Dramione One Shots

Mío, mía, nuestros

  Se levantó de la cama, cogió la camisa de Draco y se la puso. Se apoyó en el marco de la puerta y le observó: madre mía, él estaba ahí, tumbado, desnudo... Le parecía increíble lo atractivo que era. Es decir, Draco era guapo, y tenía una mirada preciosa pero es que además de cuerpo... Se sonrojó de la vergüenza que le dieron sus pensamientos.

  Su novio estaba tumbado en la cama, boca abajo, totalmente dormido y ambos habían quedado con sus amigos y tenían que prepararse. Sin embargo, Hermione fue incapaz de despegar la vista de la espalda y el culo de Draco. Y es que menudas vistas tenía ante ella.

  El chico se removió y se dio la vuelta buscándola a ella. Tanteó con la mano en la cama y, al no sentirla, abrió los ojos.
  —Hola —susurró con voz ronca y sonriendo.
  —Hola.
  —Esa camisa te queda bien.
  —No tan bien como a su dueño.
  —No, no, ya te aseguro yo que te queda mejor —la mirada de Draco hizo que se volviese a sonrojar.
  —Eres un pervertido, que lo sepas —protestó acercándose a él un poco.
  —Tu pervertido —contestó bajando los pies y sentándose en la cama. Hermione se acercó y se sentó sobre sus piernas.
  —Tal vez... —pasó las manos alrededor de su cuello y besó su mentón.
  Él se dejó hacer hasta que ella se acercó a su boca y con un rápido movimiento atrapó sus labios y comenzó a besarla con intensidad.
 
  En mitad de los besos, Hermione se separó y antes de Draco pudiese hacer nada, plantó los labios en su cuello y succionó dejando un buen chupetón.
  —¡Pero qué...! —él se echó la mano al cuello sorprendido.
  —Mi pervertido —fue la divertida contestación de Hermione. Draco la miró entrecerrando los ojos—. ¿Por qué me miras así? ¿Me vas a pegar?
  —No precisamente.
  —¿Y qué vas a hacer? —le miró retándole.
  Draco se pasó la lengua por los labios, inconscientemente Hermione había conseguido excitarle muchísimo. Se levantó cogiéndola en brazos y la tumbó en la cama. Con dos rápidos movimientos desabrochó los botones de la camisa.
  —Yo ya tengo mi marca. Ahora vamos a por la tuya —se tumbó sobre ella y comenzó a besarla haciendo que Hermione olvidase hasta su nombre.

  Y cuando ella tenía todos los sentidos onubilados y solo era capaz de dejar escapar suspiros y gemidos...
  —¡Ay! —exclamó llevándose las manos al cuello y abriendo los ojos de repente.
  —Mía —susurró Draco con una sonrisa ladina a escasos centímetros de su cara. Hermione sonrió y le besó.
  —Nuestros.