C7 - Profesionalidad

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Después de cuestionarse un millón de veces el cómo había llegado a su cuarto, cambiado de ropa, y metido en la cama, Sandra decidió dejar de buscar respuestas y darse una ducha para quitarse el sudor del concierto. Se tiró un buen rato en la cama antes de ir al baño, aprovechando que Yaiza dormía, también en pijama, para pensar en sus cosas, en aquellas que no había tenido tanto tiempo debido a los cientos de problemas que habían surgido a su alrededor en tan pocos días.

Se preguntaba qué hubiese pasado si no hubiese contestado al pique que Kimi inició la otra noche cuando estaba con Nico. Tal vez Sebastian no tendría que haber acudido a ellos, y tal vez no se habrían besado, por lo que Yaiza a lo mejor no se hubiese sentido tan desorientada y sola. Por motivos que desconocía se culpaba de la situación de su amiga, pero cuando le cayó un poco de jabón en el ojo se olvidó de ello. Volvió a pensar en Nico.

Puesto que desconocía el cómo había llegado a su cuarto tras ver a Bruno Mars, pensaba que a lo mejor todo el día de ayer había sido un sueño y seguía durmiendo. Pero era imposible, porque se habría despertado con Nico. Salió de la ducha con cara de cabreo y frustración por no entender nada. Se empezó a peinar frente al gran espejo de ese lavabo.

¿De verdad lo de Nico y ella era real? Aún no entendía cómo. Se miraba y recordaba a las Barbies que quitaron el puesto a Yaiza en Ferrari y no entendía cómo alguno de esos grandes deportistas mundialmente conocidos y con acceso a quien quisiesen podrían estar con ella o con Yaiza. Dos chicas bastante alejadas del lujo y los modelitos de gala. Pero ahí estaba, deseando salir del cuarto para ir a ver a Nico, y deseando que Yaiza arreglase las cosas con cualquiera de los dos con quien estaba en guerra. O deseando que su amiga les olvidase y empezase algo con el otro Nico, al que había cogido cariño al ver cómo defendía a Yaiza.

Se vistió en el baño tras peinarse. Se puso la ropa interior, unos vaqueros oscuros y una camiseta de tirantes gris. Pese al calor que hacía en el baño, las gotas de su cabello caían por su espalda y le provocaban frío, así que se puso por encima la chaqueta que había colgado tras la puerta del lavabo el primer día.

Cuando salió su sorpresa fue bastante grande al ver que Yaiza estaba en su cama sentada, vestida de forma similar a ella, salvo que el color de su básica de tirantes era blanca. Miraba el móvil, y lo hacía sin lágrimas en los ojos.

- Hola...-dijo Sandra mientras intentaba buscar palabras para la primera conversación del día. Yaiza alzó ligeramente una de sus manos desde el muslo a apenas unos centímetros, moviéndola en el aire, respondiendo a la chica con dejadez.- Creo que iré a firmar mi contrato antes de alargarlo más...

- Si quieres voy contigo...-Yaiza había despejado su mirada del móvil para dirigirla a la de su amiga.

- No tranquila, quédate por aquí, no creo que tarde. Luego podemos ir a dar una vuelta o algo.

- Me parece bien.

- ¿Estás mejor?-al verla tan calmada no quiso preguntarle nada sobre su estado emocional, pero se sentía mal si no lo hacía, pues creía que parecía que no le importaba. Yaiza siguió tan calmada como antes tras su respuesta.

- Supongo que sí...

- Oye ¿Cómo volvimos anoche? No me acuerdo de nada.-se preguntó si había bebido la noche anterior, y por más que le daba vueltas, en el concierto de Bruno Mars no bebió ni gota de nada. Yaiza parecía tan extrañada como ella.

- Pensaba que habías sido tú.

- ¿Cómo te traigo hasta aquí? ¿A cuestas?

- No, pero que me habíais traído o algo...-Yaiza se levantó y fue a su bolso, y allí seguía su tarjeta de entrada a la habitación.- Mira en el tuyo.

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