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C107 - Impedimentos

- Uy.-se acababa de poner en pie por el aviso de la tripulación, y rehacía la forma de su cuerpo tras estirarse a causa del sueño. Sebastian la miró extrañado por su expresión, y miró hacia el punto que la hacía sorprenderse. Kimi y Sandra dormían, cada uno en su asiento, pero el de uno pegado al otro. Sebastian volvió a mirarla.

- ¿Qué pasa?-se puso en pie y se estiró un poco.

- Este.-hizo un gesto en relación a Kimi.-¿Te lo puedes creer? Y a mí no me deja sentarme con él casi nunca.

- Siempre te sientas con él.

- Sí, bueno, pero porque le insisto y me da igual que no me deje.

- Sandra es menos pesada que tú.-seguía estirándose, y Yaiza le miró rechazando sus palabras.- Me refiero con él, o sea, en el sentido de—

- Vaya diíta llevas ¿Eh?-le reprochó a la vez que salía hacia el pasillo. El chico hizo una mueca y decidió pensar un poco más antes de hablar. Yaiza fue a despertar a los dos que dormían, y aunque le protestó al chico el hecho de que a Sandra la dejase acompañarle y a ella no, Kimi no puso mucho esmero en contestarla.

La terminal no era muy grande, y en apenas unos minutos esperaban a un coche para que les fuese a recoger. La espera se hizo larga para Yaiza, que decidió perdonar sin mucha dedicación a Sebastian con tal de que la abrazase para no pasar frío. Sandra dedicaba su espera a bostezar, y Kimi por su parte consultaba en el móvil el parte meteorológico para esa semana, el cual variaba mucho de su último consultado.

Les dio la mala noticia en relación al clima que les acompañaría, y le hizo gracia el positivismo mostrado por los tres asegurando que seguro cambiaría. El coche llegó antes de que Yaiza se congelase, y cuando llegaron a casa de Kimi, esta era un manojo de nervios con tal de que el chico la dejase entrar al interior. Corrió hacia el vestíbulo en cuanto Kimi hubo abierto la puerta, y consiguió entrar en calor mientras los demás subían el equipaje hacia su zona.

- La próxima lo haces tú y entras antes en calor.-Sebastian cargaba con ambas maletas.

- Para qué te tengo a ti, entonces.-él la burló sin entender en ese instante el doble sentido de la frase.

Tanto los dos chicos como Sandra vieron con buenos ojos pasar gran parte del día durmiendo para recuperarse de la noche anterior, pero el descanso tuvo que esperar ya que Yaiza hizo especial hincapié en que el anfitrión les enseñase la casa. No ponía entusiasmo en el tour, y los constantes piques entre él y la interesada provocaban risas tanto en Sebastian como Sandra, que temían que por ello su sueño se viese perjudicado.

Kimi hizo todo lo posible para que el tour por su hogar acabase pronto, e insistió por ello visitar el jardín para que Yaiza no tuviese demasiado interés en seguir con ello debido al frío. Volvieron al interior de la casa para planificar a qué hora se despertarían, pues pese al mal clima no querían quedarse encerrados en casa, y acordaron ponerse en pie antes de las siete de la tarde.

- ¿Cómo dormimos?-Sebastian conocía la casa, y fue el que propuso tratar el tema en cuestión.

- ¿Cuántos cuartos hay?

- Yai, si los acabamos de ver.-los tres la miraban atónitos.

- Ay, se me ha olvidado ya.-Kimi resopló.- ¿Eran dos?

- Sí, dos. Y yo no me muevo de mío, avisados.

- El tuyo era...-Kimi volvió a resoplar.

- El que tiene la cama grande.

- Ah, el otro eran dos individuales.

- ¿Cómo es posible que se te haya olvidado?