Dramione One Shots

200 Recuerdos

  ¡Wow! 200 capítulos... Es una barbaridad muy bárbara, principalmente porque cuando empecé ni siquiera imaginaba que alguien fuese a leerlo.

  Bueno, no sabía cuál era el límite de capítulos que Wattpad soportaba pero lo acabo de descubrir: es 200, 200 capítulos es el máximo que soporta, lo que significa que se acabó, que no me caben más capítulos aquí. Pero Keep Calm, esto no se va a acabar, simplemente me veré forzada a crear una nueva historia que bautizaré como Dramione One Shots 2. Cambiaré la portada un poco y de nuevo continuarán los one shot como siempre.

  Debo añadir que, como habréis visto, últimamente no tengo mucho tiempo, la universidad es muy agobiante y literalmente no me da la vida para nada. Por ello, para evitar subir capítulos de peor calidad, de ahora en adelante lo de capítulo al día dejará de ser una norma, subiré uno cada vez que pueda intentando dejar el mínimo de espacio temporal.

  Sin más agradecer con el alma vuestros comentarios de apoyo y opinión, los valoro muchísimo y leo cada uno de ellos. Así mismo deciros que las sugerencias son siempre bien recibidas y tomadas en cuenta. Por todo esto quiero daros las gracias, porque esta cifra es gracias a vosotrxs, lectorxs que día tras día colaboráis en esta pequeña lectura. También agradecer a los artistas (porque de verdad que sois unos artistas) que hacéis esas maravillas de dibujos e ilustraciones.

  Muchísimas gracias a todos y, bueno, nos vemos en el 300, aunque no sea aquí. :-)

————————————
————————————

  Se sentó en su sillón favorito y abrió el álbum de fotos y recortes. Literalmente allí estaba toda su vida con Hermione.
  Pasó las hojas lentamente mientras observaba detenidamente cada foto, regresando entre sus recuerdos a los momentos que habían capturado.

  Sonrió al ver una foto del día en el que empezaron a salir, tan jóvenes, con tanto aún por descubrir... Theo les había inmortalizado andando juntos, con las manos entrelazadas. Al lado había una de Hermione tumbada con la cabeza apoyada en su regazo. Ni siquiera recordaba cuándo le habían hecho esa foto, pero claro, en el momento solo la miraba a ella ycuando eso sucedía el resto del mundo dejaba de existir.
  Junto a las fotos había entradas de cine y de teatro, notas que se habían ido dejando el uno al otro, hojas de los paseos por el campo... Suspiró sonriendo, a Hermione siempre le había gustado guardar esas pequeñas cosas que te hacían recordar el momento preciso de cada situación vivida.

  Pasó la página y sonrió al ver una hoja con los temas que se volvían conversaciones hasta las tantas de la madrugada, una etiqueta de la primera botella de champagne que se bebieron en su cumpleaños, una foto de él en el Ministerio de Magia y otra con el carné de conducir muggle, Hermione bañándose en el mar, ellos dos besándose... Había dos páginas dedicadas a fotos de ellos con Theo, Luna, Ginny, Harry, Neville, Blaise, Pansy, compañeros del trabajo... Y de las bodas de todos ellos.

  Y llegó a su boda, y aparecía Hermione totalmente radiante enseñando su anillo, las fotos de la ceremonia y del convite, con ellos tan sonrientes, felices y enamorados, sin hacer caso a la cámara, solo mirándose el uno al otro.
  La siguiente página era la de Rose: su ecografía, su altura y su peso al nacer, un montón de fotos de ellos medio llorando con su bebé en brazos, ella riendo, sus primeros pasos...
  Podía recordar cada sensación, cada olor, cada sonido del momento en el que había sujetado a su hija por primera vez.

  Y al pasar la página apareció una foto de la casa a la que se habían mudado cuando nació Rose. Había varias fotos: él entrando con ella en brazos, Hermione sentada en las escaleras mirándo hacia él mientras la fotografiaba, padre e hija mirando hacia la casa... Recordaba que mientras Hermione le sacaba esa foto él le estaba enseñando a su hija el lugar en el que iban a vivir y lo mucho que le iba a gustar.
  Después había fotos de ellos de picnic, en el parque, de vacaciones en la playa... En todas Rose tenía menos de dos años por lo que aún no había nacido Scorpius y se podía ver aquellas que había sacado él y aquellas hechas por Hermione.
 
  Al pasar la página se encontró un marcapáginas que ella había hecho con un trozo de carta y que él siempre usaba y una foto de ella abrazando unos diez libros y lanzándole un beso con la mano. Había fotos de ellos con Crooshanks y con sus padres y amigos.

  Y la siguiente página comenzaba con una fotografía de Hermione, embarazada de nuevo, con Rose en brazos y sonriéndole. Y después fotos de Scorpius, de los dos niños juntos, de él jugando con ambos o ella leyéndoles un cuento...
  Y después estaban las fotos de los dos el primer día en el colegio muggle, con su primera escoba, jugando al ajedrez y leyendo, del primer día en el Andén 9 y ¾ y de ellos con sus amigos. Había recortes de sus notas, fotos de Rose en Quidditch con Lorcan y de Scorpius con Albus practicando duelos... Y después la foto de su mujer cuando la ascendieron a Ministra y del artículo de periódico en el que aparecía. Fotos de ellos en la ceremonia y de Hermione con elfos de sus campañas a favor de sus derechos. También imágenes de sus hijos en la graduación y con sus abuelos.

  Y así llegó a la zona más crítica para su mujer, el momento en el que su madre murió. Las fotos de ese periodo estaban más apagadas, tanto sus hijos como Hermione sufrieron muchísimo su pérdida y llevó tiempo continuar viviendo sin Jean. Se veía como poco a poco Hermione había recuperado su buen humor y volvía a sonreír en las fotos mientras ambos se miraban embobados como el primer día. Y volvían a aparecer entradas y billetes de los mil sitios a los que habían ido y las fotos de sus hijos en sus trabajos y en sus apartamentos.

  Después llegaba la sección de la boda de Scorpius con Albus y lo contentos que estaban por ver a su hijo tan feliz con su marido. Y después venían las fotos de su primer nieto, Hyperion, el adorable niño que su hijo y su yerno habían adoptado y que habían bautizado así en honor a Draco por ser rubio. Recordaba lo muchísimo que se habían ilusionado al tener a su primer nieto en brazos y como Hermione estaba radiante al verle.
  Después aparecían fotos de la boda de Rose con Lorcan, y de nuevo ellos aparecían radiantes en las fotos de uno de los días más felices de la vida de su hija.
  Y al pasar la página aparecía el hijo de la pareja, su segundo nieto: Theo Júnior, y de nuevo varias fotos de ellos con él y con todos sus descendientes.
  Y justamente después, la adopción de Ginny, fotos con sus tres nietos, de Scorpius con sus hijos, de Rose con el suyo, y muchas de Draco jugando con los niños.
  Después aparecían decenas de fotos de su vida cotidiana, ya más mayores, jubilados ambos, en las que aparecía Hermione anudando su corbata y besando su mejilla o él mirándola absorto desde su escritorio en el despacho de casa, fotos evidentemente hechas por Erin el elfo doméstico. También aparecían ellos inmortalizados bailando en el salón,  limpiando los cristales o el polvo o sentados en el sofá abrazados. La variedad de fotos tanto muggles como mágicas era arrolladora.

  Se quedó mirando una foto de Hermione en la que aparecía dormida en el sofá. Recordaba que la había hecho porque en ese momento estaba tan adorable que solo quería capturar el momento... Cerró los ojos mientras se quedaba apoyado contra el respaldo del sillón. Como había ido cambiando su vida, les habían pasado tantas cosas... Nada tenía que ver su vida en ese momento con su vida en Hogwarts, todo había cambiado. Si simplemente ella no hubiese...
  —¿Estás nostálgico hoy? —la voz de la chica le sacó de sus ensoñaciones. Le quitó el álbum de su regazo y se sentó en sus rodillas. Suspiró, cada día daba gracias por tenerla ahí con él, sinceramente no sabía qué sería de su vida si la perdiese.
  —Solo pensaba en como ha cambiado todo... —su mujer se apoyó en su pecho y dejó que la abrazase.
  —Mucho... Han pasado muchas cosas —se quedó abrazada a él.
  —¿Cuál es tu foto favorita?
  —No lo sé, tengo muchas... —volvió a coger el álbum y lo hojeó.
  —¿Cuál es tu favorita de nosotros dos solos? —insistió
  —Mmm... No lo sé, muchas me gustan. Mira, a esta le tengo mucho cariño porque es de nuestra Luna de Miel —señaló una foto en la que ambos estaban abrazados mientras él se apoyaba en la barandilla del río Sena. Era una maravillosa foto muggle hecha por un fotógrafo que estaba haciéndole fotos al paisaje y que les inmortalizó.
  —Cariño...
  —¿Si, Draco?
  —Te amo —ella cerró los ojos un momento porque nunca iba a dejar de amar esas frases espontáneas de Draco.
  —Yo también te amo —y le besó abrazándose a su cuello, como llevaba haciendo desde hacía ya más de 40 años.

  Era muy probable que en ese álbum hubiese mínimo 200 fotos y recuerdos de toda su vida, pero tenía la sensación de que nada se acababa, que todo seguía y que lo mejor estaba por llegar. Se separó y se miraron a los ojos, que seguían igual de preciosos que el primer día. Sí, definitivamente aquello iba para largo y les quedaban como mínimo otros 40 años.