C68 - Por el miedo a equivocarnos

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No escuchaba la puerta, o al menos quería hacer como que no la oía. La golpeaba tan fuerte que el respaldo de la cama temblaba, y el hecho de tener la mano apoyada sobre él provocaba que le molestase el vaivén de sus nudillos sobre la madera. Abrió los ojos juzgando a su propia cama, como si fuese la culpa de esta el temblar, y pretendiendo volver a dormirse escuchó finalmente los golpeos sobre la puerta.

Refunfuñó con ganas, y se levantó con muchas menas mientras se pasaba las manos por toda la cabeza. La puerta seguía sonando.

- ¡Ya voy!-lo dijo con furia, pretendiendo que parasen de golpear, y abrió con la misma cara de pocos amigos a Sandra, que se reía llevándose las manos a la espalda como si no fuese ella la que llamaba.- ¿Qué coño quieres?

- ¿Aún dormías? Es la una de la tarde.

- Apenas acababa de quedarme dormido.-exageró, y ella rió.- Qué quieres.-insistía.

- ¿Puedo entrar?-a Kimi sólo se le veía la cabeza, pues apenas había abierto la puerta por miedo a que la luz le debilitase cual vampiro que se consideraba. Puso los ojos en blanco y se encogió de hombros, moviendo la puerta a un lado para que Sandra entrase.- Si prefieres me espero a que te vistas.-la chica no dio más de un paso tras traspasar la puerta, pues Kimi iba sólo con los boxer puestos. El chico movía la mano indicándola que daba igual, y se tiraba al a cama tapándose con el edredón y apoyando la cabeza sobre la almohada con los ojos cerrados.- No me hagas tanto caso.

- Te escucho.-susurró, y Sandra rió de nuevo.

- Sólo venía a darte las gracias.-sin moverse de su placentera posición, entreabrió un ojo para mirarla.- Por lo de anoche con Yai, digo.

- ¿El qué?

- Tu comportamiento. Fue un detalle.

- ¿Qué hice?-frunció el ceño girándose.

- Estuviste como siempre con ella, y ella se lo pasó en grande.

- Parece que hablas de una niña a la que he llevado al parque.

- Casi. –rió de nuevo.- Se lo pasó como tal. Después de todo...

- Tampoco voy a estar a hostias con ella –optó por sentarse sobre la cama y apoyarse sobre la madera del respaldo, y Sandra hizo lo mismo al otro lado de la cama.

- Y por eso te doy las gracias.

- Para, para.-se restregó los ojos.- Tanta amabilidad me abruma.-la puerta sonó y Kimi miró con rabia.- ¿Qué os he hecho hoy?-Sandra se levantó a abrir y dejó pasar a Yaiza, que caminaba más tranquila por la habitación al saber que Sandra estaba allí.- ¿Tú también me vienes a decir cursiladas?

- ¿Eh?-la chica había estado un rato en su habitación dudando en si ir a hablar con él o no, y ahora se quedaba bastante en shock al oír su comentario y ver la risa de Sandra, que volvía a sentarse en la cama.

- Qué quieres.

- Oh. Hablar.

- Siempre dices lo mismo. ¿De qué?-le intentó sonsacar. Yaiza miró a Sandra de forma fugaz, y la chica se levantó.

- Vale, me voy.-pidió perdón a Yaiza con las manos mientras se iba riendo, y Yaiza la siguió con los ojos hasta que se perdió por la puerta.

- Pero si no la he dicho nada...-Kimi se encogió de hombros sin darle importancia y señaló con la mano el hueco que había dejado la otra chica, invitándola a sentarse, y así hizo.- Em... Q-quería hablar de lo de anoche.

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