C169 - Sol y lluvia

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Todo carecía de sentido. Sandra era incapaz de proporcionarle una respuesta útil a un Kimi que parecía tener todo el tiempo del mundo para esperarla. Si de ella dependiese, en ese instante nunca conseguiría recuperarle ni a él ni a Yaiza. Se negaba a ser perdonada. Visto desde el exterior, la chica comprendía que de ninguna manera debía ganarse de nuevo la confianza de ambos, que su traición era suficientemente necesaria para que ninguno de los dos quisiese no sólo mirarla a la cara, sino saber de su existencia.

Pero sin embargo Kimi seguía allí, expectante y sin síntoma de prisa alguna mientras Sandra mantenía la mirada baja. Sentía que le engañaba de nuevo al no perder siquiera un segundo en buscar una respuesta. Quería que el tiempo pasase, que Kimi se agotase y perdiese la paciencia. Sabía que eso suponía perderle, pero a esas alturas el mentirle para mantenerle era algo que no pasaba por su cabeza.

La aparición inesperada de una aún llorosa Yaiza tampoco la ayudaba a buscar una escapatoria. Kimi ni siquiera se giró para recibirla, aunque la recién llegada tampoco quiso conectar con él de primeras. Miraba a Sandra, al igual que hacía ella. Acto seguido, tras esa breve conexión, Yaiza siguió su camino hacia la cocina sin decir palabra y sin esperar ninguna.

- No vas a decir nada.-Kimi reclamó la atención a Sandra, que le miraba ahora sin saber qué decir. Él se encargó de asentir y dar por zanjada la conversación.

- No hay comida.-al chico no le dio tiempo a girarse para desaparecer por la escalera cuando Yaiza regresaba de la cocina.- B-bueno, hay cereales, pero nada más...-Kimi pareció olvidarse de la conversación de la que venía, centrándose con cara pensativa en lo que su amiga le decía.

- ¿Estás segura? Porque no será que hayamos comido mucho como para—

- Nada de nada. Sólo trajimos pasta, y ya no hay por ningún lado...-hablaban con cierta normalidad mientras Sandra se limitaba a observar cabizbaja.- ¿Qué hacemos? Yo tengo hambre...-él alzó una ceja.

- Vaya, ahora tienes hambre.-Yaiza achinó los ojos y le burló molesta.

- Si lo prefieres dejo de comer, ya estarás acostumbrado.

- No te pongas así—

- Oye, aunque yo no quisiese comer, tú tendrás que hacerlo ¿no?

- ¿Una silla? Si quieres me como una silla.-Yaiza bufó dándose la vuelta un segundo.

- Pues nada, haz lo que quieras.

- Es que no sé qué esperas que haga. No hay comida, no puedo pintarla.

- ¿Ir a comprar?

- ¿A dónde? ¿Al bosque de los orcos que decías?-Yaiza volvió a achinar los ojos, esta vez con desprecio y asco.

- Bosque de Fangorn, inculto.

- Me da igual si hay orcos o fangorns por allí. ¿No puedes hacer galletas?-Yaiza se abrió de brazos con rostro irritado.

- ¿Con sillas? ¿Quieres que las haga yo también con sillas?-Kimi puso los brazos en jarra y negó desesperado.- Se me había ocurrido—

- Si se te había ocurrido algo por qué estamos perdie—

- Porque no me dejas hablar.-Kimi apretó los labios con énfasis para que la chica lo viese.- Gracias.-él asintió en respuesta, sarcástico.- Se me había ocurrido que podríamos acercarnos a alguna de las casas y pedir.

- Brillante.-se notó desde el primer instante que era irónico ya no sólo por la voz, sino su rostro.- Llama a Susan, a ver si—

- Si tienes una idea mejor, adelante.-tras varios segundos, Kimi negó.- Pues entonces no queda otra, porque la lluvia no va a cesar hasta el fin de semana.-volvieron a quedarse callados. Tanto uno como otro pensaban en lo mismo, y eso era la chica que permanecía callada en el salón mirándoles sin querer decir nada.- En fin...-quiso romper cualquier silencio provocado por pensamientos inoportunos.- Que voy a ir a ver si—

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