C127 - Incapaces

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Dani tuvo que esperar hasta el final de la escala eterna en Shanghái para que las chicas volviesen a dirigirle la palabra. No sabía cómo hacerlas saber que los horarios de los vuelos no dependían de él, y ni siquiera el decirlas que había conseguido que el trayecto sólo se detuviese una vez las hacía animarse. Llegaron a Perth a las ocho de la mañana del día siguiente, con ojeras, temblores y pocas ganas de moverse en lo que quedaba de un día que acababa de empezar. El hotel que había elegido Dani para pasar una semana de vacaciones que carecía de su totalidad tampoco terminó de emocionar a dos chicas que se metían en sus respectivas habitaciones a descansar un poco.

Sandra no tuvo ningún tipo de problemas a la hora de quedarse dormida en su cuarto, pues al contrario que Yaiza no reparó en inspeccionar el dormitorio en el que pasaría los días antes de caer sobre el colchón.

Su sueño era tan profundo que cuando su puerta empezó a sonar lo único que quería hacer era gritar y maldecir a aquellos que intentasen interrumpir su descanso. Fue hacia la puerta con ese sentimiento de odio y rabia en su rostro, el cual no borró al ver a Dani frente a ella intentando sonreír. Que Yaiza estuviese a su lado con el mismo gesto de psicópata que ella y unos pelos de loca similares la animaba a no eliminar sus ganas de matar al chico.

- Qué tipo de broma es esta, Dani.-pedía explicaciones. Yaiza negaba a la vez que entraba al dormitorio para dejarse caer en la cama de Sandra.

- ¿Dormías?-cogió aire para evitar responderle. El chico juntó las manos para pedir perdón.- Lo siento, es que el buffet iba a cerrar y creo que sería bien que comiésemos algo.-se echó a un lado y corrió hacia la puerta un carrito lleno de bandejas cubiertas. Sandra frunció el ceño.

- ¿Has pedido comida?

- He suplicado comida.-rió el mismo.- No estaban muy dispuestos.-Sandra se movió para dar paso a Dani y al carrito de comida.

- ¿Cómo que no? ¿Acaso no es un servicio del hotel?

- Ya, pero es que me he empeñado en ir por el buffet eligiendo comida, y eso no les ha sentado muy bien.-volvió a reír en soledad. Llegaron al interior del dormitorio en donde Yaiza pretendía dormir sin remedio.- He traído un poco de todo, luego, si queréis, seguid durmiendo, pero comed, anda.-le dio a Yaiza en la espalda para moverla, haciendo que esta refunfuñase.

- Más te vale que haya patatas fritas...-Dani asintió a Yaiza.

- Muchas, he traído para alimentar una docena de personas.-ambas empezaron a destapar platos y a mirarse entre ellas compartiendo aprobación o desaprobación ante lo que iban viendo. Dani se sentía miembro de un concurso en el que el jurado esperaba para dar su veredicto.

- Pues nada, vamos a comer.-sonrió al ver a Yaiza dispuesta a ello, y lo hizo aún más cuando Sandra ni siquiera esperó a coger un plato. Empezó a pinchar con un tenedor por diferentes bandejas, dejando claro con su rostro que todo estaba realmente bueno.

- Dios mío, esta salsa está buenísima.-soltó el tenedor para coger un trozo de pan y mojar en un plato en el que la ternera quedaba en un segundo plano.

- Me alegro de haber acertado con algo...-lo dijo con voz baja, y ambas le miraron con la boca llena pidiéndole que no dramatizase.

- Esto no arregla que hayamos perdido un día entero.

- San, estamos en Australia. Íbamos a perder un día entero sí o sí...

- La próxima vez –intervino ahora Yaiza, intentando hablar con la boca llena de patatas. – te ahorras la fiestecita y salimos por la tarde tras la carrera.

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