Rose abrió una caja y rebuscó en su interior, pero no había nada.
—De verdad que no lo encuentro, ¿estás segura de que lo guardaste por aquí? —le preguntó a su madre.
—Sí, estaba en algún punto del desván, y lo vamos a encontrar —respondió Hermione muy decidida mientras cerraba una caja con los adornos navideños.
—Tampoco es tan necesario, mamá —dijo la chica apoyándose en la pared y moviendo con la varita la caja para seguir abriendo otras.
—Sí lo es, te quieres casar con algo heredado y yo te voy a dar el broche de mi abuela. Por parte de tu padre podemos coger algo de Narcisa —decretó tozuda.
—Está bien mamá, pues vamos a buscar —se rindió ella sabiendo que la cabezonería de su madre era insuperable.Siguieron removiendo trastos y polvo, haciendo levitar las mantas que cubrían los muebles y abriendo cajas.
—Mira mamá, aquí hay un reloj —dijo la chica vaciando una caja de cartón pequeña—. Está roto pero es muy bonito —Hermione levantó la cabeza desde el rincón en el que rebuscaba.
—Ah ya, era mío, me lo regaló tu padre por Navidad cuando estábamos en sexto año, justo antes de separarnos. Se me rompió durante la búsqueda de los horrocruxes —respondió seria.
—¿Y no se puede arreglar? —preguntó la chica examinando la esfera con incrustraciones en rojo.
—Pues supongo que sí pero tampoco necesito ese reloj y me trae recuerdos muy desagradables —repuso ella evitando recordar lo horrible que había sido el momento en el que se le rompió.
—¿Fue en la Mansión? —inquirió Rose con cautela. Hermione asintió—. Lo siento, no quería molestarte —volvió a dejarlo en la caja y siguió examinando cosas.
—No te preocupes hija, es cosa del pasado –inconscientemente comenzó a hacer girar su alianza de boda en el dedo, acto que no pasó desapercibido para Rose.
—Aquí también hay un tintero —lo abrió—, que está más seco que el desierto del Sahara, por cierto—Hermione rió—. Pero, ¿por qué guardáis tanta basura? —dejó caer papeles de periódico de entre sus manos.
—Porque fueron cosas que cuando nos mudamos aquí las dejamos en cajas, lo haces con la idea de un día abrirlas pero ese día no llega —se secó la frente con un pañuelo.
—Mamá, lleváis aquí viviendo más de veinte años —dijo tirando el tintero y los papeles a una bolsa de basura—, creo que ha llegado el momento de deshacerse de estás inmundicias.
—Pues más de veinte años que lleva ahí ese tintero, y es posible que ya estuviese seco cuando lo guardamos —aseguró sonriendo mientras cerraba una caja y la movía con la varita a un rincón.
—Madre mía, también hay unos pergaminos viejos y... ¿Qué es esto? —preguntó intrigada Rose sacando un trozo de papel doblado.
—¿El qué?
—¡Qué bonito! —exclamó desdoblándolo.
—¿El qué, hija? —Hermione se acercó a ella al verla tan entusiasmada.
—Es un dibujo en el que salís papá y tú —su madre rápidamente cogió el papel que ella le tendía y sonrió al verlo.
—No sabía que lo guardó aquí... —murmuró.
—¿Quién hizo esto? ¿De cuándo es? ¿Cómo es que siendo tan bonito no está abajo? —preguntó atropelladamente al ver la cara de su madre.
—Es un dibujo que nos hizo tu padrino y suegro el día de la fiesta de fin de curso, cuando regresamos a hacer el séptimo año, y nos dibujó sin que nos enterásemos —respondió Hermione sin dejar de sonreír.
—¿Theo? —se sorprendió Rose.
—Sí, le gustaba mucho dibujar y nos lo hizo. Pero no nos lo dio ese día, se esperó al día de nuestra boda, que ya sabes que tu padre es muy escandaloso con las celebraciones —estiró la hoja que estaba arrugada y rota por los bordes.
—Sobre todo si se trata de ti —respondió con una sonrisa divertida.
—¿Ves que aquí, junto a tu padre, pone Draco Dormiens? —la ignoró medio sonriendo.
—Sí, es como el lema de Hogwarts.
—Efectivamente, al otro lado, donde estoy yo, ponía Nunquam Titillandus pero no se ve porque el papel está roto.
—¿Y por qué el lema de Hogwarts? —Hermione sonrió nostálgica.
—Porque como habla de un dragón pues tu padre se lo apropiaba siempre y yo para fastidiarle le decía que cuando se durmiese le haría cosquillas —Rose también sonrió, las tonterías típicas entre sus padres siempre provocaban ese efecto en ella.
—¿Y qué hace aquí?
—Pues tu padre lo guardó cuando hicimos la mudanza, pero cuando se traspapeló y ya no volvimos a encontrarlo. Cuando se lo enseñe le hará ilusión recuperarlo —admiró el dibujo—. Está realmente bien, Theo dibujaba fenomenal, recuerdo perfectamente nuestras caras y nuestra postura ese día y era tal y como nos dibujó.
—Mamá, ¿papá siempre ha sido así? —las caras de sus padres demostraban felicidad absoluta en ese dibujo y eso la animó a preguntar por algo que siempre le había causado curiosidad. Hermione la miró con la ceja subida sin entender la pregunta.
—¿Así cómo?
—Contigo, es decir, siempre está pendiente y constantemente de regala cosas o se preocupa por detalles, no sé, nunca he conocido a nadie que quiera tanto a su mujer —Hermione sonrió.
—No siempre fue así, cuando era joven era un idiota más grande que el Buckingham Palace —ambas rieron—, pero desde que empezamos a salir en serio sí, siempre ha sido un novio, y luego un marido, maravilloso —de nuevo giraba la alianza y Rose la miró enternecida.
—¿Cómo fue vuestro baile? —ambas miraron la hoja.
—Pues genial, mi vestido era precioso y aunque tardé muchísimo en prepararme porque tu madrina Ginny no me dejaba salir hasta que no estuviese perfecta según ella, me lo pasé muy bien. Tu padre y yo tuvimos que abrirlo porque éramos los Premios Anuales y me acuerdo de que todo el rato estuve con él y bailamos un montón... —se quedó perdida en sus recuerdos.
—Y también os besasteis un montón... —añadió Rose con una sonrisa de lado.
—¡Rose! —exclamó Hermione sonrojándose.
—¿Me dirás acaso que no? —preguntó divertida, si había algo a lo que estaba acostumbrada era a las muestras de afecto tan claras entre sus padres.
—¡¿Por qué no te da vergüenza hablar conmigo de la relación con tu padre?! —se sorprendió.
—Para empezar porque soy una Malfoy, a papá tampoco le dan vergüenza estás cosas —Hermione puso los ojos en blanco, parecía ser que todo lo que llevase los genes de Draco era experto en hacer que se ruborizase—. Además tampoco quiero saber cuántas veces lo hicisteis esa noche, simplemente...
—¡Rose! —exclamó mientras le ardía la cara y su hija daba una sonora carcajada.
—Y no me has negado lo anterior —afirmó satisfecha con una sonrisa en la cara que a Hermione le recordaba demasiado a Draco.
—Sí, nos besamos ¿¡contenta!? —exclamó.
—Sí, ahora ya sabes lo que sentía yo cuando eras tú la que me interrogaba con Lorcan —se carcajeó.
—Pero tú eres mi hija —se defendió—, es diferente, nadie quiere saber estas cosas de su padres.
—Como si en algún momento el hecho de que Scorpius o yo estuviésemos delante ha hecho que no os besárais —replicó ella.
—Bueno sí, pero es diferente... —intentó justificarse.
—Sí bueno, teniendo en cuenta que cuando nació Scorp yo tenía dos años y que eso implica que por mucho que yo estuviese ahí igualmente vosotros os acos... —rápidamente Hermione puso las manos en su boca.
—Cállate, por dios —Rose comenzó a reírse ante la vergüenza de su madre.
—No pasa nada mamá, tranquila.
—Ya sé que no, pero me da apuro hablar de estas cosas y más contigo... Que es tu padre... —añadió como si esa fuese suficiente explicación.
—Lo sé, no te preocupes que ya lo dejo. Pero nunca os he dado las gracias porque siempre aguantárais a que nos fuésemos a Hogwarts —bromeó y Hermione no pudo evitar reírse.
—Era lo mejor para todos —omitió el hecho de que nunca lograban aguantar todo el verano y que las pocas veces que estaban a solas bien que las aprovechaban.
—No sé qué estás pensando pero por tu sonrojo no quiero saberlo —Hermione se ruborizó más ante este último comentario y ella volvió a reírse.
—Déjalo ya... —pidió guardándose el dibujo en el bolsillo y girándose para abrir otra caja.
—Lo siento —besó su mejilla sonriendo—. Vamos a ver si encontramos ese broche.
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Dramione One Shots
FanfictionBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...