Baile de Navidad (parte 2)

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  El día 31 de diciembre todo el mundo se preparaba para el baile, daba igual que la fiesta no empezase hasta las ocho de la tarde.
  A las siete, Hermione fue a su torre a prepararse. Se puso un vestido que le había enviado su madre y, después de dudar sobre si iba a estar bien vestida unas cuantas veces, bajó en busca de su acompañante. Draco la esperaba vestido con un elegante traje gris. Cuando la vio aparecer le costó no desmayarse.
  —Hermione, estás verdaderamente impresionante.
  —Tú también estás guapísimo —contestó ella dándole un suave beso y colgándose de su brazo.
  —Vamos, tenemos un baile que deslumbrar —susurró Draco en su cuello. Ella sintió que su piel se erizaba.
  —Vamos.

  Bajaron en dirección al Gran Comedor. En el camino se encontraron con Luna, Theo, Neville y Ginny. Mientras entraban animadamente en el salón, espectacularmente decorado para la ocasión, Draco no dejó de piropear a Hermione.
  —De verdad que estás espectacular.
  —Para ya por favor, que me da mucha a vergüenza —contestaba totalmente roja.
  —Lo sé —rió él—. Por cierto, sabes que desde que has castrado a McLaggen te has ganado fama de dura por Hogwarts.
  —Yo no le castré, aunque ganas no me faltaron —rebatió ella con una sonrisa.

  Se sentaron en las mesas establecidas y cenaron un gran banquete. Hacia las once y media se iniciaba el baile.
  —Mira a McLaggen —dijo Ginny señalando al chico con la mirada— no sé si te mira con miedo o con envidia.
  —Espero que con miedo, lo que me faltaba es que quisiese quedarse también con mi novio —protestó Hermione.
  Draco se rió de nuevo y habría contestado pero en ese momento la música sonó y él comenzó a bailar con su novia.
  —Vamos, Hermione, baila conmigo —tiró de su mano.
  —Bailas muy bien —dijo Hermione con un ligero tono de sorpresa.
  —¿Por qué te asombras? Soy bueno en muchas cosas —Draco sonó realmente indignado. El baile terminó y Draco cogió un par de copas con champagne para brindar.
  —Sé que eres buenísimo en muchas cosas —le miró intensamente y notó que sus ojos se llenaban de lágrimas—. Discúlpame— dijo antes de salir corriendo de allí. Él la siguió.

  Hermione salió a uno de los balcones y se apoyó en la barandilla.
  —¿Qué sucede? —Draco se apoyó junto a ella y dejó las copas allí.
  —Nada...
  —¿Por qué lloras?
  —Porque me he asustado.
  —Bueno, soy feo pero no tanto... —Hermione se rió.
  —Feo dice... Pero si eres la persona más guapa que conozco.
  —En serio, ¿qué te pasa? —la abrazó con cuidado.
  —Me he asustado porque nunca había hecho... No sé, siento que sería capaz de romper un muro a puñetazos si te pasara algo a ti. Y me he asustado —Draco la abrazó con fuerza y después se separó para besarla.
  —Yo también te quiero —susurró. En ese momento debieron dar las doce de la noche porque todos los fuegos artificiales activados por magia comenzaron a iluminar el cielo. Draco le tendió una copa a Hermione y ambos brindaron.
  —Feliz Año Nuevo, Draco.
  —Feliz Año Nuevo, Hermione.
  Permanecieron mirando a las luces un largo rato.
  —¿Sabes que soy capaz de sostener el mundo en mis manos?
  —Draco, eso es físicamente imposible —dijo con sorna.
  —¿Segura? —tomó la cara de Hermione entre sus manos.
  —Cállate, tengo una reputación que mantener —contestó totalmente ruborizada.
  —Chicos, venid al baile. Neville y Ginny están bailando estrepitosamente y son muy divertidos —gritó Theo asomándose.
  —Ya vamos, Theo —Hermione entrelazó su mano con la de Draco, ambos se miraron y sonrieron.
  —Vamos, voy a demostrarte lo bien que bailo yo también.
  Y ambos se dirigieron al Gran Comedor cogidos de la mano y con una sonrisa iluminando sus rostros.

Dramione One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora