C56 - Acostumbrarse

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Tardó demasiado tiempo en llegar al hotel, y eso que no quería estar en otro sitio que no fuese su cuarto. Aun así alargó su camino de vuelta al mismo, intentando comprender el cómo su regreso le podía haber hecho sentir tan mal. Hacía unos días mantenía la ilusión de volver a verla, y sobre todo mantenía la esperanza de volver a hablar con ella. Pero ella le había visto y no había pronunciado palabra.

Se merecía lo que le pasaba, o al menos eso le decían sus pensamientos. Entró con ese remordimiento al hotel, y se dejó caer en uno de los sofás de la entrada, justo al lado de un padre que miraba con su hijo pequeño un folleto sobre el gran premio, sin hacer caso omiso al piloto que tenían al lado. Pasaron los minutos y ni el padre ni el hijo se fijaron en Nico, ni Nico se fijó en el padre e hijo. Ambos se fueron, y dejaron al alemán con su soledad sobre el cómodo asiento mientras analizaba detalladamente la imagen de Yaiza. Centrando su análisis en la propia imagen de la chica, podía decir que ella estaba feliz. Se reía y abrazaba a Kimi, como si los problemas no formasen parte de su vida nunca más. Pero sin embargo recordaba esa mirada de inquietud, de nerviosismo y de miedo al verle a él. De no saber cómo reaccionar ante una piedra en el camino.

Masajeó sus ojos con las yemas de sus dedos pretendiendo borrar la imagen de la chica que perdía su sonrisa al verle, pero esta volvía una y otra vez a su recuerdo, aniquilando a su paso cualquier síntoma de alegría que pudiese provocarle su regreso.

- Ey...- Nico abría los ojos y miraba hacia si izquierda, encontrando a una Sandra que por su expresión parecía haberle estado hablando durante un rato.- ¿Estás bien? –quiso responderle que así de forma rápida, para no preocuparla, pero estaba seguro de que su rostro no acompañaría sus palabras, y decidió alargar su respuesta hasta que ella no necesitó oír nada.- Has... visto a Yai ¿Verdad?-preguntaba con miedo, no queriendo saber si de verdad el chico podía volver a estar mal por ella.

- Sí.-resumió. Ambos guardaron silencio, y Sandra esperó para no presionarle.- ¿Sabías que iba a volver?-ella negó rápido, para no dar lugar a duda.

- Nos cruzamos con ella esta mañana, me quedé de piedra porque la he hablado varias veces desde que se fue y nunca me contestó.-él asintió asimilando la información.

- ¿Por qué ha vuelto?-Sandra no sabía qué excusa darle para no hacerle daño, pero fuese la que fuese no iba a ayudar a Nico, así que decidió no mentirle.

- Supuestamente quería volver con Lewis.-él frunció levemente el ceño.- Sí bueno, a Nico y a mí también nos sorprendió, y más después de lo último con Seb... Aunque visto así sería normal que quisiese volver con Lewis.-él volvió a asentir, y Sandra se volvió a sentir mal por él.- Quiero decir, normal porque bueno, era con quien estaba, no quie—

- Tranquila.-sonrió con un gesto ladeado y apoyó su mano sobre la de la chica, prometiéndola así que no le había molestado el comentario.- Sé que yo soy el último motivo por el cual volvería.

- No digas eso...-le susurró.- Hülk, me siento mal cuando hablamos de esto.

- No has de sentirte mal.

- Pues no puedo evitarlo ¿Vale? Eres mi amigo, y vale, lo que le dijiste no ayuda a la situación, pero no sé, es peor lo de ellos. Parece que no se quieren decidir y tú no mereces estar así.

- Sandra.-volvió a repetir el gesto de su mano sobre la de ella.- A Yai le gusta Seb. Y también Lewis. No yo. No podemos hacer nada respecto a eso.-él sonreía mientras que la chica buscaba fuerzas para hacerlo y dejar de sentirse mal por su amigo.- Venga, va, que deberías estar feliz, que ha vuelto.

- Tú también deberías estarlo...

- Lo estoy.-le costó responder, pero decidió hacerlo de la forma más sincera que pudo para que su amiga le dejase de mirar con tanta lástima.- Y ahora venga, vamos a cenar que me muero de hambre.

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