Nunca en su vida se le había pasado la semana tan rápido como entonces, su inminente nombramiento hacía que no parase ni un minuto: tuvo que asistir a dos reuniones cada día, informando y siendo informada de los procedimientos, eligió su equipo de gobierno y se dedicó a pensar y redactar los cambios que llevaría a cabo en cuanto se sentase en el despacho del Ministro. Además hizo caso a Draco e informó a sus amigos del nombramiento y tanto Harry como Ginny, que iban a asistir a la fiesta de su nombramiento, como Theo y Luna se alegraron mucho por ella.
Una cosa muy diferente habían sido sus hijos. Cuando Rose y Scorpius recibieron la carta que les había escrito su madre informándoles del nuevo cargo, se habían empeñado en escaparse de Hogwarts e ir a verla.
Así que el jueves pidió permiso a Kingsley y el viernes después de comer ambos viajaron a Hogwarts para evitar que sus hijos quebrantasen las normas.
—Esto lo han heredado de ti —le recriminó a Draco mientras se ponía los zapatos terminando de prepararse antes de salir.
—¿Perdón? —la cabeza de su marido se asomó por la puerta del baño con un cepillo de dientes en la boca.
—Es evidente que la parte de tus genes hace que sean capaces de saltarse las normas —sabía que eso era mentira pero le encantaba picar a Draco.
—Y lo dices porque tú jamás has quebrantado las normas de Hogwarts, ¿verdad? —preguntó irónico. Pasó al baño de nuevo, escupió la espuma en el lavabo y se enjuagó.
—Lo hice pocas veces y solo porque Harry se metía en aprietos —se defendió.
—¡¿Pocas veces?! —exclamó—. Intentaste esconder un dragón, usaste un giratiempos para salvar a un preso, ¡pero si hasta formaste una asociación secreta ilegal para aprender Defensa Contra las Artes Oscuras! Por no mencionar los cientos de veces en que ayudaste a Neville y Potter en ocasiones en las que no debías, la cantidad de veces que os escapábais por los pasillos fuera de hora y a saber qué más cosas bajo la capa invisible.
—A ver, primero, todo eso fue respaldado siempre mínimo por un profesor o por circunstancias extremas como lo del Ejército de Dumbledore; y segundo, yo te cuento mi vida para obtener apoyo, no para darte material de ataque —rebatió obteniendo su risa.
—Que sí, que lo que tú digas, pero si nuestros hijos se portan mal tienen influencia de ambos —se acercó a ella con una sonrisilla de suficiencia.
—No sé ni para qué te digo nada —refunfuñó sabiéndose perdedora de esa tontería de discusión. A veces olvidaba que Draco siempre escuchaba y recordaba absolutamente todo lo que ella decía y en ocasiones como esas le odiaba por ello.
—Pero si sabes que yo te adoro —la abrazó sin dejar de sonreír y besó su frente.
—Pues en momentos como este yo odio tu memoria —protestó. Él se separó con una sonrisa arrogante.
—Esto solo hace que te quiera más —y la besó antes de ir en busca de su corbata.
—Sabes a menta —dijo ella.
—Me acabo de lavar los dientes, no voy a saber a pudin —contestó divertido.
—Me gusta la menta —fue todo lo que añadió. Draco no acabo de entender muy bien su frase pero para Hermione si tenía sentido: de las muchísimas cosas que relacionaba con su marido la menta era una de las más presentes. Y todo lo que identificaba con Draco le encantaba.
—Bueno, me alegro —se encogió de hombros y se puso la chaqueta—. ¿Nos vamos? —preguntó.
—Sí, vámonos —contestó con una sonrisa. Ambos bajaron al salón y se metieron en la chimenea.
—¡Despacho de Minerva McGonagall, Hogwarts! —declamó Draco soltando los polvos flu.————————————-
Cuando Hermione abrió los ojos se encontró con la amable mirada de McGonagall.
—¡Profesora McGonagall! —exclamó saliendo de la chimenea y abrazando a su antigua profesora.
—Hermione, qué alegría verte —hacía mucho tiempo que ya no la llamaba por su apellido, especialmente porque decir señora Malfoy se le hacía muy raro.
—Directora Minerva McGonagall —saludó Draco con una sonrisa afable.
—Draco Malfoy —la mujer le dio un rápido abrazo y él se sintió extraño, después de todo esa mujer le había castigado en innumerables ocasiones.
—¿Cómo va todo por Hogwarts? —preguntó Draco.
—Pues bien, aunque supongo que estarán al corriente gracias a Neville. Pasaos luego por el invernadero, le hará mucha ilusión veros —les hizo un gesto para que se sentasen frente a ella.
—Por supuesto —respondió rápidamente Hermione, que no podía evitar comportarse como cuando estaba en el colegio, por mucho que de eso hubiesen pasado décadas.
—Mi más sincera enhorabuena por tu ascenso, Hermione, no me extraña que vuestros hijos irrumpiesen en mi despacho exigiendo ir a verte, es una gran noticia.
—Muchas gracias, profesora McGonagall.
—Por Merlín, llevo sin ser tu profesora muchos años, es hora de que me llames por mi nombre —rió la mujer.
—Se me hace raro —murmuró tímidamente. Draco tomó su mano y le dio un apretón.
—Seguro que podrás, bueno, voy a buscar a Rose y a Scorpius, tienen muchas ganas de veros —dijo McGonagall levantándose.
—Sí, sí, pero luego les dices de volver a casa en Navidad y no salen de aquí ni con agua caliente —bromeó Draco. McGonagall se rió y salió del despacho.
—Es que Hogwarts en Navidad es especialmente bonito —fue la respuesta de Hermione volviéndose hacia él.
—¿Te acuerdas de nuestras primeras Navidades juntos? —dijo Draco acariciando su mejilla.
—Por supuesto, y también recuerdo nuestras primeras Navidades de casados —se apoyó en su hombro.
—Como para no, Rose no nos dejó dormir ninguna noche —besó su frente.
—Tenía tres semanas, Draco —ambos rieron—. Y no se puede decir que las desaprovecháramos —él dio una sonora carcajada.
—Y luego el que dice las cosas explícitas soy yo...
En ese momento la puerta se abrió y ambos se volvieron.
—¡Mamá, papá! —gritó Scorpius al verles y corriendo hacia ellos. Rose salió detrás. Ambos se pusieron de pie para recibir a sus hijos.
—Hola, cariño —saludó su madre abrazándole—. ¡Qué grande estás! —exclamó Hermione viendo al clon de Draco que era Scorpius.
—Hola, papá —dijo la chica abrazada a Draco. Le había echado mucho de menos.
—Hola, Rose, ¿cómo estás? —besó su cabeza y la soltó para que pudiese saludar a su madre.
—Bien, papá, ayer ganamos el partido de Quidditch porque atrapé la snitch —su padre sonrió orgulloso—. Hola, mamá —mientras ambas se abrazaban Draco estrechó a Scorpius que rápidamente se aferró a su padre.
—Da igual, la copa de las casas la va a ganar Slytherin —susurró en su oído haciendo que Draco riese.
—Enhorabuena, mamá, sabía que llegarías a ser Ministra —la felicitó su hija abrazándola fuerte. Scorpius se soltó de su padre e imitó a su hermana.
—Sí, mamá, vas a ser la mejor Ministra de la historia, como dice papá.
—Si es que no me hace caso, y mira que se lo he dicho veces —dijo Draco sin dejar de sonreír al ver a Hermione abrazada por sus dos hijos.
—¿Os vais a quedar más tiempo? —preguntó Scorpius anhelante.
—Un rato, vamos a ir a ver a Neville y después...
—¡Entonces tenéis que venir a saludar a Albus! —exclamó el niño.
—Sí, seguro que los Potter, los Nott y Frank se alegran de veros —añadió Rose.
—Bueno, como vamos a ir a ver a Neville, diles que bajen a los invernaderos y así saludó a las fierecillas que tenéis por amigos —respondió Draco haciendo que Scorpius asintiese feliz.
—¿Y cómo es que vas a ser Ministra, mamá? —preguntó Rose.
—Porque Kingsley se retira, y por lo visto llevan pensando en mí para el puesto mucho tiempo y... Pues eso —contestó Hermione.
—Estoy muy orgullosa de ti —respondió Rose volviendo a abrazarla.
—Gracias, hija. Bueno, vamos a bajar a buscar a Neville. Id a avisar a vuestros amigos —dijo Hermione.
—Bueno, Rose puede avisar también a su novio —le chinchó Scorpius con una sonrisa de lado muy parecida a la de su padre.
—No es mi novio —respondió la chica atravesándole con la mirada. Puso la misma cara de enfado que su madre con la mirada asesina de su padre. La gente solía aterrorizarse con esa mirada pero Scorpius estaba acostumbrado a los enfados de su hermana.
—¿Cómo que novio? —preguntó Draco mirando a ambos.
—Nada, papá, este que tendrá 12 años pero el cerebro es el de un niño de 2 —contestó nerviosa.
—Sí, sí, díselo a Lorcan —se carcajeó antes de salir corriendo.
—Pero serás... —exclamó antes de salir tras él.
—¿Cómo que novio? —repitió Draco mirando a Hermione que se aguantaba la risa al ver la cara de su marido.
—Déjalo, cariño, vamos —tiró de su mano y ambos salieron del despacho.
—Hermione...
—Sí, cariño —ella sabía que él estaba a punto de protestar.
—¿He oído bien y Scorp ha dicho que Rose tiene novio? —seguía impactado por la noticia.
—Sí, eso ha dicho —contestó tranquilamente.
—¡Pero no puede tener novio! —exclamó furioso mientras caminaban por el pasillo.
—Claro que puede, ya tiene 14 años —llevaba esperando que ese momento llegase mucho tiempo.
—¡Pero si es una niña todavía! —Draco dejó de andar y se pasó la mano por el pelo frustrado.
—No, cariño, ya no lo es —ella siguió andando.
—¿Cómo que no? —la alcanzó mirándola incrédulo.
—Te recuerdo que tú y yo teníamos 14 años cuando empezamos a salir —le miró divertida y a él se le desencajó la mandíbula.
—Pe... Pero... Pero es diferente —farfulló.
—¿Por qué lo es?
—Tú y yo no hicimos nada hasta años después.
—¿Y quién dice que Rose lo vaya a hacer? —se paró y colocó un mechón rubio que se había despeinado—. Mira Draco, tiene 14 años, es adolescente, está empezando a darse cuenta del mundo, no va a casarse ya con Lorcan. Pero es evidente que le gusta, y que a él le gusta Rose.
—Pero es mi niña... —protestó alicaído.
—Cariño, siempre será tu niña —le dio un beso y se cogió a su brazo para salir de ese pasillo—. Es muy lista, Draco, sabrá cuidarse. Pero si tiene cualquier problema nos tiene a nosotros.
—Sí, sí, si le pasa algo mataré a Lorcan —gruñó.
—Te recuerdo que es nuestro ahijado y el hijo de tu mejor amigo —dijo ella con sorna.
—Sí, encima eso, mis nietos van a ser Nott —protestó absurdamente Draco porque ya no le quedaba nada más por lo que protestar.
—Draco, tienen 14 años. Para lo de los nietos vas a tener que esperar.
—Sigue sin gustarme —refunfuñó.
—¿Pero lo aceptarás? —inquirió ella.
—Sí. Pero por ella... Y por ti —Hermione sonrió y besó su mejilla.
—Es lo único que tienes que hacer.
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Dramione One Shots
FanficBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...