Dramione One Shots

H y D

  Imagen propia. Editada con Picsarts.

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  —Papá, ¿me cuentas un cuento? No puedo dormir.
  —Claro, ¿cuál quieres que te lea?
  —Los del libro ya los he leído todos. Cuéntame uno que te sepas tú.
  Ante la insistencia del pequeño, Draco se sentó en la cama y comenzó su relato.
  —Hace algunos años el mundo vivía una época oscura. Los prejuicios dominaban todo pero nadie les hacía frente. Entonces se formó un grupo de amigos que consiguieron cambiar las cosas. Eran tres: P, un mago con mucha suerte y que siempre se metía en problemas, W que era... Bueno, W era el amigo de P; y H, una excepcional bruja, muy inteligente y bondadosa. Ellos comenzaron sus andanzas para derrotar al malvado V, un temible hechicero que se encontraba detrás de la oscuridad del mundo. Ellos vivieron muchas aventuras y no tenemos tiempo de contarlas todas ahora. Solo te diré que ellos lucharon contra monstruos de muchos tipos hasta vencer al malvado V. Y por el camino hicieron amigos y enemigos. Pero H, la maravillosa bruja, tenía problemas con un mago tonto que se llamaba... Se llamaba D. D estaba totalmente enamorado de H pero como pertenecía al bando del malvado V, no podía hacer nada. Así que se enfrentó a H. Menos mal que ella supo perdonarle y se casaron y tuvieron 2 maravillosos hijos. Ahora ya conoces de qué va la historia. Mañana te cuento alguna aventura de este trío.

  Draco miró a su hijo que estaba medio dormido, lo arropó y le dio un beso en la frente.
  —Papá, esa historia me recuerda a la de mamá y los tíos Harry y Ron —dijo el pequeño bostezando.
  —¿Ah sí? Será casualidad. Buenas noches.
  Scorpius cerró los ojos y se quedó totalmente dormido. Draco se levantó y se dispuso a abandonar la habitación pero se dio cuenta de que Hermione estaba apoyada en el marco de la puerta.
  —Hola —dijo ella sonriente.
  —Hola. ¿Cuánto llevas escuchando?
  —Desde que H llevaba muchos adjetivos bonitos y W era amigo de P —su cara era de satisfacción.
  Draco sonrió. Seguía sin llevarse bien del todo con Ron.
  —Le podía haber llamado C, de Comadreja.
  Hermione le golpeó en el brazo pero no borró la sonrisa.
  —¿Sabes que yo sé como continúa esa historia? —Hermione cogió la corbata que Draco llevaba puesta.
  —¿Ah sí? —él miraba divertido a su mujer.
  —Sí. Años después, cuando D dejó de comportarse como un idiota y se casó con H, comenzaron a vivir juntos —Hermione, sin soltar la corbata y sin dejar de hablar, se dio la vuelta y, saliendo del cuarto de su hijo, echó a andar en dirección a su habitación arrastrando a Draco tras ella—. Y una noche en la que D le había contado un cuento a su hijo, H y él disfrutaron de toda la velada para ellos dos solos.

  Hermione entró en la habitación tirando de la corbata de Draco y mientras murmuraba un hechizo insonorizador, este cerró la puerta con el pie no sin antes suspirar:
  —Ay, H, me vuelves loco.