En qué estúpido momento había aceptado ir allí, no se podía lamentar más. Hermione resoplaba tumbada en la tumbona de la piscina.
Todos sus amigos habían decidido ir durante el fin de semana a una casa en la playa en, nada más y nada menos, California. A Estados Unidos se habían tenido que ir, a la otra puta punta del mundo. Y para que fuesen vacaciones de verdad la gracia estaba en no usar nada de magia, las varitas estaban todas bien guardadas en la maleta, solo por si acaso. Y encima Draco odiaba la playa, simplemente había ido por ella. Y ella había aceptado porque... Porque sí, porque, ¿cómo se iba a negar si iban todos? No podía.
Así que en ese momento estaba tumbada en la tumbona de la piscina, con el bañador, una blusa verde y observando todo con un humor de perros tras sus gafas de sol. Unos metros más adelante estaban Harry, una muy embarazada Ginny, Ron y Blaise jugando (o al menos intentando) al waterpolo; unos pasos más allá se veía como Pansy se bronceaba en mitad del césped y, para rematar, al otro lado se encontraban Theo y Luna mirando las pocas nubes que había y charlando de cualquier tontería.
—Panda de idiotas —pensó Hermione. Estaba muy cabreada con todos por arrastrarla allí pero realmente con quien se había enfadado era consigo misma. Y ni siquiera sabía por qué.
Buscó a Draco con la mirada pero no le encontró así que salió en su busca, si seguía mucho más tiempo ahí, le iba a dar algo.Entró en la casa en busca de su marido y le vio en la cocina, de espaldas a ella, rebuscando algo en la nevera.
—¿Qué haces? —preguntó sobresaltándole.
—Ah, eres tú, Hermione. Estaba buscando algo para beber, me he cansado de las cervezas asquerosas esas que se beben Weasley y Theo.
Hermione se apoyó en la isla de la cocina, a menos de 2 metros de distancia, mientras le observaba mirar en el frigorífico. Draco estaba en bañador y su mujer comenzó a sofocarse.
—Draco... —susurró rozándole la espalda con las uñas. El tono de voz, cargado de intenciones, hizo que él se volviese extrañado, pero no pudo hablar porque ella se lanzó a su boca y lo besó con frenesí.Él tampoco estaba muy contento, odiaba la playa y encima su mujer estaba últimamente muy gruñona. Por tanto, cuando ella comenzó a besarle con tantísimo ímpetu, no pensó, simplemente se dejó llevar. Se pegó y ella se encaramó a su cadera. La subió en la mesa mientras los besos se intensificaban. Ella, con una habilidad ya sonada, bajó el bañador del chico y se apoyó en la mesa mientras él besaba su cuello. Pero por alguna razón que ambos desconocían sus hormonas no estaban por la labor de permitir que las cosas fuesen despacio así que ella misma se quitó la parte de abajo de su bikini y rápidamente Draco concedió los deseos de la chica. Mientras la sujetaba por una pierna y por la cadera, la penetró con rapidez y comenzó un veloz movimiento. El roce del chico la llevó al extremo más rápido que nunca, y su veloz éxtasis habría culminado en un sonoro gemido si él no se hubiese apresurado a besarla amortiguando así los ruidos de ambos.
Cuando ya habían acabado, Draco salió y observó a la chica que se había quedado tumbada sobre la mesa de la cocina recuperando el aliento.
—¿Pero se puede saber de dónde estás sacando estos vaivenes emocionales? —soltó en un resuello—. Hace un rato estabas muy enfadada y ahora lo hemos hecho en la misma mesa. ¿Estás bien? —preguntó preocupado mientras se subía de nuevo el bañador e iba a por papel para limpiar el estropicio que habían montado en un momento.
—Pues, sinceramente, no lo sé —y de pronto Hermione rompió a llorar.
—Pero, cariño, ¿qué ocurre? —Draco limpió todo rápidamente y tiró el papel a la basura, después se acercó para abrazarla y la cogió de la mesa. Ella se volvió a agarrar a él y se dejó llevar hasta el sofá.Se sentó con ella en brazos y pasó la mano por su pelo hasta que se tranquilizó.
—No lo sé —dijo secándose las lágrimas abrazada a su marido. Y entonces, ambos, en una conexión extraña, se miraron con los ojos muy abiertos.
—Hermione... —comenzó a decir él.
—¡Ay, Draco...! —exclamó ella llevándose las manos a la boca.
—¿Hace cuánto...?
—Pues ahora que lo dices...
—Vamos a la habitación anda — ella se levantó y él recogió la parte de abajo del bikini de su mujer y subió corriendo tras ella.Se encerraron rápidamente en la habitación y mientras Hermione se sentaba sin saber dónde meterse, Draco fue directo a su maleta y sacó un pequeño maletín.
—¿Qué es eso? —preguntó la chica extrañada.
—Si piensas que voy a hacer caso a tu amiguito Harry y al inútil de Blaise en lo de la magia... Es un kit para preparar pociones —sacó un pequeño libro y lo hojeó rápidamente. De pronto se detuvo en una página y comenzó a echar cosas en un diminuto caldero de peltre. Tras diez minutos de remover con la varita y echar unas hierbas, vertió el contenido del pequeño caldero en un frasco y lo agitó. El líquido era de un intenso color azul—. Escupe.
—¿Qué?
—Que escupas, necesito tu saliva —Hermione escupió en el frasco y, al instante, la poción cambio a un color amarillo claro. Draco giró el libro y le señaló a Hermione el código de color.
—¡Oh, Dios mío! Draco, estoy embarazada —Hermione se llevó las manos a la cabeza y Draco rápidamente se levantó para abrazarla.
—Cariño, vas a ser madre, por eso tenías tantos cambios de humor —rió él besándola por toda la cara.
—Un bebé —susurró tocándose la tripa.
—Un maravilloso bebé que será precioso e inteligente como su madre —susurró él acariciando sus narices.
—Madre mía, vamos a ser padres —se agarró a Draco mientras asimilaba la respuesta.
—Unos padres fantásticos, cariño, fantásticos —aseguró antes de besarla de nuevo. Ella se dejó llevar y sus ojos brillaron como lo habían hecho un rato antes, en la cocina.
—¿Sabes? Podríamos celebrar la noticia... —dijo Hermione mientras se sentaba en las piernas de Draco y seguía besándole.
—¿No quieres informar a nuestros amigos primero? —preguntó él reteniendo las ganas de hacer que la blusa de la chica volase.
—Se pueden enterar luego —fue su contestación mientras le tumbaba y ella misma se quitaba la ropa. Draco sonrió y suspiró, en ese momento no podía estar más feliz.
ESTÁS LEYENDO
Dramione One Shots
FanfictionBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...