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.- Voy al circuito
¿Vienes?

- No, tengo que esperarla. He de supervisar su trabajo ¿recuerdas? Sin ella trabajando no tengo nada que supervisar.

- Vale, vale, pero no me comas.-ella hizo una mueca en protesta y dejó marchar a su chico. Puesto que llevaba más de una hora en el los interiores de hotel, subiendo y bajando y llamado a su amiga sin parar, decidió entrar a su propio dormitorio. Allí se cambió de ropa, se puso el uniforme y preparó su mochila y la de la chica, por si llegaba con demasiado retraso. Visto que faltaban sólo veinte minutos para ir a supervisar la primera entrevista del día, Sandra decidió entre insultos bajar hacia el hall e ir por su cuenta. Cogió su mochila y la de Yaiza, y en ella metió desde el uniforme hasta el material necesario para la jornada de trabajo. Iba intentando meter las cosas a presión cuando se chocó con una figura en el hall, haciendo que todo cayese al suelo.

- ¡Yaiza!-gritó con furia, y su amiga abrió los ojos del susto, pues iba medio dormida.

- Ho-hola.

- ¡Dónde narices estabas! ¡Nos dijiste que venías a China!

- No grites...-la pedía, y menos en castellano, pues el que nadie las entendiese provocaba que todos las mirasen.

- ¡Cómo tienes la poca vergüenza de decirme que no grite! ¡Dónde coño has estado! ¡Hemos tenido que llamar a todo el mundo para saber dónde estabas!

- ¡Le dije a Samantha que no vendría!

- ¡Bueno— se cortó a sí misma- a Samantha no la he preguntado!

- Entonces no es mi culpa.

- ¡Sí lo es! ¡Dónde estabas y por qué no me dijiste nada!-Yaiza tragaba saliva, pues había debatido cómo decirle a Sandra dónde había estado, y la verdad es que la presencia de Kimi y Sebastian justo detrás de ella fue suficiente para no tener que informar de nada. Sandra se los quedó mirando con los ojos abiertos como platos, y la boca desencajada como si dejase que sus palabras saliesen sola hasta sus destinatarios. Sebastian tenía la cara medio agachada, y Kimi sin embargo estaba cruzado de brazos a punto de sonreír. Sólo por el placer de hacerla rabiar.- Es una broma ¿Verdad?

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