Una Mattina

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  A VioletaMalfoyGranger por comentar y apoyar cada capítulo. Gracias.

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  Draco se despertó pronto, serían las seis o así. Miró el despertador: eran las ocho, pero como nevaba tanto la oscuridad engañaba.
  Se incorporó de la cama y se quedó helado, dormir sin camiseta en enero no era, tal vez, muy buena idea. Observó a Hermione, que no parecía tener ningún problema con el frío puesto que dormía destapada y sin pantalones, aunque con unos calcetines navideños que habían comprado la tarde anterior y que de no ser porque los llevaba ella le habrían parecido muy horteras, pero claro, si los llevaba Hermione automáticamente mejoraban, como cuando se ponía sus camisas.

  Sonrió al verla moverse levemente, dormida, claramente soñando. Miró su alrededor fijándose en como parpadeaban las luces en forma de copo de nieve que ella se había empeñado en poner en la pared de su pequeño apartamento, a pesar de que se mudaban la semana siguiente. Tenía muchas ganas de llegar a la casa nueva, pero siempre echaría de menos ese apartamento, habían vivido tantas cosas en él... Suspiró y observó todas las cajas apiladas en torno a la puerta, listas para llevárselas, conteniendo todo lo que habían guardado de su hogar, porque hasta entonces solo se había sentido en casa cuando estaba en Hogwarts, pero simplemente estar con Hermione le propocionaba la sensación de hogar. Nunca había vivido independientemente hasta que se mudó a ese apartamento con ella. Ahí vivieron mientras pasaba de ser su novio a su prometido y, finalmente, a ser su marido; ahí se había enterado de que iba a ser padre; habían celebrado cumpleaños, fiestas de Halloween y navidades con sus amigos y noches a solas tumbados viendo la tele o besándose como si eso fuese todo lo que necesitaban. Sí, definitivamente echaría de menos la familiaridad de su apartamento, pero llevaba toda la vida acostumbrándose a los cambios, desde la llegada de Hermione todos a mejor, y este no iba a ser diferente, estaba seguro.

  Un ruidito sonó y él se levantó para asegurarse de que su hija estuviese bien. La pequeña Rose, de tan solo unas semanas, dormitaba destapada y Draco sonrió al verla: los genes Granger se manifestaban y su hija dormía en la misma postura que Hermione e igualmente se había deshecho de las mantas. Volvió a cubrirla con la sábana hasta el cuello, besó su cabeza y la dejó dormir.
  Regresó con su mujer, que ahora se había dado la vuelta y claramente le buscaba en la cama.
  En cuanto se tumbó, ella se abrazó a él y le apresó con una pierna. Draco resistió las ganas de besar su cabeza porque no quería despertarla así que se limitó a observarla con una sonrisa que de haber estado Theo o Neville delante habría ocasionado burlas hacia su persona.

  Le encantaba eso de quedarse observando a su mujer mientras dormía, usaba ese tiempo para meditar sobre ellos, su futuro, la vida en general... Le sorprendía mucho estar donde estaba, era evidente que había tenido mucha suerte porque no todo el mundo podía afirmar que estaba casado con el amor de su vida, a pesar de haber estado seguro desde siempre de no estar hecho para eso y a pesar de haber cometido errores gigantescos y de no merecerla ni de broma y encima tenía una hija maravillosa con ella, sí, definitivamente era un cabrón con suerte. Y es que, joder, las quería muchísimo y ni siquiera era capaz de entender por qué tenía unos sentimientos tan fuertes cuando antes había sido una persona tan egocéntrica y cínica, y tampoco lograba comprender cómo Hermione podía haberse enamorado de él y sin querer cambiar nada de su personalidad le había cambiado totalmente y en ese momento, por primera vez en su vida, había llegado a estar a gusto consigo mismo, pero no por creerse mejor, como había funcionado su lógica interna desde que era un crío, sino porque se consideraba buena persona, porque ya no quería lograr beneficio personal, lo que quería era que su mujer y su hija tuviesen todo lo que necesitasen y se sentía tan poderoso cuando estaba con ellas que solo con ser el marido de Hermione y el padre de Rose se había convertido en un Draco mejor.

  Hermione se removió un poco y él la abrazó con algo más de fuerza.
  —Es que, definitivamente, eres una cosa de otro planeta —susurró muy bajito, simplemente porque no podía callar lo que iba a decir—, podrías tenerlo todo, eres tan sumamente maravillosa que la humanidad entera caería rendida a sus pies si tú quisieses, y estás tan loca que vas y me eliges a mí. Definitivamente yo he elegido muchísimo mejor la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, porque tú has escogido a alguien normal, pero yo te he elegido a ti —acarició lentamente su mejilla.

  Hermione no le había oído, estaba profundamente dormida, pero si que reaccionó al roce de su mano pegándose más a él y por un momento Draco sintió miedo, pero no por ella, sino porque sabía todo lo que podía hacer por Hermione.
  —Si vas a seguir mirándome debería cobrar por derechos de imagen —susurró ella.
  —Hola, ¿te he despertado? —preguntó en un susurro.
  —No, pero es muy pronto, túmbate conmigo —pidió acurrucándose junto a él.
  —En realidad son las ocho, es que está nublado —Hermione sacó la cabeza para mirar la ventana.
  —Me da igual, estoy de baja por maternidad, no pienso madrugar —se tumbó de nuevo y él la abrazó.
  —Esa nueva filosofía me gusta mucho —murmuró.
  —A mí me gustas tú — y le besó mientras se subía encima.
  —Te veo activa esta mañana —dijo sonriendo.
  —Nos mudamos, Draco, vamos a aprovechar los últimos días en este apartamento —se desabrochó la camisa mientras hablaba.
  —No discutiré un argumento tan bueno —fue lo único que respondió atrayéndola hacia él.

Dramione One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora