C15 - Diversas sonrisas

117 8 0
                                    

Apenas coincidieron durante la tarde de miércoles, y eso es algo que no le gustó a ninguna de las dos. Sandra no paraba de protestar por el hecho de ser ayudante de quien no debía, y de vez en cuando soltaba a Samantha preguntas sobre el paradero de Yaiza, pues tuvo que estar hasta la noche acompañando a la jefa de la FIA, sin opción alguna a irse. Esperaba que su amiga al menos tuviese menos trabajo que ella, pero lejos de ser cierto, su amiga tuvo que encargarse de supervisar varias entrevistas de Lotus y un reportaje sobre el trabajo de los mecánicos de Mercedes.

Cuando se hubieron sentado juntas era la hora de la cena, la cual apenas la pudieron compartir ya que Yaiza llegaba a la mesa cuando Sandra acaba el postre. La segunda se ofreció a esperar a que su amiga acabase, para poder subir así juntas a las habitaciones, preparar el horario del jueves, y hablar un poco.

Yaiza comía sin ganas, pues la oferta del buffet ese día no era muy de su gusto. Por ello tardó varios minutos de más en acabar, algo que inquietaba a Sandra, que se estaba empezando a agobiar al ver que todo el buffet se quedaba vacío y que su amiga seguía aún por el segundo plato. Intimidada, Yaiza dejó el pescado en salsa a un lado y cogió la tarta de queso que tenía de postre, y la comió lo más rápido que pudo para darle una alegría a su amiga y poder salir de allí. Subieron al cuarto de Sandra, y más de una vez estuvieron a punto de quedarse dormidas sobre la cama, con la ropa del trabajo y los papeles por encima. Sandra optó por ignorar todo el trabajo y hablar de cosas más interesantes.

- Nico me ha dicho que vaya a Mónaco con él.-su amiga soltó los papeles de golpe sobre sus piernas y la miró fijamente.

- ¿Qué? ¿A vivir?-la pregunta provocó en Sandra un susto y un temblor mayor que la anterior frase a su amiga.

- ¡No, joder! ¿Eres idiota?-Yaiza frunció el ceño y puso morritos, exigiendo una disculpa a su amiga por insultarla.- A pasar el parón que hay hasta China...

- Ay, qué guay, jo.-su expresión de niña enfadada pasó a ser una expresión de una risueña e lusionada por Sandra. Su amiga la miraba pidiéndole que parase de intimidarla, pero Yaiza no cesaba en ello.- ¿Irás, verdad?

- No lo sé.

- ¿Cómo que no?-volvía a ser la niña enfadada. Sandra no quería decirle que ella era el motivo, pues no sabía cómo podría reaccionar, pero no le quedaba otra opción una vez habiendo sacado el tema.

- No quiero que te quedes sola trabajando donde te manden.-Yaiza dejó de ser una niña y pasó a ser una persona muy adulta que mostraba tendencias psicópatas.

- Dime que es una broma.

- No lo es.-su amiga volvió a matarla con la mirada a la vez que se levantaba para irse.- ¡Yai! ¡No seas imbécil!

- ¡Deja de insultarme!-el reproche llegó desde el otro lado del cuarto, y Sandra tuvo que levantarse para atrapar a su amiga e impedirla que se marchase sin darle una explicación.

- ¡¿Se puede saber qué te pasa!?

- ¿Cómo puedes ser así? ¡Nico te acaba de invitar a Mónaco! ¡¿Y de verdad te vas a quedar aquí para que yo no trabaje sola!?-seguía sin entenderlo.

- ¿Sí?-su amiga volvió a enfurruñarse.

- ¡Sandra! ¡Por Dios! ¡Piensa lo que estás diciendo! ¡Es Nico Rosberg y es Mónaco! ¡Qué coño importo!-Sandra fue a hablar pero Yaiza la interrumpió con mil gestos, indicándola que no era más que una pregunta retórica.- ¡Daría la vida para que Lewis me invitase a su casa! ¡O incluso Hülk! ¡O el propio Nico!... O Seb...-finalmente calmaron el tono de voz.- Sandra, no seas tan tonta como para renunciar a ello por mí. No me voy a quedar en la calle, voy a estar trabajando en algo que nunca soñé que trabajaría.

MAPSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora