C24 - Conversaciones poco comunes

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Se mentiría a sí mismo si dijese que se sentía feliz al ver a Yaiza con Lewis, pero había fingido delante de ella que no le importaba. Incluso peor, se ofrecía a escuchar sus experiencias y sensaciones con el piloto británico como si de verdad pudiese ser ese amigo que ella necesitaba.

Pero no lo podía ser. Y maldecía a Kimi por la noche en el bar cada vez que se topaba con él. Porque sus sentimientos estaban claros dentro de su cabeza, pero el hacerlos públicos no hizo más que estropear las cosas para Nico.

Terminó de llenar su tazón con cereales y fue a por leche para rociarlos. Tuvo que hacer malabares con el tazón y el vaso de zumo que llevaba al lado para que estos no se derramasen por su paso, pues el estar pensando en lo que no debía le hizo llenar hasta rebosar ambos recipientes. Llegó a la mesa y los depositó sobre el mantel con tranquilidad, y acto seguido se sentó a acompañar a Nico y Sandra, que hablaban sobre algún tipo de acontecimiento que les llamaba demasiado la atención.

- En serio, por todos lados.-insistía el alemán, y Sandra negaba con la cabeza mientras terminada de comerse un yogurt.

- No me lo puedo creer. A ellos sí, claro, pero a vosotros...-miró al recién llegado- ¿A ti también te preguntan por Domenicalli?

- A mí no me preguntan ni por mí mismo.-respondió enfadado, y su tocayo y Sandra se rieron. Era un tema bastante común entre ellos el hablar del poco protagonismo que tenía Nico en la prensa, pese a ir tercero en el campeonato.

- Me cambio por ti cuando quieras.-le dijo el de Mercedes.

- ¿En todo? ¿Me cedes el liderato?

- No te emociones.-negó con la mano y ambos rieron. Sandra ahora comía una tostada y Nico intentaba beber de su tazón de cereales sin echarse la leche que estaba por el borde por encima. El de Mercedes miraba el móvil. – Lewis hace horas -exageró ese horas.- que no se mete al móvil.

- ¿Eso es raro?

- Se pasa el día con él, y su última conexión fue a las nueve.-el de Force India estuvo por cambiar de tema, pues no quería seguir con el rumbo que tomaba esa conversación. La pareja se sonrió.- Este sigue durmiendo.

- Habrá tenido noche movidita.-puntualizó ella.

- ¿Tenéis mucho trabajo hoy? -Hülkenberg quiso cambiar de tema, pero inconscientemente su pregunta llevó a la continuación del otro tema, lo cual le hizo hacer muecas de disgusto sin que le viesen.

- Esa es la cosa, tenemos mil cosas que hacer y el cabrón sigue durmiendo. O foll—

- Yo creo que me voy a ir yendo.-cortó.

- Pero si no has probado aún bocado de nada.-Sandra miraba por encima el tazón de Nico, que ahora estaba a la mitad, y el vaso de zumo aún a punto de derramarse.

- Me duele un poco la tripa.

Justo una planta más arriba Yaiza empezaba a sentir unas pequeñas cosquillas por el brazo. Se despertó mentalmente, pero su cuerpo seguía queriendo descansar, por lo que pasó su mano por la piel de su brazo intentando espantar aquello que la molestaba.

- Ey, con cariño.-protestó Lewis cuando Yaiza dio un manotazo a su dedo. Esta se asustó y se giró hacia él, y le vio justo a su lado, apoyado sobre un brazo, con la otra mano en alto tras haber estado recorriendo su piel. Sonreía.

- H-hola.-dijo ella con una voz de otro mundo. Él la contestó con el mismo saludo.

- ¿Cómo estás?-pese a que estaba en estado soporífero no pudo evitar darse cuenta de que el chico siempre le preguntaba que qué tal estaba nada más empezar una conversación. Ella, que estaba hundida en su almohada y se estiraba, le sonrió como una niña.

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