¿A.R?

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Asami condujo la camioneta sin rumbo, cuando fue consciente, estaba aparcado frente al edificio donde vive su castaño, lo vio salir del edificio, acompañado de su compañero y amigo, se fijó que se quedaron en el parque, bajó de la camioneta y sigilosamente se acercó, parezco un acosador, pensaba... se escondió detrás de unos árboles para observarlos, bueno, mirar a Misaki, escuchó todo lo que hablaban y se sintió identificado, su relación con Takaba, fue también por aferrarse a algo parecido a un hogar, cuando lo vio llorar sintió un vuelco en el estómago, quiso correr para abrazarlo y decirle que nunca estaría solo, pero cómo hacerlo sin asustarlo, si supuestamente no se conocen, más que de haberse visto una vez, no se le ocurre como poder acercársele y comenzar a tratarse, quiere enamorarlo, se siente inútil, él, que es tan frío y calculador, está peor que un adolescente con su primer amor, porque ese hermoso castaño lo tiene perdidamente enamorado y verlo y oírlo esta noche, se lo confirma... es su alma gemela. Los vio retirarse a su hogar, esperó a que entrasen, estuvo unos minutos más y se retiró a descansar, mañana sería un día largo.

                      ☆

Ya de mañana muy temprano, sonó el timbre del departamento, Tōdō fue el primero en despertar y fue a abrir, allí, impecablemente vestido, estaba Kirishima, que al verlo se sorprendió, no sabía que ya había vuelto de su viaje.

-¡Oh! Buenos días Kirishima-san, no sabía que estaba de vuelta, bienvenido.

-Buenos días Shinnosuke y gracias, ayer noche hemos vuelto, me he pasado para felicitarles por su graduación y a entregarles esto -el mayor le extendió una bolsa- es un obs...

-¡Kirishima-san! -Misaki le interrumpió y corrió a abrazarle, no entendía pero ese hombre lo hacía sentir protegido, deshizo el abrazo tan pronto notó lo que había hecho-  perdón, he arrugado su traje, pero no pude evitarlo, buenos días y bienvenido,  -sonrió-  le echamos de menos.

Decir que Kirishima estaba feliz era poco, volaba muy alto por la reacción del castaño.

-Buenos días Misaki, como le decía a Shinnosuke, me pase para felicitarles por su graduación y darles unos obsequios, por su nuevo logro. También quería disculparme por no acompañarte en tu ceremonia, pero hoy estaré muy ocupado hasta la madrugada yo creo, es más, me voy que el tiempo vuela.

-Gracias por el obsequio, no se hubiese molestado,  -el castaño agradecía-  pero ¿ha tenido tiempo para desayunar? -se mordía el labio inferior-  puedo preparar en un momento algo nutritivo y rápido.

-No, no he desayunado y no quiero fastidiarles más, ya los desperté y todo.

-¿Qué dice?  -el pelinegro lo cogió del brazo y lo hizo pasar-  Misaki, no demora nada y nosotros ya nos teníamos que despertar para alistarnos, también tenemos un largo día y que mejor empezarlo con un buen desayuno.

-Está bien -un resignado y feliz Kirishima-

Misaki, ya estaba en la cocina antes siquiera el mayor aceptase, en un momento ya la cocina olía delicioso, mientras Tōdō puso la mesa y el mayor esperaba diligentemente. Desayunaron abundante y exquisitamente, no alargaron la sobremesa porque cada uno tenía cosas que hacer y se despidieron.

Cuando se quedaron solos, los amigos, abrieron sus obsequios, eran unos elegantes portafolios de la mejor piel, con sus nombres grabados.

-¡Wow! -el pelinegro estaba feliz con su regalo- me veré como un elegante abogado.

-Ni que lo digas,  -el castaño reía- esto debe valer una fortuna, yo tengo uno,  -recordó a Akihiko y sintió agradecimiento por ese hombre-  pero no se compara con este, creo que es mucho.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora