Dramione One Shots

Pesadillas

  Risas escalofriantes. Golpes, dolor, miedo. Desesperación y oscuridad. Un pozo. Caía sin poder evitarlo, sin ser capaz de gritar, estirando los brazos intentando salir. Más risas. Pasos que se acercan, una verja que se abre. Y luz, luz oscura. Temor calado hasta los huesos y ella. Quiere correr, huir, salir de allí corriendo. No puede hacerlo sin ellos. Olor a sangre, a muerte. Caras con miedo presentes. Y un fuerte tirón de pelo. Cae contra el suelo. Mucho dolor en la cabeza. Deja de oír. Le están hablando, ella. Ella le está diciendo cosas pero no logra entender nada, su oído esta aturdido por el golpe contra el suelo. Y entonces el tormento. Dolor indescriptible, solo puede pensar en eso. Cree que se muere. El dolor se detiene. Recobra el aliento mientras llora. Vuelve. Ahora es más doloroso. Y se detiene. Pierde la cuenta de cuántas veces arranca y para. Siente que la levantan. Intenta abrir los ojos. Lo ve, llorando silenciosamente mientras su madre le sujeta. Y otro tirón. Y entonces dolor, mucho dolor. Pero no como el otro, que es un dolor fuerte y general, que domina tu cuerpo y te impide razonar, no, esto es físico. Es un dolor para afianzar palabras. Palabras vacías. El tiempo se detiene, pasan segundos que parecen horas. Un ardor intenso en el brazo. Ve sangre, sabe que es suya. No la siente cerca pero lo sabe. Deja de ver, solo hay agua. Lágrimas que caen. La risa continúa. Llora por dolor, llora por el miedo, llora por él. Y lo ve claro, ahora viene la Muerte. Ya todo acabará.
No va hacia ella, no. Solo la mira. No lo ve pero intuye su sonrisa. Más risas. Va hacia él. Y grita y chilla y nota más dolor que nunca. Y le oye gritar. Y su alma se encoge. Y su cuerpo tiembla. Y entonces...

 ... Despierta. Agobiada, sudando. Los brazos agarrados a su cuello y su pecho sobre su torso desnudo. Y entonces respira porque está bien, él está ahí.
  —¡Hermione! ¿Estás bien, cariño? —susurra preocupado.
  —Sí... —Se aprieta contra él.
  —¿Una pesadilla? —la abraza, besa su frente y empieza a pasar la mano por su pelo para calmarla.
  —Sí, otra vez con ella... —Draco suspira y pasa la mano por su rostro para limpiar las lágrimas, después se tumba de lado. Vuelve a besar su frente.
  —Ven —ella se acomoda entre sus brazos. Sigue pasando la mano por su cabello—. ¿Quieres hablar de ello?
  —Era Bellatrix. Lo de siempre —vuelve a suspirar y se inclina para besar su cicatriz. Esa cicatriz que tiene para recordar sus orígenes muggles. Siente mucho odio y mucho asco hacia su familia y hacia sí mismo—. Tú también estabas —añade la chica. Draco comprende que ha sufrido por él.
  —Lo siento mucho, Hermione. Lo siento muchísimo —la abraza con fuerza y con la voz quebrada.
  —No es tu culpa.
  —Pero era mi familia...
  —Da igual. No te sientas culpable.
  —No llores, solo son pesadillas. Ya todo ha acabado —y así, susurrando palabras tranquilizadoras, se duermen en brazos el uno del otro. Luchando con sus traumas, combatiendo a las pesadillas.