C129 - Explicaciones

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- ¿Dónde se ha metido?

Daban vueltas sobre sí mismos intentando encontrar a Nico en la piscina, pero allí no estaban ya ni siquiera la pareja e hijo que hicieron compañía a los amigos durante la mañana. Sandra no se movía de su sitio mientras giraba, esperando no perder un punto de unión a la tierra que inútilmente podría decirle el paradero del alemán. Dani por su parte decidió coger su macuto para volver al interior del hotel en busca de su amigo.

Esperó a que Sandra llegase a su posición para ir hacia los pasillos cercanos en su busca, en donde la sauna, piscina climatizada y jacuzzis permanecían completamente vacíos debido a la hora cercana la comida. Esperando que por lo mismo el chico estuviese en el buffet, los dos se acercaron al restaurante para comprobar tras inspeccionar que allí tampoco estaba. Dani empezó a negar mientras salía para tomar la escalera y plantarse en su puerta, la cual aporreó a prisas. Nico abrió a los segundos con cara de notorio enfado, aún con el bañador puesto y la toalla al hombro.

- Qué queréis.

- Qué coño te pasa ahora.

- ¿A mí? ¿Lo dices porque os habéis ido a cuchichear durante más de media hora sobre algo que no puedo saber y por lo que me he quedado solo en una tumbona? Nada.-Dani resopló.

- Hülk, joder, no te pongas así. No te podemos decir nada.

- Eso ya me ha quedado claro.

- Pero no es nada malo, ya te enterarás, anda, vamos a comer.-le dio una palmada en el abdomen.- Te esperamos.-Nico era el que resoplaba ahora cerrando la puerta tras él. A Los pocos minutos salió vestido, mirando con cara de enfado a Sandra.

- A mí no me mires así, llorica.-Nico miró indignado a Dani, que aceptaba su petición visual y le defendía.

- Va, tampoco te pases tú, que le hemos dejado ahí tirado.-ella le dedicó una mirada furiosa.- Ya, ya sé que teníamos que irnos, pero—

- Iros a la mierda, yo quiero comer.-les dio la espalda y ambos la siguieron hasta el buffet, en donde tras pasar la puerta fue como si no hubiese pasado nada hasta la noche.

Dani consiguió convencer a ambos para salir a dar una vuelta y buscar un sitio donde cenar, alargando al máximo su estancia en el restaurante para así aumentar las ganas de sus dos amigos de cara a pasar el resto de la noche en algún local. Se alegró al ver que Sandra aceptaba animada su idea de tomar unas copas, y aunque Nico no estaba muy por la labor terminó cediendo ante sus nulas ganas de volver al hotel.

A lo largo de la primera semana los tres chicos se fueron repartiendo la organización en cuanto a los planes a llevar a cabo. Apenas paraban por el hotel para dormir y desayunar, y sólo el domingo decidieron descansar de cara a la nueva semana que se les venía encima. Dani por fin pudo disponer del yate que había alquilado, y aunque era mucho más pequeño de lo que entendían por ese tipo de barcos, disfrutaron de ello para poder adentrarse un poco al mar y alejarse de la ciudad.

El lunes lo dedicaron a permanecer en el yate y no moverse nada más que para tirarse al agua a refrescarse. Tras unos cuantos chapuzones decidieron volver al puerto y permanecer allí descansando antes de regresar al hotel a cenar.

- Yo quiero uno de estos...-Sandra sollozaba tumbada en su hamaca, dejándose cubrir por el calor que desprendía el sol.

- Y yo...-Dani, que imitaba su pose en la tumbona de al lado, la acompañaba. La chica le dio un manotazo desfogado en el brazo.

- Pues tú puedes permitírtelo...

- Tampoco te creas...

- Más que yo...

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