Les terminó pasando más factura de la que imaginaron en un inicio. Muchos no llegaron a cruzarse durante el miércoles que les quedaba por delante tras su llegada al hotel, y los que lo hicieron sufrieron a la hora de comunicarse. Falta de voz, dolores de cabeza, y más de algún dolor muscular a causa de la motivación les llevó a más de uno a no querer abandonar su dormitorio salvo para alimentarse.
Cuando Sebastian se despertó la mañana del jueves no pudo evitar sonreírse, sin necesidad siquiera de estirarse primero, al sentirse el único en plenas condiciones de aquel grupo al cual recordaba moribundo. Miró a su lado y vio a Yaiza dormir, aparentemente de forma plácida y cándida, y se sonrió un poco más al recordarla de todas formas menos de esa en su noche anterior junto a él sobre ese colchón. Era un día importante para el alemán, y necesitaba empezarlo de la mejor manera posible. Se acercó un poco a ella con el rostro, sin querer rozar su piel con ninguna parte de su cuerpo, y la besó en la unión de su cara y cuello, estremeciéndola en el acto y erizando su piel.
Su conciencia necesitó unos segundos más antes de despertarla, haciéndola ignorar tras ello el motivo de su desvele. Girándose poco a poco hacia el otro lado, dio con Sebastian claramente emocionado por verla. Al menos así lo dejaba caer su media sonrisa y ojos perezosos. Decidió imitarle.
- Hola...-le susurró un saludo tierno antes de abrazarse a él por el lateral. Quería seguir durmiendo, y si podía ser pegada a él, mejor. Pero Sebastian tenía otros planes.
- No te acomodes, hay que ponerse en marcha.-no tenía muchas fuerzas aún como para reír sonoramente. Yaiza se separó de él sollozando y se sentó a su lado, tapándose con la sábana con la misma pereza con la que se acomodaba. Tenía el pelo completamente desordenado por la cabeza, y marcas de almohada decoraban la piel de una de sus mejillas de forma bastante graciosa. Sebastian decidió reír un poco más animado. Negó.- No conozco a nadie a quien le afecte tanto dormir ¿eh?-recolocó su pelo como pudo. Ella se dejaba con media sonrisa.
- Cuando consigo dormir, lo aprovecho.
- Ya veo...-siguió tocando su pelo de forma aleatoria, y ya sin motivo aparente. A Yaiza se le fue borrando poco a poco la marca de descanso de su piel.
- ¿Estás bien?-sabía que sí, y quería vérselo reflejado. Sebastian cesó en su toqueteo y simplemente la miró, con media sonrisa. Luego asintió sincero, provocando la misma alegría que sentía en ella. Se acercó a él y le dio un beso, lo más sentido que le permitían sus aún leves fuerzas.
- Ahora mejor, de hecho.-rió a su comentario.
- Voy a ir a mi cuarto...-tras otra tanda de besos, Yaiza tuvo que poner fin a algo que de no ser interrumpido se alargaría en el tiempo. Ahora el que sollozaba era él, dejándose caer de nuevo sobre el colchón a la vez que ella se ponía en pie en busca de su ropa. Disfrutó de la imagen hasta que estuvo completamente vestida, cuando decidió hablarla de nuevo.
- ¿Cuando vivamos juntos vas a darme estos despertares?-acompañó la sonrisa que le causaba oírle decir eso con un pequeño escalofrío. Se giró a él desde lo alto, sin saber muy bien qué decir. Negó, entristeciéndole cual niño.- Entonces cancelo mi oferta...
- Cuando vivamos juntos –añadió, sentándose sobre el colchón para acercarse a él y toquetearle ahora ella el pelo.- no tendré que irme a ningún cuarto para ducharme ni vestirme.-Sebastian tenía los ojos cerrados, apoyándose sobre la pierna de Yaiza con el rostro. Se sonrió al poco.
- Cuando vivamos juntos no hace falta que te vistas si no quieres.-ella rió.- Yo ya sabes que te dejo ir como quieras.
- Faltaría más.

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MAPS
Fiksi PenggemarTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...