Imagen de Google.
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—————————Llevaba estudiando horas, los EXTASIS la tenían agotada. Hermione trataba de meter en su cerebro todos los nombres de los elfos y gigantes que habían participado en decenas de guerras a lo largo de la historia. Necesitaba un Extraordinario en Historia de la magia y lo iba a conseguir. Levantó la cabeza del gigantesco libro y cerró los ojos, le picaban mucho de tanto estudiar y la cabeza le dolía bastante. Miró el reloj: eran las 22:58, la hora de la cena había pasado hacía muchas horas pero tenía el estómago totalmente cerrado. Suspiró, realmente estaba cansada y empezaba a hartarse de las guerras entre criaturas mágicas.
Se levantó para estirar las piernas y fue al baño a refrescarse. Los pasillos estaban desérticos y la biblioteca hubiese estado cerrada de no ser porque la señora Prince estaba enferma y nadie se preocupaba por cerrar.
Volvió del baño más lúcida y, con la mente algo más despejada, decidió que se estudiaría solo dos batallas más. Cuando se volvió a sentar en la silla se dio cuenta de que sobre el libro había un pedazo de pergamino doblado.
Lo cogió con curiosidad y, al desplegarlo vio que estaba escrito. La abrió y al leer el mensaje frunció el ceño.Mi árbol genealógico siempre ha sido Slytherin. Desde los tiempos más remotos, allá por el año 1066, mi ancestro, Armand Malfoy, fue clasificado en la noble casa Slytherin.
Hermione releyó la nota sin comprender muy bien lo que significaba.
—Draco, ¿dónde estás? Sé que esto es cosa tuya —Hermione miró a su alrededor pero estaba totalmente sola. Suspiró, a saber qué pretendía el rubio. Se levantó y, al tirar de la nota, se dio cuenta de que el papel estaba atado a un cordel. Lo comenzó a seguir y junto a una estantería vio otro pedazo de pergamino. Se acercó y lo cogió curiosa. Draco sabía que su curiosidad iba a ser mayor que su indignación—. Draco, tengo que estudiar, no me puedo distraer.
Su boca protestaba pero igualmente leyó la nota:A lo largo del tiempo, aunque han pasado varias generaciones, podemos elegir al azar cualquier individuo como Nicholas Malfoy o Brutus Malfoy y todos han permanecido en Slytherin.
Hermione miró a su alrededor igualmente desconcertada.
—Draco, no tiene gracia, ¿qué diablos significa esto?
Al pronunciar estas palabras, sintió un tirón en el pergamino proveniente de otro hilo y, resignada, comenzó a seguirlo en busca del sentido de todo aquello.
Siguió el hilo hasta la puerta de la biblioteca donde había otro fragmento nuevo:Incluso en el siglo XVIII, mi ancestro, Septimus Malfoy, quedó en Slytherin.
Continuó por el pasillo procurando no hacer ruido por si la señora Norris la oía, no quería problemas con Filch.
Este hilo era más largo y de dirigía a las escaleras. Indignada ante la distracción pero intrigada por los pergaminos comenzó a subir por la escalera. Al llegar al primer rellano vio otro trozo de papel:Mi abuelo, Abraxas Malfoy, también quedó en Slytherin y mi padre, Lucius Malfoy, obviamente, también.
Continuó siguiendo al hilo por la escalera y el siguiente pasillo. Allí, junto al corredor que daba a la Torre de Astronomía, había otro papel:
Obviamente yo, Draco Malfoy, también me encuentro en Slytherin. Asimismo todas las personas que se incorporaron a la familia como mi madre, mi abuela y decenas de mis antecesoras, se encontraron también en Slytherin.
Hermione continuó hasta la torre de Astronomía y allí, pendiendo de un hilo en el centro había un último pedazo de pergamino. Hermione lo cogió y lo abrió rápidamente:
Por eso pienso que el Sombrero Seleccionador se equivocó contigo: mira que mandar a Gryffindor a una Malfoy.
—Aunque bueno, bien pensado, una Gryffindor en la estirpe traerá variedad y color. Esto está todo demasiado verde.
Draco estaba apoyado en la pared detrás de Hermione. Esta se dio la vuelta y lo miró con la boca abierta.
—Pe... Pero... —Hermione trataba de articular palabra pero no era capaz.
Draco se acercó a ella. Le brillaban los ojos y estaba visiblemente nervioso.
—Como no digas algo creo que se me va a salir el corazón por la boca.
Hermione le miró, se veía muy adorable porque tenía las mejillas rojas y contrastaba notablemente con su palidez.
—Draco...
—Sí, sé que vas a decir que somos muy jóvenes y que estamos a punto de acabar el colegio. Acabamos de pasar por una guerra y encima todo el mundo me odia. Pero de verdad que no hay nada de lo que esté más convencido que de que quiero pasar el resto de mi vida contigo. Y seré un sucio exmortífago pero sería capaz de sufrir mil maldiciones y embrujos si así puedo conseguir que seas la Gryffindor que rompa la tradición Malfoy de ser Slytherin.
Draco se había acercado hasta quedar junto a Hermione que lo miraba con lágrimas en los ojos. El chico se arrodilló.
—Draco...
—Hermione.
—Yo no... —El chico palideció más de lo normal.
—¿No? —preguntó tembloroso.
—Yo no iba a decir eso —Hermione se agachó hasta quedar a su nivel—. Sí, tal vez somos jóvenes y nos quedan mil cosas por vivir, estudiar y hacer pero no se me ocurre nada mejor que vivir, estudiar y hacerlas contigo. Y a mí me da igual si el resto piensan que eres un mortífago o no. Y me da igual porque yo sé quién eres y créeme que de todas las palabras que conozco nunca usaría 'mortífago' para definirte. Y mucho menos sucio —él la observaba sobrecogido y ella lo miró con una sonrisa que se fue agrandando—. Así que sí —contestó determinada—, mi respuesta es sí.
—¿Sí? —los ojos de Draco brillaban intensamente.
—Sí
—¿Te casarás conmigo? —su voz denotaba algo de incredulidad.
—Sí
—Dilo —Hermione sonrió ante su petición. El rubio sonrió de vuelta.
—Sí, Draco, me casaré contigo.La cogió en brazos y la hizo girar mientras ambos reían. Cuando la dejó en el suelo sacó del bolsillo de la túnica una cajita y la abrió: un elaborado anillo brillante apareció ante los ojos de Hermione y, con cuidado, Draco lo colocó en el dedo de la chica. Ella miró el anillo sonriente.
—¿Te gusta? —preguntó él mirándola como si fuese lo más preciado de la Tierra.
—Me encanta, Draco, es precioso.
Draco la atrajo hacia sí y la besó con fuerza. Ella lo abrazó y reposó la cabeza en su pecho.
—Eso sí, solo una Gryffindor. Nuestros hijos serán Slytherin —declaró el rubio fingiendo seriedad.
Ella se rió y se separó para mirarlo.
—Mis hijos podrán ser lo que quieran. Y si son de Gryffindor no será un problema.
—Lo sé... —La miró cariñosamente y besó su nariz—. Mientras que no queden en Hufflepuff...
—¡Draco! —ella le golpeó suavemente mientras él se desternillaba.
—Mira, mientras que mis hijos sean tus hijos, me dará igual todo.
—Te quiero.
Y, a modo de respuesta, Draco la besó de nuevo.

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Dramione One Shots
Fiksi PenggemarBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...