COMPARTIENDO AVIÓN

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Asami estaba tratando de convencer al castaño, para que le acompañase a un viaje de negocios, estaría fuera más de una semana.

-Me da miedo dejarte solo, la última vez,  -sonreía burlón-  bebiste en la oficina, te las diste de investigador, arrastraste a tu amigo y los retuvieron a punta de pistola.

-Olvidaste mencionar -el castaño no despegaba la vista de su ordenador- que destapamos una trama, que pretendía perjudicar tus negocios y con ello al responsable.

-No lo olvido,  -se acercaba al sillón del castaño y se sentaba en el borde del escritorio-  pero igualmente quiero que vengas conmigo, recuerda que tenemos que practicar cada día.

-Ryūichi,  -levantaba la vista de su ordenador y miraba a su novio-  no me puedes chantajear con eso, ya te dije que mi presencia es más útil aquí en Japón, además esta vez ¿qué podría hacer? Takai me sigue a todos lados.

-Está bien, viajaré solo,  -levantó al castaño y lo acomodó frente a él, entre sus piernas-  pero sólo porque cuando vuelva, tendré mucho que cobrar -comenzaba a besarle el cuello-.

-Y ahora  -movía la cabeza para darle más acceso a su novio-  debo asumir que te estás cobrando los intereses.

-¡Mhm! -asentía sin dejar de besar el cuello de su novio-  y también, tengo que cobrar por adelantado, para aguantar todos estos días.

No avanzaron más allá de besos y toqueteo y no porque no quisiesen o fuesen tímidos, ¡que va!... sino porque Kirishima se apareció en la oficina del castaño, con un sinfín de recomendaciones a tomar en cuenta, ahora que ellos estarían fuera.

-Ya os dije que estaré bien,  -el castaño se estaba agobiando-  me tratáis como a un bebe ¿qué será lo siguiente, ponerme una sillita de seguridad para el coche?

-... -Kirishima ocultó su risa, tras el puño-  hijo (últimamente le llamaba así), sólo nos preocupamos por ti.

-Lo sé,  -hizo un puchero-  pero me estáis atosigando con tanta recomendación, estaré bien, os lo prometo, vayan tranquilos y regresen con bien, recuerden que os estaré esperando.

-Trataremos de no demorar,  -Asami le abraza y muerde el labio-  Mikhail y Feilong, preguntarán por ti.

-Me los saludas y recuerda no caer en sus provocaciones.

-Eso es difícil,  -Kirishima responde con la seriedad que le caracteriza-  muy difícil... -se levanta de la silla-  Ahora yo me voy, tengo que dejar todo listo, nos vemos a la vuelta y llámanos si sucede algún imprevisto.

-Cuidaros mucho,  -Misaki abraza al asistente y siente como le besa la coronilla-  os estaré esperando.

Kirishima abandonó la oficina, dejando a la parejita a solas.

-Te amo -dijeron a la vez-.

-Extráñame mucho,  -el castaño se cuelga del cuello de Asami- llámame cuando puedas, cuídate y regresa pronto.

-Hecho,  -le besa cadencioso-  tú también cuídate y no te metas en problemas  -le da un golpecito en la punta de la nariz-  y atentos, que no sabemos que tan lejos o cerca, pueda estar Himura.

-¡Ryūichi! -le regaña-  ya te dije que no haré nada que me meta en líos, lo prometí y por lo otro no te preocupes, no creo que yo sea blanco de ese hombre.

-Eso suena bien,  -le mira con determinación-  porque te aseguro que nadie estará a salvo, si algo te sucede.

-Te entiendo, a mi me pasa igual,  -le acaricia el rostro-  porque si algo te sucede, no me importa cómo, pero acabaré con el responsable.

-Misaki  -Asami busca algún atisbo de duda en sus palabras, pero sólo recibe una mirada decidida-.

Volvieron a besarse, después de un par de minutos, Asami abandonaba la empresa, dirección al aeropuerto, serían unos días largos, pensaba, mientras iba en la limusina.

Misaki se quedó en su oficina, tratando de ocuparse en lo que fuese, ya extrañaba a Asami, estos días serán eternos, pensaba.

                      ☆

Haruhiko y Shinnosuke, se habían despedido a la hora de la comida, el mayor también le pidió que se cuidase y que no se metiese en líos, otra vez.

-Ya te he dicho que  -Shinnosuke sonríe-  Misaki, no tiene ninguna investigación en curso.

-No tiene gracia,  -el mayor estaba serio-  no me olvido como te encontré la última vez.

-Ya tranquilo,  -le acaricia la mano-  estaré bien, además a Misaki lo tienen bien vigilado.

-Eso me tranquiliza,  -le besa la mano a Shinnosuke-  te extrañaré.

-Yo también te extrañaré, estás últimas semanas han sido maravillosas, gracias por tenerme paciencia.

-Te quiero Shinnosuke y ya te dije que iremos paso a paso.

-Es la primera vez que me lo dices.

-¿Qué cosa?

-Que me quieres, yo también te quiero Haruhiko.

Terminaron de comer, entre pláticas y algunos besos, llegada la hora, el mayor llevó a Shinnosuke devuelta a su trabajo y él, se fue al aeropuerto.

                       ☆

Esta vez viajarían juntos, Asami y Haruhiko, el castaño los convenció que era lo más lógico y eficiente, el gasto se reducía a la mitad, aludiendo que; iban y volvían del mismo lugar, los mismos días y lo más importante, reducían las emisiones de CO2, así que ahí estaban, viajando a China a supervisar la construcción del proyecto y luego a Rusia, para lo mismo.

El vuelo es relativamente corto, pero ambos iban pensando en sus parejas, hubo un momento, en el que Asami, golpeó el apoya brazos de su asiento frustrado, pensaba en Misaki y en lo ocurrido la última vez que viajó.

-¿Qué te ocurre? -Haruhiko lo miraba confundido, Asami no se ve enojado, es algo más-.

-Misaki me ocurre, no quiso venir conmigo -respondió en automático, que ni se dio cuenta que se estaba delatando-.

-Te entiendo, temes que vuelva a meterse en problemas y corra peligro,  -acomodó sus gafas-  a mi me ocurre lo mismo con Shinnosuke.

-Espera...  -Asami reaccionó-  ¿tú sabes el tipo de relación que hay entre Misaki y yo?

-Sí, me enteré por "casualidad",  -no quiso delatar a Shinnosuke-  como no decís nada, pensé que querían mantenerlo en secreto, por cierto, felicidades, Misaki se ve pleno.

-Gracias, supongo... y no lo mantenemos en estricto secreto, sólo nuestros allegados lo saben, Misaki no quiere el acoso de la prensa... ¡Jajaja! -rio abiertamente-  quién iba a pensar, que tú y yo, trabajaríamos juntos, compartiríamos el mismo avión y hablando de nuestras parejas, que resultaron ser mejores amigos, ni cuando estudiamos hablamos tanto.

-Nadie,  -también rio-  de eso estoy seguro y entiendo a Misaki, no es de llamar la atención, sólo espero que al volver él y Shinnosuke no hayan hecho de las suyas.

-Lo mismo digo  -hizo un gesto de brindis y bebió de su vaso-.

El resto del vuelo, ya no hablaron de sus parejas, se relajaron y trataron algunos temas del proyecto y cómo podrían optimizar el trabajo, para volver pronto a Japón.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora