C106 - Frío abrasador

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Cuando el local se empezó a quedar vacío tanto Yaiza como Sandra cedieron ante las insistencias de Sebastian para regresar al hotel. El chico suspiró aliviado al ver que ambas le hacían caso horas después de la primera súplica y Kimi, que llevaba desde entonces sentado a su lado intentando no dormirse, apenas se creía que por fin regresaban a un lugar en donde poder descansar sin ser observado.

- Ahora empezaba lo mejor...-Yaiza protestaba poniéndose la chaqueta en la calle. Sebastian la miró indignado.

- Son las cinco de la mañana.

- Pues eso.-rió, y él negó dándola la espalda. No pudieron dar muchos pasos sin ser alarmados.

- ¡Eh!-Dani les llamaba desde la entrada al local. Los cuatro se giraron.- ¿Pero ya os vais?

- ¿Ya? –Sebastian se quedó con esa palabra.

- ¡Pero si acabamos de empezar!-Yaiza miró a Sebastian reprochándole que era el único que parecía ir en contra de la fiesta.- Además, tú y yo deberíamos quedarnos, que somos los anfitriones.

- Yo ya estoy mayor para esto.-exageró y comenzó a andar tras Kimi, que hacía unos segundos que había decidido ignorarles a todos para seguir su camino. Llegó a su altura a la vez que Yaiza y Sandra se despedían de él.

- ¿Por qué no te quedas?-Sandra se encogió de hombros en respuesta a su amiga.

- Luego se cogerá un pedal y tendré que cargar con él. Que cargue Hülk.-Yaiza rió y se agarró del brazo de la chica.

- Estoy muerta.-suspiró. Sandra asintió.

- ¿Muerta?-Sebastian, unos pasos más adelante, se giró fingiendo sorpresa.- ¿Por qué? ¿Por haber estado bailando toda la noche?

- Pesado.-lo dijo con desprecio.- Ven y cuida de mí.-extendió la mano y Sebastian se alejó de ella. La chica sollozó.

- Oh, por favor, parad.-Kimi se llevó las manos a la cabeza y los otros dos rieron.- Luego decís que no sois moñas.

- Pero si me está ignorando.-Yaiza reprochaba.

- Con motivo.

- Eh.-Sebastian le dio una colleja.- Un respeto.-rió, al igual que las dos chicas, pero Kimi decidió seguir con su expresión de desprecio mientras se alejaba de ellos. Sebastian le siguió al rato debido a la lentitud de las chicas, que hacían lo que podían para no caerse con los tacones.- ¿Estás bien? –Kimi miró a los lados dudando el motivo de la pregunta.

- Sí. ¿A qué viene esto?

- No, es que te noto cansado.

- Es que estoy cansado.

- Ya, pero no sabía si era por el accidente o—

- Para, para.-se llevó una mano a los ojos impidiendo ver nada.- Pesados sois con eso.

- Encima que nos preocupamos...

- Con una vez vale.-Sebastian rió.

- A no ser que la que se preocupe sea otra persona.-Kimi decidió ignorarle.- Mira que te he dicho que el baño estaba bien—

- Tengamos la fiesta en paz, Seb.-el chico rió al verle nervioso.

- ¿Entonces estás bien?-le hizo caso.

- Que sí, cielo.-Sebastian volvió a reír.- Oh, por cierto.-dejó de taparse los ojos.- No te he cogido el vuelo al final porque no me confirmaste si venías o no, pero vamos, que lo puedo pillar ahora.-Sebastian se perdió de repente.

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