Se despertó pero no abrió los ojos, si los abría a lo mejor salía del mundo de los sueños y todo se desvanecía. Había soñado con él, como siempre vaya. Suspiró, llevaba enamorada de Draco tanto tiempo que a esas alturas ya se parecía una enferma a sí misma. Sonrió aún con los ojos cerrados, él se había declarado... Parecía tan perfecto que se negaba a despertarse, y que, a lo mejor, fuese falso, pero un ruidito hizo que se girase y se tapase con la sábana huyendo del ruido y de la luz. El ruidito volvió a sonar, era como una tos. Sintió frío y se arremetió bien con la sábana. El ruidito de nuevo, pero no era una tos, era una respiración, un ronquido... Abrió los ojos de pronto y se encontró con una espalda.
—Ah... —ahogó un grito. No estaba preparada para observar su espectacular espalda recién despierta, pero una cosa era segura: nada de eso había sido un sueño. Le brillaban los ojos de felicidad... Él debió oír su grito mudo porque se dio la vuelta y, sin abrir los ojos, estiró los brazos y la abrazó. Ella se relajó y volvió a cerrar los ojos. Qué sensación tan maravillosa...
—Es irreal —susurró inhalando su olor—. Estás aquí... —pegó la cara al pecho del chico.
—¿Qué pasa? —preguntó con voz ronca mientras besaba su cabeza y reforzaba el abrazo.
—No me creo que estés aquí —él la sacó del nido que había formado entre sus brazos para mirarla y ambos se quedaron con la cabeza sobre la almohada, observándose.
—Es irreal que por fin estemos juntos, ¿verdad? —sonreía dulcemente a pesar de estar recién despierto.
—Creía que lo había soñado... —confesó entrelazando sus piernas con las de él.
—Oh cariño, ya te puedo garantizar que no —y lentamente se echó sobre ella para besarla. Hermione ya estaba entregada al beso pero paró.
—¿Qué pasa? —preguntó al ver que se detenía.
—Draco... —tenía los ojos húmedos y él se asustó.
—Hermione, cielo, ¿qué pasa? —retiró las lágrimas antes de que cayesen.
—Me vas a llamar tonta pero... —suspiró—. Draco, no quiero que te vayas.
—Y no me voy a ir... —volvió a acomodarla entre sus brazos—. ¿Por qué me iba a ir? ¿Qué puede ser mejor que estar contigo? —besó su frente.
—Pero no me refiero ahora —se separó y él la observó preocupado—. No te vayas nunca —y volvió a agarrarse a su cuello como si de su salvavidas se tratase. Él acarició su cabello.
—Nunca me voy a ir, tranquila —y se quedó allí, dejándola tumbada contra él y refugiada en su cuello. Siguió pasando la mano por su pelo y espalda mientras daba besos en su cabeza.
—Lo digo en serio —protestó con una vocecilla.
—Y yo te creo —la abrazó más fuerte.
—Si te vas no sé qué podría hacer —Draco volvió a separarse de ella y la miró seriamente mientras se sentaba, ella también se sentó, frente a él.
—Hermione, no me voy a ir a ningún sitio, deja de pensar eso. Pero si me fuese, que no lo voy a hacer, pero si lo hiciese, tú seguirías adelante porque eres perfectamente capaz —besó su frente y se aseguró de que las palabras hubiesen calado en su mente agarrándola firmemente de los antebrazos.
—Lo siento, es que tengo miedo —confesó deseosa de volver a abrazarse a él—, nunca me había sentido así —él también quería volver a tenerla entre los brazos pero aguantó hasta que se desahogase.
—No lo sientas, te entiendo, yo a veces también lo pienso —una sombra de curiosidad refulgó en sus ojos castaños—. Y solo de imaginar en que me dejases y te fueses me siento morir, pero no lo pienses, no va a pasar —aflojó las manos y abrió los brazos, ella se lanzó a abrazarle como si le fuese la vida en ello.
—Gracias, necesitaba... Soltarlo —dijo contra su cuerpo.
—Te quiero, Hermione —susurró en su oído y ella sonrió.
—Yo también te quiero —se quedaron abrazados, sentados en la cama y con más paz mental de la que tenían antes. Ella tembló ligeramente.
—¿Tienes frío? —preguntó al notarlo.
—Un poco, pero estás calentito —contestó mientras acariciaba con la nariz el pecho del chico. Eso fue muy tierno y el besó su cabeza repetidas veces.
—Espera, voy a poner otra manta —salió de la cama y al pisar el suelo frío no llevando nada más que los calzoncillos puestos, se quedó helado también. Cogió la manta más gorda que vio y la echó sobre la cama, después volvió corriendo junto a Hermione.
—¿Qué hora es? —preguntó preparada para abrazarle en cuanto se tumbase junto a ella.
—Mmm... —echó un vistazo al reloj de la mesilla—. Las seis menos veinte.
—Es pronto —dijo en un bostezo acoplándose a Draco.
—Sí, hemos dormido poco, deberíamos dormir más rato —cerró los ojos.
—Antes no pensabas hacer eso —susurró mordiéndose el labio.
—¿A qué te refieres? —preguntó abriendo los ojos.
—Pues a que antes de mi crisis... Amorosa —él sonrió al escucharla—, no íbamos precisamente a dormir —subió la rodilla para rozarle intencionadamente y él cogió aire al notarla.
—Oh Hermione, un día vas a matarme —pronunció mientras se lanzaba sobre su boca.

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Dramione One Shots
Hayran KurguBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...