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C158 - Explotar

Sus piernas le pedían coger un autobús que la acercase al hotel con tal de no seguir funcionando. Optó en cambio por torturarlas un poco más al igual que a su cabeza, a la que atormentaba con la voz de Sebastian repitiendo una y otra vez sus intenciones de acabar con su relación.

Aceptaba su culpa al completo. Asumía que eran sus acciones las que habían llevado a que el chico quisiese acabar con todo, y sin embargo se veía incapaz de hacer nada para solucionarlo.

Cuando llegó al hotel era casi medianoche. No había mirado el móvil en ningún momento, ignorando cualquier cosa que hubiese podido pasar porque nada era suficientemente importante como para hacerla dejar de pensar en él. Sus piernas se vengaban de ella parando en seco nada más entrar al hall, frente a un Charles que paseaba dando vueltas sobre un azulejo mirando a las musarañas. Sintió un escalofrío, algo que la hacía dudar sobre cómo actuar con el francés después de todo. Pero seguía viéndose incapaz de hacer nada, y menos cuando el chico la vio y se sonrió acercándose a ella.

- ¿Dónde te metes?-agarró su rostro con las manos para darle un beso que la dejó aún más perdida.- Te he escrito mil veces.

- He estado liada...-él bajó sus manos a la cintura de la chica. La miraba estando pegado completamente a ella, buscando desestabilizarla un poco. Yaiza no se inmutaba.- Las cosas en Red Bull no están muy bien.-él asintió.

- Y han decidido explotarte a ti.-terminó de llevar sus manos a su espalda, cruzándolas y acercando a la chica un poco más a él mientras con su rostro iba a su cuello para darla besos.

- Bueno, es normal, necesitan ayuda—

- Que se busquen a otro.-no quería parar de darle besos. Ella simplemente se dejaba.

- He trabajado mucho con ellos... Confían en mí, me siento alagada.-él no respondió.- Y bueno, de cara a la semana que viene es bueno que empiece a—

- ¿Qué pasa la semana que viene?-cambió de lado en su cuello.

- Vuelvo a Red Bull.-el chico se separó para mirarla con el ceño fruncido.

- ¿Cómo? ¿Y eso?

- B-bueno, ya lo sabíamos. Vine a Lotus sólo por un tiempo, luego iba a volver a Red Bull...-él puso los ojos en blanco, separándose de ella.- ¿No lo sabías?-negó.

- ¿Y no puedes cambiarlo?-bajó la mirada, sin querer responder. Él esperaba.

- Me gusta trabajar en Red Bull.-alzó el chico las cejas.

- Pero trabajarías con Seb.-asintió.- ¿Acaso quieres trabajar de nuevo con él?

- H-hoy he estado todo el día con él, no ha ido tan mal, sólo es trabajo y—

- A mí no me apetece que vuelvas a trabajar con él.-se cruzó de brazos con dejadez. Ella recorría su brazo izquierdo con la mano contraria, nerviosa.

- ¿C-cómo?

- Hombre –se encogió de hombros.- no es que me apasione la idea de verte con tu ex de arriba para abajo todo el—

- No es mi ex.-puntualizó.- N-no lo hemos dejado.-él fingió sorpresa.

- Entonces permíteme cuestionarme el cómo llevas las relaciones.

- N-nos dimos un tiempo, y podíamos hacer lo que quisiésemos—

- Ya, ya, me sé la historia.-bufó.- Mira, no soporto hablar de él, así que—