Primer atisbo de magia

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  Los Malfoy habían decidido pasar el fin de semana en una casa de campo con los Potter y los Nott. Por lo que a esa hora, mientras Draco, Hermione, Theo, Luna, Harry y Ginny charlaban en una mesa en el porche, los niños correteaban y jugaban al Quidditch en el jardín. Por un lado estaban Lorcan, Rose y James jugando al Quidditch; por otro Lysander y Lily dibujando; y por último Albus y Scorpius haciendo de las suyas.

  En medio de la paz del campo se oyó un grito de dolor proveniente de un niño de cuatro años. Lo primero que pensaron los adultos fue que habían sido los del Quidditch, porque les habían advertido del riesgo de volar, aunque fuese a un metro de altura, siendo tan pequeños, pero entonces llegó Albus corriendo.
  —¡Scorpius se ha caído! ¡Señores Malfoy! —Hermione se apresuró en ir en busca de su hijo, Draco fue detrás.
  —¡Mamá! —lloró cuando su madre le cogió en brazos.
  —¿Qué tiene? —preguntó Draco acariciándole la cabeza.
  —Una herida en la rodilla, nada grave.

  Fue con el niño en brazos hasta regresar junto a los demás. Lily y Lysander se habían acercado a preguntar pero Rose, que desde el aire había visto todo, no había querido bajar.
  —Bah, Scorpius es un inútil, todo el día en el suelo —protestó mientras lanzaba la quaffle. James se rió.
  —Albus es igual, menos mal que Lily ha salido a mí —añadió. Lorcan se volvió a mirar pero no bajó de la escoba. Si Rose no iba ninguno de los otros dos lo haría.

  —¿Qué ha pasado, Albus? —preguntó Draco mientras Scorpius se agarraba a su madre, que le intentaba convencer para dejarse curar.
  —Pues es que estábamos jugando a subir al árbol y de repente me he resbalado y no sé qué ha hecho Scorp pero la rama se ha movido de repente para que no me cayese, y el que se ha caído ha sido él —contestó asustado.
  —¿Al, Se ha movido la rama sola? —preguntó Ginny. El niño asintió.
  —¡Scorpius! ¡Has hecho magia! —celebró su padre. Su hijo le miró con curiosidad.
  —¿He... He hecho magia?
  —Sí cariño, has mostrado tus primeros indicios de magia —dijo su madre.
  —¿Y eso es bueno? —dijo con miedo.
  —Pues claro que es bueno —contestó Hermione—. Y ahora, ¿me dejas que te cure? —el pequeño asintió y ella con la varita y un rápido hechizo de curación le dejó como nuevo—. Ya está.
  Scorpius movió la rodilla y al ver que ya no le dolía se bajó de los brazos de su madre.
  —Vamos Al, que todavía puedo ganarte y llegar arriba antes —dijo echando a correr hacia el árbol aún con los restos de lágrimas.
  —De eso nada —y Albus corrió detrás.
  —¡Cuidado con los árboles! —gritó Harry a los niños.
  —Si Albus se muere, ¿puedo quedarme con su cuarto? —preguntó James a su madre, aún desde el aire.
  —Ni Albus se va a morir ni te vas a quedar con su cuarto —protestó Ginny. Lily y Lysander se volvieron a jugar y James, Rose y Lorcan continuaron con el Quidditch

  Esa misma noche, en la habitación, Draco y Hermione conversaban.
  —Cariño —dijo su marido desde la cama—, estaba pensando en el accidente de Scorp.
  —Yo también —dijo ella tumbándose junto a él.
  —Ha hecho magia por primera vez, pero ha sido para ayudar a su amigo.
  —Sí, debe querer mucho a Albus —nadie dijo nada más, a pesar de que seguían pensando.
  —¿Cómo fue tu primera acción de magia? —preguntó él una vez que estaban ya preparados para dormir.
  —No te rías pero, según mi madre, la primera vez que hice algo raro creo que intenté coger el cuento para dormir, que estaba en la mesilla, y desde la cuna lo atraje —Draco sonrió al oír que hasta su primer atisbo de magia estuviese relacionado con los libros pero se quedó impresionado por lo de la cuna.
  —Pero, ¿qué edad tenías?
  —Pues dos años o así.
  —Eras muy pequeña... —y una vez más fue consciente de lo extraordinaria que era su mujer y la apretó entre sus brazos.
  —¿Y tú? —preguntó en el abrazo de Draco.
  —Pues fue a los cinco años, precisamente en mi cumpleaños. Se puso a llover y yo quería aprender a montar en escoba así que me puse a llorar y por lo visto se rompieron los cristales de la ventana.
  —¿Pero cómo ibas a volar sin tener magia?
  —Eso yo no lo sabía, pero al día siguiente mi padre me enseñó.
  —¿Recuerdas la experiencia de Rose? —preguntó Hermione con una sonrisa.
  —Desde luego. Quien seguro que no la va a olvidar es Crooshanks.
  —El pobre parecía una rata al chamuscarse, con lo bonito que era su pelaje.
  —Tres meses tardó en crecer —rió Hermione.
  —Y otros tres en volver a acercarse a Rose.
  —Pobrecilla, con lo que le quiere —se quedaron en silencio un rato.
  —Hermione...
  —¿Qué?
  —¿No te parece raro que Scorpius haya hecho magia para ayudar a Albus?
  —Bueno, son mejores amigos y se conocen desde que nacieron.
  —También yo con Theo y no le salvé de un árbol.
  —Scorpius es más bueno que tú —Draco lo sabía, pero decidió fingir que eso le molestaba para fastidiar a su mujer.
  —¡Oye! No me creo que pienses eso.
  —No me vengas con falsas ofensas, Malfoy —respondió ella, que le conocía bien—. Además, el hecho de que tú fueses un poco malo también contribuyó a que me enamorase de ti —le conocía muy bien, sabía donde golpear, Draco no pudo ni contestar.
  —Buena esa... —calló, porque quería llamarle por el apellido pero eso era conflictivo. Hermione lo supo y no reparó en partirse de risa.
  —Quieres llamarme Granger, pero te has dado cuenta de que soy Malfoy. Y no me quieres llamar Malfoy por que tú también lo eres —se rió de él.
  —No me podía yo casar con alguien menos listo, no, yo con el cerebro andante —se lamentó. Y ella se compadeció, suficiente le había molestado ya.
  —Ay Malfoy, que ahora quien te pica soy yo —dijo antes de besarle. Pero cuando sus labios chocaron con los de su marido, estos tenían una sonrisa marcada y la estaban esperando.

Dramione One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora