C148 - Golpe sereno

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No le entraba en la cabeza. Por más que intentaba entenderlo, la razón se ponía de su lado para hacerle saber que no tenía nada de lo que preocuparse, que él estaba en lo cierto. Y sin embargo algo en su interior le llamaba esperando hacerle sentir culpable. Esperando un motivo que le hiciese creer que en el fondo Sandra y Dani habían hecho lo correcto y que él no tenía que estar así.

El café le sentaba mal. Lo último que quería hacer era subirse a un coche. Lo último que quería hacer era ver a nadie, salir de allí o hacerle frente al futuro más inmediato.

El arrepentimiento no estaba con él. Mantenía cada palabra que le había dicho la noche anterior a Sandra, pese a su deseo por verlo todo bien. No quería hacer más el tonto, pelear por algo que esa mañana de viernes veía tan lejano e imposible. Estaba harto, harto de ser tan inocente, tan iluso y tan esperanzado. Cuando vio a Yaiza sentarse frente a él como si nada pasase recordó que en realidad, a la vista de la chica no había nada de lo que hablar, al menos en cuanto a su historia. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para que su voz no le abandonase y se lo contase. La miraba atónito a causa de su propia ansia. Se mordió el labio mientras ella untaba su tostada de mantequilla. La necesitaba. Necesitaba a su amiga y necesitaba contárselo. Y sin embargo otra vez su inocencia le impedía hacerlo. Sólo por no estropear las cosas.

- La mantequilla de este sitio deja mucho que desear...-Yaiza protestaba dejando el cuchillo a un lado, observando su cuenco con una masa espesa imposible de untar.- No sé si derretirla un poco en el microondas o... -alzó la mirada a Kimi, esperando el consejo más estúpido que le había pedido. Él seguía igual.- ¿Estás bien? -asintió.

- Trae.-le pidió el cuenco y cogió el cuchillo de la chica. También acercó su plato para, como pudo, intentar untarle a Yaiza la crema que tanto problema le estaba dando. Cuando hubo acabado, le devolvió el desayuno.

- Gracias.

- De nada.-Ahora la que tenía la mirada fija en frente era ella. Kimi por su parte decidió remober un café ya mareado de tanta vuelta.- ¿Qué tal ayer?-se dio prisa por hablar. No quería preocuparla lo suficiente como para recibir preguntas. Le dio por recordar sus conversaciones con Yaiza hacía un tiempo, sobre una misteriosa chica con la que él manteía relación. Recordaba haberle asgurado a su amiga que le diría lo que quisiese si ella preguntaba. Pero ella se negó, y en apenas unos segundos Kimi suplicaba que le insistiese en vez de no hacerlo. Un cambio de guión que sólo entendía gracias a la locura.

- Hablé con él.-alzó la mirada, sorprendido. Sus pensamientos quedaban a un lado por cierta suerte.- Con Seb.-asintió.

- ¿Y bien?-la dio tiempo, no iba a ser él el que la metiese prisa en nada. Yaiza se encogió de hombros.

- Tengo vía libre.-resumió.

- Y piensas tomarla, supongo.-se miraban.- La vía.-asintió ella ahora.- Espero entonces que conozcas el camino de vuelta cuando te dejen tirada, porque no pienso ir en tu busca.-Llevaba un rato suplicando una señal que le dejase beneficiarse de la ayuda de su amiga, y ahora él se la negaba a ella con palabras. Aun así sabía que hacía lo correcto. Ella asintió.

- Tranquilo.-lo aceptó.

- ¿Lo sabe el francés?-Yaiza rió apenada.

- Sí. Anoche estuve con él.-Kimi no quiso mostrar mucho susto al oírla, pero se la quedó mirando.- Sólo salimos a dar una vuelta, no pasó nada.

- No has de darme explicaciones.

- Me has mirado esperando una.-volvieron a quedarse callados observándose.- Y yo te la doy.-asintió el chico, volviendo a su café.- Me ha pedido que no vuelva con Lewis. –esperaba ver en él la misma sorpresa que mostró ella al escuchar a Sebastian, pero Kimi parecía aceptarlo.- Yo le he pedido que no vuelva con Hanna.-la obtuvo sin encambio así.

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