UN NUEVO COMIENZO

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Unos preciosos ojos verdes, aunque hinchados, se abrían a un nuevo día, a una nueva vida... sin Akihiko, otra vez, las lágrimas acudieron a sus bellos orbes, estaba vacilando entre continuar adelante o regresar a los brazos de Usagi-san, pero recordó las palabras de éste: "no quiero hijos, ni ahora ni nunca", sorbió por su nariz y limpió sus lágrimas con las mangas de su jersey, de repente fue consciente de una presencia y de que además le observaba, se giró y encontró a Tōdō con cara de angustia, se acercó y lo abrazó.

–No te preocupes amigo, todo pasa, nada es para siempre, si quieres, hoy puedes llorar todo el día... pero es todo el tiempo que te doy para sufrir, mañana comienza tu nueva vida y yo estaré contigo, te lo prometo.

Misaki asintió, aunque no estaba convencido de lograrlo, pero quiso y deseaba creer en esas palabras y se aferró a esa promesa, lloró un rato más, hasta que recordó que su amigo le habló de una "propuesta" y deshizo el abrazo.

–¿Qué es lo que quieres proponerme? -limpiaba sus lágrimas y dándose ánimos le dijo bromeando- espero no sea nada indecente, ni por un millón de yenes te aceptaría, lo siento chico, no eres mi tipo -le guiñó un ojo coqueto-

Ambos rieron.

–Tú te lo pierdes, soy el mejor partido que puedas encontrar -respondió Tōdō aguantando la risa- no sólo soy guapo, también soy sexy y muy sabroso.

Siguieron con sus réplicas y risas, hasta que Tōdō carraspeó y habló.

–Ya en serio, quiero proponerte que vivamos juntos, pronto nos graduamos y como sabes me han aceptado en una gran empresa y a ti te han aceptado en Marukawa, encontré un departamento que está en una buena ubicación, es suficientemente grande para los dos y lo mejor de todo es que no es muy caro, hoy tengo una visita, si quieres puedes acompañarme.

Misaki se sentía como en una ruleta, que giraba muy rápido, desde que inició su relación con Usagi-san creyó que estarían juntos para siempre, ahora su amigo le ofrecía compartir vivienda, significaba cortar con su pasado, pero tenía la intuición de que todo lo que estaba ocurriendo era lo mejor.

–Te acompañaré -suspiró profundo y se dio ánimos- ¿a qué hora es la visita??

–A las cinco de la tarde.

–Ok, ahora ayúdame a preparar el desayuno, luego tenemos clases, he decidido dar lo mejor en lo que queda de curso.

Fueron a la cocina, prepararon un delicioso desayuno, más bien Misaki lo preparó, Tōdō estaba feliz, su compañero, cocina como los dioses, entre pláticas banales desayunaron, luego se alistaron para ir a la universidad.

Misaki estuvo toda la mañana concentrado en sus clases, ese día le asignaron tutor y el tema para su tesis, no dedicó ni un pensamiento a su situación, que sin darse cuenta ya era hora de ir con Tōdō a la visita del que sería su posible nuevo hogar.

Llegaron al edificio y era en una de las mejores de Tokio, no tanto como donde vivía antes, pero sí en una buena zona, bien ubicada, dudando le preguntó a su amigo.

–¿Estás seguro que podemos permitirnos vivir aquí?

–Sí, te lo dije es una gran oportunidad, por eso me atreví a ofrecértelo.

Subieron donde los esperaba una señorita, ésta les mostró el departamento; era enorme, contaba con 3 habitaciones, cada una con su baño, una cocina equipada, un cuarto que hacía de lavandería, un comedor y un salón con una terraza con vistas al precioso parque que había en frente del edificio, estaban alucinando, cuando les dijeron el precio, el rostro de Misaki era de lo más cómico, tenía los ojos como platos y la boca abierta, Tōdō reía y la ejecutiva ocultó su risa tras el puño que acercó a su boca.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora