C122 - Sobrellevarlo

72 4 0
                                    

Esa mañana optó por un baño de agua caliente en vez de por una ducha rápida y fría. Llenó la bañera y se metió en ella a descansar lo que no había conseguido durante la noche. Sabía que tenía unas ojeras bien marcadas, o al menos así se lo hacía saber el calor que desprendían sus ojos, pero no tenía nada de sueño. Tampoco quería llorar, pues sentía que ya había derramado suficientes lágrimas delante de él y no se podía avergonzar más por mostrarse tan débil.

Era pronto, ni siquiera se marcaban las siete y media en el reloj, y tenía aún media hora para pasear por el cuarto y arreglarse antes de bajar a desayunar. Se visitó con su ropa de Mercedes y fue directa al buffet, tomando asiento en una mesa alejada a poco más de las ocho de la mañana. No había quedado con Lewis hasta y media, y ni había acordado con el resto compartir esa mañana pues cada uno tenía cosas diferentes que hacer, por lo que decidió comenzar a desayunar de forma solitaria para dar unas cuantas vueltas más a la situación.

Buscaba comprender cómo el día anterior había acabado como acabó. Se recordaba bromeando con Kimi en su dormitorio, iniciando algo que terminó de la peor forma posible. Se lamentaba por ello y por tener una idea tan clara en su cabeza, pero no era capaz de encontrar una solución a algo de lo que estaba plenamente segura.

- Me tienes que ayudar.-dio un brinco en el asiento dejando caer su tostada al plato cuando Sebastian se sentó frente a ella alarmándola. La vio completamente despistada sin rechistarle el susto.- ¿Estás bien?

- ¿Eh? Sí, sí...-recolocaba las cosas sobre su mesa.- Dime.

- No, dime no. Tienes una cara curiosa, qué te pasa.

- Ya te he dicho que nada.

- Sandra.-la miraba confirmándola que no iba a parar de preguntarla. Sandra suspiró y negó mirando el mantel.

- Kimi.-Sebastian esperaba esa respuesta, pero una parte de él le hacía suplicar que el motivo del estado de la chica fuese otro bien distinto. No se atrevía a preguntarla mientras guardaba silencio y suplicaba en su cabeza que no hubiese pasado nada serio.- Insiste en que se lo he de decir a Yai.-él asintió, animándola a continuar.- Anoche me dijo que quiere estar conmigo.

- Bueno...-buscaba el lado positivo.- Eso no está nada mal ¿No?-ella negó.

- Sólo quiere estarlo si yo se lo digo a Yai.-pausó.- Está en su derecho de pedirme eso, supongo, dice que no quiere tener que esconderse por ella, pero es que yo no quiero decírselo...

- Creo que ambos lleváis parte de razón, ignorando el tema en cuestión.-Sandra le miraba esperando escucharle.- Es totalmente normal que él quiera poder decírselo, ya sea por no esconderse o porque es su amiga y no quiere mentirla... Por tanto es normal que no quiera hacer nada si no se puede garantizar eso. Y supongo que también es normal que tú quieras seguir adelante con esto sin tener que decírselo, aunque no comparto para nada el que no lo hagas.-ella asintió.

- Es algo que tengo claro, creo. Nadie llega a entenderlo.

- Tampoco nos has explicado el porqué.

- Seb, sabes cómo es—

- Esa excusa ya se ha quedado vieja, al menos conmigo.-Sandra le retiró la mirada negando.- No puedes seguir viniendo con eso de que se va a poner pesada. No va a hacer nada que no haga yo con Kimi, o que Dani y Hülk hagan contigo. Y en un inicio podría entender que no quisieses decirle nada por si hacía un mundo de un simple beso, pero ahora queréis estar juntos, no es lo mismo. Así que no, esa excusa no me sirve.-Volvió la mirada a él cuando acabó de hablar. No tenía las ideas aclaradas en su cabeza respecto a los motivos, pero sin embargo se mantenía segura respecto a ellos. Sebastian la daba margen para poder hablar, con una paciencia que llegaba incluso a molestarla por no rendirse y marcharse de allí.

MAPSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora