TUS OJOS DICEN, QUE ERES FELIZ

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La semana comenzaba con una parejita muy cachonda, Misaki despertó a Asami al amanecer, para exigirle que le hiciese el amor, el mayor no esperó una segunda petición, se deshizo del pijama del castaño y comenzaron sus prácticas... definitivamente, en el examen final, sacarían un 10.

-¡Ahhh! -Misaki gemía con el agua de la ducha cayendo y su cuerpo apoyado sobre los azulejos- Ryūichi, por favor, deja que me venga.

-No,  -mantenía su dedo en la uretra del miembro del castaño, impidiéndole liberarse, a la vez que daba profundas estocadas-  quiero que grites, sé que lo deseas,  -sacaba casi por completo su miembro del interior y volvía entrar tortuosamente lento-  venga, grítalo, grita mi nombre Takahashi.

-Asami-sama, por favor,  -mantenía los ojos fuertemente cerrados, lo que le está haciendo su novio no es legal y se rehúsa a gritar, por más que lo desee, ahora se arrepiente de no haber ido al departamento de éste-  alguien puede oírnos y ya es hora de ir a la empresa.

-No me importa,  -seguía con el vaivén lento-  quiero oírte, eso me calienta,  -da un par de embestidas rápidas y profundas y retoma el movimiento anterior-  es una orden  -susurró-.

Misaki se resistía, no quiere que su amigo le oiga y luego se meta con él, pero Asami cuando se pone en ese plan, puede dejarlo sin liberarse y él lo necesita, por Dios, que lo necesita y eso que ya llevan varias rondas desde la madrugada, no le importa el dolor de sus caderas ni nada, con Asami descubrió un placer que no se acaba, lo enciende sólo con una mirada, ni que decir cuando le besa y ahora con el mayor embistiéndolo lentamente y golpeando su punto sensible, susurrándole con voz ronca y sensual en el oído, es su fin, esa simple frase es el detonante.

-¡RYŪICHI! ¡AHHH!

Se dejó oír en el baño, seguido por el ruido de dos cuerpos chocando, que se oía a pesar del ruido del agua de la ducha cayendo.

-Sí cariño,  -quitaba su dedo de la uretra del castaño y le masturbaba, mientras embestía salvajemente-  ahora vente para mí, quiero sentir como me aprietas.

-¡Ahhh!  -explotó en un intenso orgasmo-  mis... mis... ¡Ahhh! Ryūichi,  -le cuesta articular las frases-  no m... no me dejes caer.

-Nunca,  -se mantenía enterrado lo más profundo, liberándose en la entrada del castaño, se movía lento y sosteniéndole de la cintura-  nunca lo haría cariño.

Se mantuvieron un rato en esa posición, hasta recuperar el aliento, salieron de la ducha y comenzaron un nuevo día, una nueva semana... como tantas otras veces, preparaban el desayuno en total sincronía.

Takai llegó a cumplir su trabajo de cuidar del castaño y también traía un porta trajes y una mini maleta con todo lo que Asami pudiese necesitar para estar presentable, Misaki le recibió con una sonrisa, como siempre, le hizo gracia que luego de saludarle con tanta amabilidad, le regañase porque él le respondió el saludo con un "buenos días joven" y después lo invitó, más bien obligó, a esperar en el salón en lo que estaba el desayuno. Shinnosuke apareció cuando estaban terminando y les ayudó poniendo la mesa y Kirishima llegó a petición de su angelito, aludiendo que el desayuno es la comida más importante del día y que no bastaba con un café, tenía que consumir nutrientes, así que ahí se encontraban disfrutando sus alimentos, mientras charlaban amenamente. Llegada la hora Asami y Kirishima se fueron a la empresa, no sin antes amenazar a Takai con matarle, si Misaki llegase a sufrir algún daño en sus ausencias, el castaño ni enterado, sólo hacía planes con su amigo, para esa semana que tendrían libre.

Ese lunes, sólo salieron a una heladería y al centro comercial, tenían algunas compras que hacer, a Takai no le costó amoldarse al carácter alegre del par de amigos, así que mientras paseaban parecían un trío de amigos que se divertían en su tiempo libre, a partir del martes retomaron su rutina de salir a correr y ejercicios, siempre acompañados de el guardaespaldas, todo tranquilo y "normal". Era jueves, Misaki, Shinnosuke y obviamente Takai, estaban haciendo la fila en la librería, para que Ijūin-sensei les firmase el último tomo de The Kan, las miradas recaían sobre ellos, el guardaespaldas llamaba mucho la atención.

-Aunque quisieses, yo creo que tú,  -el castaño le hablaba a Takai-  no pasas desapercibido.

-Tienes a las chicas suspirando,  -Shinnosuke subía y bajaba las cejas-  de aquí sales con novia.

-Eso es mucho compromiso,  -Takai miraba los alrededores-  prefiero mis aventuras ocasionales.

-Eres un desvergonzado,  -Misaki se ríe-  pero si te hace feliz, yo no te juzgo.

-Feliz, completamente feliz, no,  -Takai sonríe-  pero sí satisfecho.

-Lo dije antes y lo repito, eres un desv...

-¡Misaki!  -un emocionado pelirrojo, interrumpió al castaño-  ¿cómo estás? Tanto tiempo que no te veía.

-¡Yū! -el castaño le abraza- hola, estoy bien y...  -deshizo el abrazo y le miraba atónito- ¿estás...

-... -Yū se sonroja y muerde su labio nervioso-  sí, estoy embarazado.

Shinnosuke y Takai, miraban asombrados, nunca habían visto un hombre embarazado, sabían que es posible, pero verlo, era otro cantar, el único que reaccionó efusivamente fue Misaki.

-¡Qué emoción! ¿Cómo te sientes? ¿ya sabes qué es? -le acariciaba el diminuto vientre-  Sensei debe estar muy feliz, porque seguís juntos ¿cierto?

-Sí, seguimos juntos, está muy contento,  -miró a otro lado-  yo al principio me sentía extraño, un fenómeno, pero con la ayuda y paciencia de Kyō, estoy más tranquilo  -acaricia su vientre-  y aún no se deja ver... y tú ¿supongo que vienes a que Kyō te firme el último tomo?

-Sí, vinimos... -cayó en cuenta que no ha presentado a sus acompañantes-  disculpa mis modales, con la emoción de tu embarazo, no te presenté a mis amigos,  -señalaba a cada uno-  ellos son Shinnosuke y Takai.

-Chicos, este es Yanase Yū.

Todos se saludaron.

-Venid conmigo,  -Yū los invita-  estoy seguro que Kyō, estará muy feliz de verte y con gusto os firmará sus tomos de The Kan.

Siguieron a Yū hasta una especie de box improvisado, que habían instalado detrás de donde Ijūin firmaba sus mangas, estuvieron conversando y poniéndose al día de lo que habían hecho, desde que Misaki dejó Marukawa, el tiempo se pasó volando, que ni cuenta se dieron que la firma había acabado.

-¡Misaki! -Ijūin le dio un abrazo-  hola Shinnosuke, creí que se habían olvidado de mí  -se quedó viendo al hombre que los acompañaba-.

-¡¡Hola sensei!! -respondieron a coro-.

-Nunca me olvidaría de sensei,  -Misaki con emoción-  usted dibuja mi biblia.

-Tú siempre sabes subirme el ánimo ¿es tu novio?  -refiriéndose a Takai, que lo miraba muy serio-.

-¿Qué? No,  -se reía-  él es un amigo, sensei le presento a Takai.

-Takai, el es Ijūin-sensei.

-¡¡Mucho gusto!! -ambos se reverenciaron-.

-Estás diferente,  -Kyō le miraba, como examinándole-  irradias seguridad, tus ojos expresivos, dicen que eres feliz, estás más hermoso.

-¿Eh? -inevitablemente se sonrojó-  qué cosas dice sensei, más bien usted se ve feliz, ya me enteré de la noticia,  -le abrazó- felicidades, seréis unos padres exc...

-¡Aquí estás!  -una ronca pero sensual voz, interrumpió-.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora