Draco entró en la Torre de Premios Anuales cansado, estaba harto de patrullar por las noches. Nunca le gustaba, pero cuando lo hacía entre semana le daba igual porque iba con Hermione, pero los sábados le tocaba a él solo y se le hacía larguísimo.
Al cruzar el retrato de San George, respiró como si acabase de entrar en casa, o al menos lo más parecido que había tenido nunca. Involuntariamente una mano fue a su bolsillo derecho.
Recorrió el pasillo que separaba la puerta de la sala Común y el sonido del crepitar del fuego y el calorcillo que había dentro le provocaron una gran sensación de paz.
Dejó la túnica sobre el respaldo del sofá y buscó a Hermione con la mirada. Al no verla miró rápidamente el reloj y se extrañó de que ya se hubiese acostado pues no era muy tarde. En ese momento sonó un ruido de hojas y al acercarse vio a la chica sentada en el suelo, a los pies del sofá, leyendo.
Se quedó mirándola y la familiar sensación de calidez que siempre notaba cuando estaba con ella le invadió y sonrió como un bobo. Una ráfaga de determinación cruzó por su mente, era un buen momento para...
Se fijo en que su pelo estaba ligeramente liso así que seguramente se habría duchado hacía poco. Durante una fracde segundo se preocupó de que estuviese con el pelo húmedo teniendo en cuenta el frío que hacía pero al ver el pijama que llevaba lo dejó pasar. En realidad no entendía su manera de ponerse ropa acorde al clima porque en ese momento estaba la chimenea puesta pero ella llevaba una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos. Hermione era verdaderamente muy calurosa.Rodeó el sofá, se sentó pasando las piernas por detrás de ella y se recostó sin dejar de mirarla.
—Hola —dijo ella mirando hacia arriba con una sonrisa al verle.
—Hola —contestó. La chica dejó el libro en el suelo y se subió al sofá para besarle.
—¿Qué tal la ronda? —preguntó abrazada a él, que besó su cabeza y la rodeó con el brazo derecho.
—Larga, el tiempo se me hace eterno cuando no estás —respondió. Ella rió levemente y volvió a besarle.
—Yo también te echaba de menos — volvió a recostarse sobre él—. Estás helado —comentó a tocar su camisa.
—Es que hace frío, lo que no sé es como puedes estar con tan poca ropa —repuso acariciando su brazo desde el hombro hasta el codo.
—Es que con la chimenea hace calor —se justificó sintiendo que se le erizaba la piel con su contacto.
—No, si a mí, mientras que estés bien, me da igual la ropa que te pongas —repuso volviendo a besar su cabeza—. Pero tienes el sentido de la temperatura interno un poco loco —ella sonrió y se incorporó para besarle una vez más.
—¿Qué hora es? —preguntó al separarse.
—Pues... Las doce y media, pero mañana es domingo así que no tenemos que madrugar —le encantaba trasnochar.
—Bueno, tenemos que hacer la tarea de Runas Antiguas —Draco sonrió, su novia no tenía remedio.
—Pero se nos da bien, lo haremos por la tarde, ahora vamos a hacer algo divertido —su mirada brillante y juguetona hizo que Hermione dudase, realmente no tenía sueño y pasar el rato con él se le antojaba muy atractivo.
—Vale, pero mañana no nos vamos a levantar muy tarde y no quiero oír ni una sola queja por tu parte —amenazó. Él rió y besó su mejilla antes de levantarse.
—Lo que usted ordene, señorita Granger —recorrió la sala hasta la otra esquina. Su mano se deslizó hasta el bolsillo comprobando que todo estuviese en su sitio. Suspiró y abrió la nevera.
—¿A dónde vas? —preguntó ella.
—A por dos cervezas de mantequilla —dijo al volver, ofreciéndole una botella y quedándose con la otra. Hermione dudó antes de cogerla. Draco abrió la suya y dio un trago—. Apenas tiene alcohol pero si quieres otra cosa... —sugirió al ver su vacilación. Ella le miró y negó sonriendo.
—No, llevas razón —bebió un sorbo y él se sentó junto a ella—. Y a ver, ¿qué cosa divertida quiere el señor Malfoy hacer? —preguntó mientras ambos estaban sentados mirándose.
—Jugamos al juego muggle ese de...
—¿Casar, besar, matar? ¿Otra vez? —interrumpió Hermione sonriendo.
—¡Sí! ¡Ese! —ella rió ante su entusiasmo.
—Vale, jugamos a ese. ¿Quién empieza proponiendo?
—Déjame empezar a mí, por favor —pidió. Ese entusiasmo era imposible de negar así que asintió y le dejó comenzar a él.
—Venga, empieza tú.
—Vale... —sonrió malévolo mientras pensaba—. Lo tengo, primero profesores: Umbridge...
—La mato —afirmó la chica rápidamente.
—Pero si no te he dicho el resto.
—Da igual, la mato —él dio una carcajada.
—Bueno, pero déjame acabar: Umbridge, Moody y Snape —Hermione dudó.
—Vale, mato a Umbridge claramente, me caso con Moody y beso a Snape.
—¿Te casas con Moody antes que con Snape? —preguntó mirándola como si estuviese loca.
—Pues sí, suponiendo que hablemos del Ojoloco real era mil veces más agradable que Snape —la cara de Draco era un poema.
—Pero si estaba como una cabra —no iba a olvidar jamás su conversión a hurón.
—Te recuerdo que tú conociste a un impostor, no al verdadero Moody —dijo bebiendo su cerveza.
—Y yo te recuerdo que hasta el mismísimo Dumbledore se creyó la imitación del impostor así que no andaría muy lejos de la realidad —rebatió en el mismo tonom
—Pff, irrelevante —le restó importancia—. A ver, ¿qué harías tú? —Draco negó con la cabeza divertido.
—Pues matar a Umbridge, casarme con Severus y... —puso cara de asco al pensar en besar a Moody—. Bueno, ¿casar implica tener que besar? —ella sonrió divertida.
—Pues no, pero si implica tener sexo —su cara de asco de Draco aumentó.
—¡No! —gritó—. Ni voy a besar a Moody ni voy a acostarme con Snape.
—Draco, es un juego, no podrías hacer eso ni aunque quisieras porque no están vivos —rió ella.
—Uff... Bueno, pues eso, me caso con Snape y beso a Moody —bebió de la botella como si tuviese que hacerlo de verdad.
—Me toca: Lupin, Quirrell y Lockhart.
—Pff, beso a Lockhart, me caso con Lupin y mato a Quirrel, muy fácil.
—Yo haría lo mismo, la verdad —respondió Hermione.
—Mi turno —Draco dio un trago a su cerveza de mantequilla—. Potter, Ginny y la comadreja —ella contrajo el gesto.
—No vale —argumentó frunciendo el ceño.
—¿Por qué? —sonrió él.
—Porque son mis mejores amigos —respondió como si fuese obvio.
—Bueno, luego me lo haces con los míos si quieres —Draco sonreía hasta con los ojos visiblemente divertido al hacerle de rabiar.
—Eres tan irritante... —protestó Hermione entre dientes—. Está bien... Pues... —era verdaderamente difícil elegir a cuál de sus amigos matar y a cuál besar... Y ya no digamos casarse.
—Vamos, no puede ser tan difícil —apremió Draco.
—A ver listo, ¿qué elegirías tú? —preguntó molesta.
—Pues obviamente me caso con Ginny, beso a Potter y mato a Weasley.
—¿En serio? —se sorprendió de la fluidez con la que lo dijo.
—Obviamente, lo peor sin duda sería besar a Potter, pero es algo que haría claramente antes que con Weasley. Y ahora contesta tú —ella bebió un trago de cerveza intentando aclararse.
—Vale pues... Beso a Ginny, me caso con Harry y mato a Ron —respondió totalmente avergonzada.
—¿Te casarías con Potter? —su voz sonó molesta porque, por alguna razón, esa idea no le gustaba en absoluto.
—No, pero si no me queda otra... —se excusó.
—¿Antes que con Ginny? —ella no dijo nada—. ¿Te acostarías con Potter?
—Ay dios, no. Es como un hermano para mí, eso sería como incesto —se llevó las manos a la cara—. Pero sí lo haría antes que con Ginny —añadió sabiendo que eso molestaría a Draco.
—Ya veo... —se terminó la cerveza de un trago. Se sentía como un completo idiota por reaccionar mal a algo que el mismo había propuesto y Hermione lo notó—. Venga, es tu turno.
—Pues... Blaise, Theo y Pansy —él lo meditó unos segundos.
—Beso a Pansy, me caso con Theo y mato a Blaise.
—Lo tienes muy claro —sonrió ella.
—Bueno, de todas, la más llevadera es la de casarme con Theo porque las otras... Me costaría mucho hacerlas.
—Ya veo... —le imitó. Draco sonrió y la miró con culpabilidad.
—Déjame, soy un idiota —se pasó la mano por la cara y ella le besó en la mejilla.
—Pero eres un idiota muy mono —se miraron unos segundos sonriendo y él le robó un beso antes de seguir con el juego.
—¿Qué elegirías tú? —Hermione lo pensó un momento.
—Pues... Beso a Blaise, me caso con Theo y mato a Pansy —argumentó ella.
—Ya veo... —rebatió mordazmente Draco mientras reprimía una sonrisa.
—Theo es el que mejor me cae —explicó Hermione—, y tanto él como Blaise son guapos. Pansy ya no me cae mal pero... Era lo que quedaba —se sentía algo cohibida.
—¿Te parecen guapos? —preguntó algo sorprendido.
—Sí, los tres sois muy guapos —respondió con vergüenza.
—Vaya, y ¿desde hace cuánto piensas eso? —ella se sonrojó y él tuvo que aguantar la risa.
—No sé... Desde tercero o así —no pensaba decirle que él siempre le había parecido guapo.
—Vaya, pues con el tortazo que me diste podías haber arruinado mi belleza —puso una pose con la cara y ella se echó a reír.
—Lo primero: eres tontísimo y lo segundo: esa torta te la merecías.
—No discutiré eso —respondió sonriente.
Se quedaron, otra vez, mirándose en silencio, sonriendo como idiotas hasta que ella bajó la mirada sonrojada.
—Te toca —musitó Hermione.
—Me vas a odiar —murmuró Draco sabiendo que una vez que lanzase la propuesta que quería hacer tendría que llegar hasta el final—. Si te digo uno un poco complicado, ¿me prometes que no te enfadarás? —ella le miró suspicaz y dudó.
—Me das un poco de miedo pero bueno... Sí, te prometo que no me enfadaré —accedió.
—Weasley, Krum y yo —soltó Draco de sopetón.
—¡¿Qué?! ¿Pero cómo puedes preguntarme eso? —exclamó indignada.
—Me prometiste que no te enfadarías —se defendió Draco.
—Por Merlín... Solo lo haces porque ellos son mis exnovios.
—En realidad tengo verdadera curiosidad —respondió sincero.
—Pues... —se mordió el carrillo por dentro dudando—. Qué complicado... Pues beso a Ron, mato a Viktor y me caso contigo —lo dijo muy deprisa pero él lo oyó perfectamente.
—¿Te casarías conmigo? —sus mirada brillaba de emoción pero ella no podía verlo porque tenía los ojos cerrados.
—Pues... Pues sí, quiero decir, eres mi novio, con ellos solo me une amistad y... —le miró algo angustiada—. No sé, ¿qué esperabas que contestase? —preguntó completamente ruborizada.
—Justo esto. ¿Te casarías conmigo? ¿En serio? —preguntó Draco agarrando sus manos.
—Pues supongo que sí... No sé qué decirte... —agachó la cabeza y él levantó su barbilla con sus largos dedos. La miraba con cariño y ella no pudo evitar sentirse conmovida por su gesto.
—Dime lo que de verdad sientas —pidió suavemente—. ¿Te casarías conmigo? —repitió una vez más. Hermione infló sus mofletes dudando antes de contestar.
—S... Sí, sí me casaría contigo —Draco rió y la abrazó.
—¿De verdad lo harías? ¿Me harías la persona más feliz de la tierra?
—Pe... Pero... ¿Hablas en serio? ¿Quieres casarte conmigo? —ella estaba muy sorprendida.
Draco se separó y poniendo ambas manos a los lados de su cabeza la miró fijamente.
—Pues claro que quiero casarme contigo, te quiero y me encantaría pasar el resto de mi vida junto a ti —respondió acariciando con los pulgares sus sonrosadas mejillas.
—Pero Draco, solo tenemos 18 años, cómo vamos a... —él la acercó y la besó suavemente en los labios.
—No vamos a casarnos ya, tranquila, simplemente serías mi prometida hasta que decidamos que estamos preparados, sin presión, sin angustia, simplemente cuando creamos que debemos, lo haremos.
—¿Tu... Tu prometida? —todo aquello era tan imprevisto que no sabía ni cómo reaccionar—. ¿Quieres que sea tu prometida?
—Hermione, yo te amo, ¿por qué no iba a querer que fueses mi prometida? —acarició despacio su mejilla con los nudillos.
—Oh Draco... —se abrazó a él con lágrimas en los ojos.
—¿Lo harás? ¿Serás mi prometida? —ella se separó mientras las lágrimas seguían cayendo, asintiendo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Sí Draco, me casaré contigo —le besó con ganas y él la estrechó contra su cuerpo.
—Espera... —dijo metiendo la mano en el bolsillo derecho de su pantalón. Sacó una pequeña caja y la abrió. Dentro había un discreto anillo que brillaba intensamente—. Hermione Jean Granger, ¿te casarías conmigo? —ella le miró y asintiendo rió emocionada. Draco le puso la alianza en el anular—. ¿Te gusta?
—Es perfecto —le besó de nuevo y después se abrazó a él y observó detenidamente su anillo—. De verdad que me encanta —añadió. Él besó su cabeza y la abrazó con más fuerza.
—Me alegro, hasta que elijas tú el siguiente, este es el me gustaría que llevases.
—No me lo quitaría ni con agua caliente —afirmó ella obteniendo otro beso en la cabeza—. Oye, ¿tenías preparado todo esto? —preguntó mirando hacia arriba.
—Sí —respondió sonriendo para después besarla rápidamente.
—¿Con el juego de casar, besar, matar?
—Sí —se sonrojó ligeramente y ella dio una carcajada.
—Pues que sepas que esta ha sido la pedida de mano más original que he visto nunca —se apoyó en su pecho y cerró los ojos.
—Me complace saber que ha sido para ti —añadió Draco—. ¿Estás cansada?
—Sí —bostezó sonoramente—, estoy reventada.
—Pues vámonos a dormir —se levantó con ella en brazos y comenzó a andar hacia su cuarto, donde ambos dormían.
—Me puedes dejar en el suelo, lo de llevarme en brazos es solo de recién casados —comentó divertida con la cara en su cuello.
—No me cuesta nada.Llegaron a la habitación y la depositó en la cama. Después se quitó la ropa y se puso el pijama.
—Vamos Draco —dijo Hermione, ya tumbada, esperando a que su ahora prometido se metiese en la cama.
—Voy —él acabó de quitarse los calcetines, se metió en la cama con ella y la abrazó.
—Buenas noches, corazón —balbuceó Hermione antes de dormirse.
Draco sonrió por el apelativo y besó su cabeza.
—Buenas noches, futura señora Malfoy —murmuró—, buenas noches, amor mío.
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Dramione One Shots
FanfictionBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...