¿ESTRÉS?

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-Esto me recuerda a mi cuñada  -susurraba el castaño mientras veía al chino-  ¿será eso?

Para cuando Asami recibió su comida, sintió como el alma le volvía al cuerpo, probó primero el gofre con queso y jamón, se lo devoró, como seguía con hambre, cogió tortitas y les puso mermelada, pero cuando estaba por comérselas vio el queso y les puso una loncha, antes de abrir la boca, se dijo a si mismo que estaba loco, pero igualmente se las comió, no sabía que era, pero lo único que sentía era que su cuerpo se lo pedía, aunque a este paso, terminaría con unos cuantos kilos de más.

-En cuanto me sienta mejor, tendré que volver al gimnasio  -hablaba solo, mientras recogía todo-.

Asami entró a la cocina con su bandeja, los presentes se lo quedaron viendo raro, ya habían desayunado y ahora bebían té, el chino fue el primero en hablar.

-¡Vaya! Ahora sí, puedo decir  -dramatizaba el chino-  que lo he visto todo.

-No exageres,  -Asami se sentaba al lado del castaño-  sólo es por el estrés.

-Entonces Fei  -el castaño habló sin pensar-  también está estresado.

-¿De qué hablas? -el ruso le miraba, con la cabeza de lado-  Feilong, no está estresado.

-¿Ah, no? -Misaki preguntaba, bien inocente- lo decía porque Fei, al igual que Ryūichi, ha estado comiendo ¿raro?

Feilong se lo quedó viendo sorprendido, giró el rostro y vio a Mikhail que estaba a punto de reír, por más que le advirtió con la mirada que se contuviese, éste no le hizo caso.

-¡Jajaja! Siendo así, concuerdo, Feilong está muy, muy estresado.

-O también puede estar embarazado,  -el castaño seguía pensando en el desayuno de Feilong-  ver comer a Fei, me recordó a mi cuñada cuando estaba embarazada de Mahiro que mezclaba dulce con salado, la fruta con atún,  -hizo un gesto de desaprobación-  así como tú Fei.

-Eso explicaría  -Asami también quiso colaborar a la conversación-  el por qué, no bebes alcohol últimamente.

-Con esa lógica,  -el chino se puso nervioso y quiso desviar los tiros-  asumimos que Asami también, está embarazado.

-¡IDIOTA! No digas estupideces  -Asami gruñó-  ¿cómo voy yo, a estar embarazado? Lo mío es estrés.

-Sí, si,  -el chino le sacaba la lengua- lo tuyo es "estrés"   -hacía entre comillas con los dedos, para molestar más-.

-Misaki sacó el tema,  -el ruso quiere esquivar el tema, pero hace días que Asami no les rebatía los comentarios y le dio gusto verlo más repuesto, así que siguió molestando- entre tus náuseas, vómitos y antojos raros, es una conclusión válida.

-Yo creí que tú, -el chino también molestó-  eras el activo en la relación, me retracto de lo que dije antes, ahora sí lo he visto todo  -reía ruidosamente-.

-¡CÁLLAROS, PAR DE IMBÉCILES!

Misaki se los quedó viendo, casi sin oírles, pensaba en lo dicho por el chino, aunque era imposible, porque él mejor que nadie sabe que Asami es el que da y el gustoso recibe, pero también ha oído de hombres que tienen el síndrome de Couvade y padecen algunos de los síntomas del embarazo de su pareja; náuseas, vomito, cansancio, irritabilidad, antojos, incluso hasta suben de peso, siendo así él debería estar embarazado, pero esa posibilidad es improbable, cómo le dijo Ryūichi anoche, llevaban casi 2 semanas sin hacer el amor y se les pasó el período fértil... ¿o no? , sacudió su cabeza, quitándose esa idea, además él no ha tenido ningún síntoma y ahora recordando tampoco los tuvo en sus días fértiles.

-O tal vez no me di cuenta -susurraba para sí mismo-  y más con lo de Himura, tampoco estuve atento.

-¿Qué dices cariño? No te oí.

Misaki recién volvió de sus pensamientos, no se dio cuenta que había hablado y sólo respondió por inercia.

-Decía que también tienes mareos.

-¡JAJAJA! -el chino y el ruso, se carcajeaban-.

-¡Misaki! -el ojimiel se estaba enfadando, todos estaban en su contra- ¿les ayudas a fastidiarme? Mejor me voy a dar un baño.

Todos le vieron salir enojado de la cocina, el castaño recogió todo, preparó un gran bento y antes de que Feilong y Mikhail se fuesen, volvió a hablar.

-De verdad, creo que Fei está embarazado.

-¿Qué te hace creerlo? -el chino, estaba intrigado-.

-Desde que has venido, te veo diferente -el castaño se acercó y le vio a los ojos- no me malinterpretes, no es nada malo, sólo que ahora tus ojos están distintos, tu piel, tu cabello, todo... pero con todo lo que está pasando, no lo había visto a detalle -acercó su mano al vientre y lo sintió duro y tibio- será un bebé precioso -sonrió con los ojos vidriosos-.

Mikhail observaba todo muy atento y sorprendido, Misaki se da cuenta de los cambios imperceptibles para otros, cuando le vio tocar el vientre de Feilong y asegurar que había un bebé y que sería precioso, el instinto y el orgullo, se le derramó por todos lados.

-Por supuesto que será un bebé precioso,  -muy orgulloso-  mira nada más a sus padres.

-¡MIKHAIL! -el chino lo fulminaba-.

-¡Jajaja! No entiendo  -el castaño reía divertido, pero sus ojos seguían vidriosos-  por qué no lo habían dicho.

-... -el chino suspiro- no lo hemos dicho, porque aquí las cosas no están bien y también porque estaba esperando a cumplir el primer trimestre.

-Os felicito,  -dio un abrazo a Mikhail y volvió a acariciar el vientre de Fei-  no se sientan culpables, un bebé es una noticia que hay que celebrar.

-Gracias  -contestaron los futuros padres-.

-Ahora me voy, tengo que alistarme para ir a la oficina, nos vemos más tarde.

-¡¡Adiós!! -respondieron-.

Misaki se fue a la habitación, le alegraba la noticia de Feilong, pero también sintió un poco de envidia, él anhelaba tener un bebé, entró a la habitación, se apoyó de espaldas en la puerta y dejó salir las lágrimas que contuvo, mientras estuvo en la cocina, felicitando a los futuros padres.

Asami, estaba poniéndose la corbata y por el reflejo del espejo, vio entrar a Misaki y como lloraba luego, se asustó y sin acabar con su nudo, se acercó al castaño.

-¿Sucedió algo?  -le abrazada y sintió la humedad en su camisa-  Misaki no me asustes ¿te han dicho algo, ese par de idiotas?  -refiriéndose a sus amigos, el castaño movió su cabeza negando-  cariño, por favor, dime algo.

-Algo -dijo el castaño hipando y sorbiendo su nariz-.

-Me debo tomar eso en serio  -Asami le levantaba el rostro para verle-  ¿me dirás qué te sucede?

-Nada malo Ryūichi -limpiaba sus lágrimas con las manos- sólo que la noticia de Feilong me alegró y me puso sentimental al mismo tiempo.

-¿Qué noticia?

-Fei, está embarazado,  -volvió a llorar-  me alegro por ellos, pero la noticia, también me pone triste.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora