C20 - De vuelta

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- ¿Qué hacías?-preguntó interesado.

- Vestirme.-lo primero que se le ocurrió.

- ¿Vestirte?-entró.- ¿Qué hacías?-miró a la cama en busca de algo que le delatara.

- Me había duchado, imbécil.-Sebastian hizo un gesto de sorpresa y decepción. Y a continuación volvió al suyo original.- ¿Ya no me odias?-desde el baño Yaiza se reía sin ruido, pues era lo mismo que le había dicho a ella.

- He hablado con Yai.-ella volvió a reír al ver que él también ignoraba la respuesta a esa pregunta.

- ¿Y bien?

- Creo que me odia.

- ¿Por?

- No lo sé, la forma en la que me mira. Creo que la he liado pero bien.-Kimi miraba hacia el baño, suplicando que la chica no hiciese nada que la delatase.

- Exageras.

- ¿Por qué?

- Te conozco, y exageras. Seguro que te ponía ojitos.

- No.-Sebastian no tenía ganas de bromear, y Kimi intentó dejar su lado cómico al lado.

- ¿Y qué vas a hacer? Para averiguarlo, digo.

- No lo sé.-se dejó caer en la cama y puso cara de circunstancia.- ¿Ha estado aquí?

- ¿Eh?-Kimi tembló.

- Huele a ella.

- No me seas moñas, por favor te lo pido.-Kimi aprovechó para desviar la atención de Sebastian, y Yaiza volvía a sonreír con timidez desde el otro lado de la puerta.

- ¿Tú qué harías?

- Preguntarle.

- Repito la pregunta. ¿Tú qué harías que no implicase hablarle?

- Tirarme por la ventana, acabo antes.-Sebastian dejó los ojos en blanco y Kimi protestó.- ¿Qué quieres que te diga? Lo pones todo difícil.

- Tengo miedo.-dijo al rato. Kimi esperaba más.- ¿Y si Lewis se adelanta?

- ¿Eh?- era su comodín para cuando no sabía qué decir.

- Sé que han hecho las paces, y sé que a Lewis le gusta mucho. Y él es más inteligente que yo, al menos no ha perdido tanto el tiempo con ella.

- A lo mejor a ella no le gusta Lewis.-Sebastian achinó los ojos y miró a Kimi, juzgándole.- ¿Piensas que le gusta?

- Claro que le gusta. A todas les gusta.-Kimi seguía sin entender ese afán hacia Lewis.- Encima la ha tratado mejor que yo.

- ¿Cómo sabes eso?

- Porque le ha perdonado. A mí no.-Yaiza se lastimaba desde el otro lado, pues se daba cuenta de que Sebastian se había llevado una opinión equivocada de aquella charla entre ambos, en parte provocada por su pésima capacidad de diálogo. Oyó a Sebastian resoplar, y es que el chico volvía a esconder su cabeza entre las piernas, buscando una escapatoria a aquella situación.- Me voy a volver loco.

- Vamos a estar aquí varios días, ves poco a poco. Cuenta con que estaréis solos.

- ¿Cómo?-esa parte no la conocía Sebastian, y Yaiza desde el baño acercó su oreja a la puerta tan interesada como él.

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