Dramione One Shots

Boda time (parte 5)

  —¿Lista para el viajecito en coche? —preguntó Draco abrochándose el cinturón de seguridad.
  —Para algo te has sacado el carné —respondió sonriente.

  El viaje se les pasó rápido y en menos de una hora habían salido de la zona transitada de Londres y pudieron activar el modo vuelo.
  —No creo que tardemos mucho, volando se llega bastante rápido —comentó Draco poniendo el modo crucero y girándose hacia Hermione.
  —Vale, hasta las siete y media no es la boda así vamos con mucho tiempo consultó la libreta donde tenía apuntado todo lo que debían hacer.
  —Así puedo enseñarte el sitio.
  —¿Lo conoces? —se sorprendió ella.
  —Sí, veníamos mucho cuando éramos pequeños, tanto a mis padres como a los Parkinson les gustaba el lugar.
  —¿Por eso Pansy se quiere casar aquí?
  —Supongo. Y protesto porque la verdad es que está lejos pero ciertamente es precioso. Te va a gustar —comentó con entusiasmo.
  —¿Hacia donde estamos yendo? —miró por la ventana pero solo se veían nubes.
  —El sitio se llama Holmes Dunes, a unos 50 kilómetros de Norwich.
  —¿Costa?
  —Sí, es una zona costera, pero es muy verde —contestó acelerando un poco la velocidad.
  —Draco, ¿estás enfadado conmigo? —preguntó tímidamente.
  —No, claro que no —se estiró y la abrazó—. Es que me preocupo por ti —ella se separó y le besó.
  —Te quiero mucho —dijo Hermione y él la apretó más entre sus brazos.
  Se quedaron así un largo rato.
  —Cariño, creo que ya hemos llegado —se medio separó de ella y descendieron con el coche.
  Aparcó junto a la casa donde se preparaba todo lo de la boda y donde sería el banquete.
  Según se bajaron del coche Hermione se quedó asombrada, el sitio era verdaderamente maravilloso.
  —¿Te gusta? —la abrazó y besó su cabeza.
  —Es precioso.
  —Vamos, te enseñaré todo esto.

  Cogió su mano y echó a andar hacia la playa. Recorrieron un bosquecillo hasta llegar al mar. Hermione sonreía maravillada.
  —Es un sitio maravilloso —dijo contemplando el cambio de bosque a playa.
  —Me alegro de que te guste —la abrazó por la espalda. Hermione decidió contarle lo del embarazo, parecía el momento perfecto.
  —Cariño... —se separó para mirarle a los ojos—. ¿Te acuerdas de...?
  —¡Draco! —interrumpió una voz. Ambos se volvieron y observaron como Theo se acercaba.
  —¿Qué pasa?
  —Blaise nos necesita, está un poco tenso —echaron a andar junto al chico.
  —¿Qué ha pasado? —preguntó Draco.
  —No lo sé pero nos necesita.
  —¿Cómo sabías que estábamos aquí? —preguntó Draco entrelazando su mano con la de su mujer y andando detrás de su amigo.
  —Sabía que le querrías enseñar esto a Hermione —contestó divertido guiñando un ojo.

  Llegaron hasta la casa y entraron. Dentro había muchas personas de aquí para allá encargándose de los preparativos.
  —Vamos, está en la habitación en la que dormíamos —Theo comenzó a subir las escaleras.
  Draco miró a Hermione.
  —¿Subes conmigo o...? —dejó la frase en suspense.
  —No, no —se apresuró a contestar—. Ve con tu amigo, estaré con Luna mientras tanto —le dio un beso en la mejilla y él asintió con un sonrisa.
  —Luego te veo —se marchó detrás de Theo y Hermione suspiró.
  No había podido contarle la verdad a Draco, estaba frustrada. Buscó a Luna y la encontró leyendo El Quisquilloso en un sofá.
  —Hola —se sentó a su lado con cansancio.
  —Hermione, ¿qué tal el viaje? ¿Has hablado con Draco? —la rubia dejó el periódico en la mesa y se giró para hablar con su amiga.
  —El viaje bien y este sitio es maravilloso.
  —Sí, es espectacular.
  —Sí, Draco me ha llevado por el bosque hasta la playa e iba justo a decírselo pero Theo nos ha interrumpido.
  —¿¡Qué!? Lo voy a matar, este chico... —se llevó la mano a la cara.
  —Es que por lo visto Blaise tiene problemas y les necesita —suspiró—. Parecía el momento perfecto...
  —No te preocupes, habrá otro momento —Luna la abrazó y justo aparecieron Neville y Hannah
  —Hola, chicas —saludó su amigo.