Dramione One Shots

Noche de borrachera (parte 1)

  La fiesta de fin de curso había sido expectacular. Generalmente se descontrolaban, pero si al habitual festejo le sumabas que por fin había acabado la guerra y todo... Fue una bomba. Hubo música, comida y bebida hasta las cinco de la mañana, en Hogwarts nunca se vivió nada parecido.

  Y como toda gran fiesta nocturna, precedió a una gran resaca matutina. Al día siguiente, el 90 % de las personas que habían asistido a la fiesta, tenían la cabeza para reventar. A las doce de la mañana, aún había gente dormitando en las esquinas del castillo, a pesar del tránsito de los fantasmas y de un especialmente furibundo Filch, que junto a la Señora Norris, intentaban eliminar el desastre anterior.
  Y es que cuando a las dos de la mañana, Blaise Zabini, Theodore Nott, Draco Malfoy, Neville Longbottom y Lee Jordan, que ya llevaban en vena más alcohol del que deberían, salieron de las cocinas con una cantidad ingentes de botellas, el resto de los asistentes aún no estaba demasiado borracho. Una hora después, cuando todo el arsenal líquido se había acabado, el ambiente era un caldo de cultivo para la resaca del día siguiente.

  Así que, en medio de aquella gigante resaca a la que algunos, como Zabini, ya estaba bastante más acostumbrado, otros, como Neville, sentían que querían morirse. Y en este último grupo se encontraba Hermione Granger. Cuando al día siguiente, un ruidito hizo que abriese los ojos, el choque de luz que entró por su ventana e impactó en sus ojos fue tan horrible que volvió a cerrarlos.
  —Oh... —protestó mientras se daba la vuelta con la férrea intención de seguir durmiendo huyendo así del dolor de cabeza. Se acomodó en el nido calentito en el que se hayaba y los volvió a cerrar. Entonces, el ruidillo que había oído, semejante a una respiración, volvió a sonar, mientras una masa responsable del calor que sentía, la abrazaba. La reacción fue por fases: primero se sintió cómoda allí y se apoyó más aún; después, su sentido común hizo que se diese cuenta de que eso por cómodo que fuese, no era una almohada; a continuación abrió los ojos para encontrarse que estaba en los brazos de alguien; lentamente subió la mirada en busca de su responsable; por último observó, en décimas de segundo, que era Draco Malfoy y pegó tal brinco que ambos despertaron del todo—. ¡AH! —gritó sentándose en la cama.
  —¡¿Qué pasa?! —preguntó Draco llevándose una mano a la cabeza por el dolor.
  —¡Malfoy no chilles! —ordenó Hermione poniendo el mismo gesto dolorido. El chico la observó y el pánico cruzó su rostro.
  —¡Oh, mierda! Granger... —pronunció mientras bajaba la mirada observando que ella no llevaba ropa. Hermione siguió el recorrido de sus ojos y al verse totalmente desnuda dio otro grito y se tapó con la sábana.
  —¡AH! ¿¡QUÉ PASÓ ANOCHE!?
  —¡No sé qué pasó anoche, pero como no dejes de gritar, hoy va a haber un asesinato! —gritó él mientras se dejaba caer sobre la almohada.
  —Perdón —dijo ella—. Joder Malfoy, ¿te acuerdas de algo?
  —No... Solo tengo fragmentos —contestó con la mano en los ojos.
  —Yo tampoco... Es decir, recuerdo que tú, Zabini, Nott, Neville y Lee Jordan sacásteis mucha bebida, y... —hizo un esfuerzo por recordar—. Y después Ginny insistió en que bebiese, y luego bailamos y... Odiosa Ginny, por su culpa no recuerdo nada.
  —¿No sueles beber eh? —él volvió a sentarse y salió de la cama esquivando botellas—. Por Merlín, nunca había bebido tanto, mi hígado debe estar en huelga... —susurró con la voz ronca mientras buscaba su ropa.
  —Malfoy... ¡Malfoy! —gritó para que le hiciese caso.
  —¿Qué rayos quieres, Granger? —masculló entre dientes volviéndose. Al verle desnudo Hermione volvió la cabeza haciendo que él pusiese los ojos en blanco.
  —¿Qué hicimos? —preguntó con miedo.
  —Pues no me acuerdo, pero a juzgar por nuestras apariencias me lo puedo imaginar —le guiñó un ojo y se puso los calzoncillos y la camisa.
  —No me puedo creer que nos hayamos acostado... —murmuró Hermione con la mirada perdida.
  —Yo tampoco, la verdad. Pero bueno, sorpresas te da la vida —recogió sus pantalones, se puso los zapatos y se dio por satisfecho, si llevaba más ropa la daba por perdida. Intentó abrocharse la camisa pero los botones no estaban—. Vaya Granger, hubo euforia anoche —dijo con una sonrisa de lado haciendo que ella se sonrojase hasta la médula.
  —Cállate Malfoy.
  —Bueno, me voy, te diría que ha sido un placer pero no me acuerdo de absolutamente nada así que...
  —¡No! —gritó, y ambos pusieron un gesto de dolor—. No puedes irte.
  —¿Por qué? —se giró con una mirada inquisitiva y molesta.
  —Malfoy, alguien pudo vernos anoche, y si se lo cuentan a alguien, mis amigos me matarán.
  —No es mi problema —contestó él.
  —Si lo es, tú participaste tanto como yo así que es tu responsabilidad tanto como la mía —Draco se pasó una mano por el pelo frustrado.
  —Granger, nadie se acordará de nada de ayer.
  —Alguien pudo beber menos, o no beber, o un fantasma o... Quién sabe, el asunto es que me da igual, hasta que no esté segura de que nadie nos vio esto no ha acabado.
  —Está bien, está bien —claudicó—. Pero primero me voy a ir a duchar, a tomarme una poción para la resaca y a desayunar. Y tú deberías hacer lo mismo —dicho esto salió de la habitación. Hermione se sentó en la cama con pesadez para buscar su ropa desperdigada pero la cabeza de Draco volvió a aparecer—. Granger...
  —¡Ah! —se tapó rápidamente con la sábana y él sonrió irónico.
  —Granger, acompaña la poción para la resaca con una anticonceptiva, por si acaso —y después de guiñar de nuevo un ojo, salió de allí.

  Hermione se levantó y fue al baño. Se situó frente al espejo y observó su pelo, que era todo un espectáculo.
  —Madre mía, no volveré a beber jamás, esto es... ¡AH! —chilló al ver una marca en su cuello. No pudo hacer más porque se tuvo que tirar sobre la taza del váter a vomitar. Cuando vacío su estómago se sentó en la taza agotada—. Definitivamente no volveré a beber nunca más —pensó mientras vacíaba su estómago.