C184 - O todos o ninguno

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Llevó la voz cantante de entre los tres hasta que se sentaron en la primera cafetería con la que se toparon. Tampoco quería extender mucho en el tiempo ese monólogo que llevaba, aburrida ya de inventar excusas con tal de no crear silencios incómodos.

- Bueno...-insinuaba que ya no se le ocurría nada que decir. Kimi se bebía su café, recién servido, sin importarle lo más mínimo ese detalle de su amiga. Sebastian en cambio se mantenía apoyado sobre la mesa con los brazos cruzados, tambaleándose de adelante hacia atrás. Les miraba a ambos asumiendo que debía seguir.- Pues nada, ya hablo yo.-cogió aire.- Cómo vamos a hacer lo de mi trabajo.

- ¿Cómo que cómo?-Sebastian fue el primero en abrir la boca. Kimi seguía bebiendo a su ritmo.

- Sí, bueno... -se encogió de hombros.- Me dijiste que te querías encargar tú, pero como se trata de él –dijo mirando al que seguía tomando café.- no sé si preferís hacerlo de otra forma o—

- Ah, p-pero...-Sebastian tuvo que mirar, por inercia, a Kimi antes de volver a hablar a Yaiza.- No pensé que fueses a, o sea, ahora no hay problema con que trabajes conmigo ¿no?-la chica le estuvo mirando varios segundos antes de fijarse en Kimi. Este parecía compartir la misma sorpresa que Sebastian.

- Pero yo quiero trabajar con Kimi...

- Oh.-Sebastian tuvo que asentir por respeto, dejando que la decepción se quedase en su interior jugando sola. Ahora era él el que cogía su taza de café, aunque fuese sólo para observarla.

- No te importa ¿No?-tampoco quería ofenderle. Negó apresurado.

- No, no, da igual, es sólo que pensé que ahora que estábamos bien, pues—

- Pero es que me hace ilusión trabajar con él. Y bueno, es el mismo equipo, no será tan diferente—

- Sí, si no pasa nada, era sólo eso.-zanjó el mismo el tema, sin mucho convencimiento. Yaiza se dirigió a Kimi tampoco muy tranquila.

- A ti no te importa ¿verdad?-negó.

- A mí me parece bien.-asintió la chica.- Pero si quieres ir con él, no me importa—

- E-estoy diciendo que quiero ir contigo...-repitió, empezando a temer que entre uno y otro no dejasen de intentar hacerla cambiar de idea. Kimi alzó una mano desde la mesa, no mucho, para hacer saber que había parado de hablar.- Entonces cómo lo hacemos...-no les quedó otra que mirarse, pero eso fue lo único que hicieron. Ninguno parecía tener nada que decir. Yaiza suspiró.- Pues nada, ya hablaré yo con Matilda. O quien sea. Viva vuestra madurez.-se alzó.

- ¿Dónde vas?-algo que a Sebastian no le pareció del todo bien. Tanto su rostro como el de Kimi mostraban cierto nerviosismo ante la idea de quedarse solos.

- Voy a por comida, con un café a mí no me basta—

- Ya voy yo.-le iba a resultar inútil protestar a Kimi, así que le dejó ir a la vez que caía ella sobre su asiento de nuevo. De morros.

- Lo hacéis todo tan fácil, en serio...

- No hemos hecho nada, no hace falta que—

- De eso se trata.-le dio una patada por debajo de la mesa, haciendo que el chico pusiese caras de dolor mientras intentaba calmar la molestia en su espinilla.- Os he traído para hablar de mi trabajo, podríais ser un poco maduros en ello...

- ¿Qué quieres que diga yo? Vas a trabajar con él, no conmigo...-su taza de café volvió a captar toda su atención. Pese a saber que Yaiza le miraba atónita.

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