Himura, no entendía por qué pidió que vigilasen a los muchachos que a veces acompañan a Kirishima, ahora en su escritorio, veía unas fotos de ellos en distintas situaciones; en el centro comercial, una heladería, paseando, pero tenían una rutina de salir a ejercitarse por el parque a diario... siempre iban juntos, pero ahora iban con otro hombre, se les veía reír en casi todas las fotos, seguro son amigos, pensaba. Cada que veía al castaño, se le hacía fascinante, despertando su interés, quería conocerle en persona, se levantó de su escritorio y fue a un armario, buscó postizos, pelucas, lentes de contacto y ropas, cuando estuvo conforme, procedió a cambiarse, cuando terminó, se miró al espejo y sonrió conforme.
-Parezco otra persona, -lucía como un hombre mayor, indefenso- esto me servirá para acercarme a ese precioso castaño y no levantaré sospechas -hablaba a su reflejo del espejo-.
Volvió a su escritorio y comenzó a idear su plan para acercarse a Misaki, no sólo tenía interés en conocerle, también podría ser de ayuda para destruir a Asami, debido a su cercanía con Kirishima, tal vez tuviese información. Decidió que se presentaría, cada día en ese parque donde suele ejercitarse, de a poco buscaría la forma de acercarse. Al otro día llegó temprano a ese parque, antes que los muchachos, se instaló en un banco cerca y simulando ser un anciano que alimentaba las palomas, esperó a que apareciesen, se llevó una gran desilusión al ver sólo al pelinegro, el castaño y el otro hombre no estaban, igualmente se quedó hasta que ese muchacho se fue, tenía que seguir con su plan, en un momento pensó que tal vez el castaño y el otro hombre fuesen pareja y eso le causó furia.
-No puedes estar con otro, -gruñó iracundo, mientras subía a su modesto coche- tú serás mío.
Volvió a su escondite, se quitó el disfraz, luego de servirse un vaso con whisky, se sentó en su escritorio, maldiciendo el pensamiento que tuvo, no toleraba que ese castaño estuviese con alguien más.
-Así sea a la fuerza, -lanzaba el vaso con furia, contra la pared- serás mío.
Ofuscado siguió con sus cosas, tenía que seguir; cuidando sus negocios y buscar la manera de destruir a Asami Ryūichi.
Las semanas pasaban y con ello su obsesión, ya no sólo era acabar con Asami, ahora se le sumaba poseer al castaño, mientras lo observa cada día en el parque, descubrió que se llama Misaki y que es más hermoso que en las fotografías, es perfecto, pensaba.
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Todavía recuerda cuando se le acercó, aprovechando que estaban cerca, simuló tener dificultades para recoger su bastón, quedó atrapado en sus bellos ojos y su sonrisa.
-Buenos días, -el castaño se reverenció por respeto- permítame, le ayudo -recogió el bastón y se lo acercó-.
-Gracias joven, -aprovechó el acercamiento para rozarle la mano- eres muy amable.
-No fue nada, -sus amigos le llamaban- ahora me voy, mis amigos me esperan, adiós.
-Adelante, -no dejaba de mirarle- gracias otra vez, adiós.
Fin Flashack
A partir de ese momento, le saludaba cada mañana, cuando pasaba con sus amigos, deseaba acercarse más, pero siempre estaba acompañado, luego se iba y al rato salía con Kirishima en una de las camionetas, según otras fotos, llegaban a las empresas de Asami, así que está seguro que trabaja allí, pero no entiende la relación que hay entre el asistente y el castaño, otra vez la idea de que otro hombre fuese su pareja, le irrita, lo pone de mal humor.
-No, no... sólo son conocidos que trabajan en el mismo lugar, -hablaba solo- tú serás mío "bella flor", -miraba las fotos de Misaki- sólo mío.
Himura se obsesionó por completo, comenzó a mal interpretar la amabilidad de Misaki con un inexistente interés de éste por él, estaba seguro que su "bella flor", así comenzó a llamarle, le sonreía cada mañana porque había despertado sentimientos por él, que no se atrevía a decir nada, porque lo veía mayor y eso sería mal visto, pero que con esa sonrisa y amabilidad, cada mañana, le decía que estaba interesado en él.
Esa tarde estaba en su refugio, pensando cómo hacer para, según él, hacerle saber a su "bella flor" que correspondía sus sentimientos. Abrió su caja fuerte y buscó algo, que está seguro, le encantará al castaño, sacó una caja, cerró la caja fuerte y volvió a su escritorio, se acomodó en su sillón y abrió la alargada caja aterciopelada de color negro, dejando ver una gargantilla de oro, con un dije de flor, cada pétalo es una esmeralda y por todo el contorno, tenía pequeños diamantes incrustados y en el centro, un diamante más grande... perfecto, pensaba, al otro día, se acercaría a su "bella flor" y le daría su regalo.
Ese día se levantó temprano, se enfundó su disfraz y partió rumbo al parque, donde cada día veía a su obsesión, aún no amanecía, pero igualmente se sentó a esperar e impaciente miraba el reloj.
-Ya falta poco, -revisaba su bolsillo, asegurando que tenía la caja- cuando te dé el regalo, sabrás que yo también siento algo por ti, mi "bella flor".
Media hora después, les vió venir corriendo, pasaron por su lado y como cada día, el castaño con una sonrisa le daba los buenos días, él le respondía mientras hacía su papel de estar alimentando las palomas, como si nada fuese más importante, esperaría que acaben con los ejercicios, mientras conversaban unos minutos antes de subir, justo ahí se acercaría. Les observó, más bien veía al castaño, porque sólo tenía ojos para él, como se ejercitaba y reía con sus amigos, por algún comentario que le habían hecho.
-Eres lo más hermoso, -repetía una y otra vez- podría estar todo el día observándote.
Llegado un momento, le vio que sonreía enormemente y emprendía una carrera en su dirección, se imaginó que por fin se decidía a revelarle sus sentimientos, ya estaba por levantarse del banco, cuando su "bella flor" pasó de largo, dejándole confundido, volteó para ver que dirección cogió, cuando lo vió colgado al cuello de un hombre y le besaba, sintió la rabia inundando su ser, estaba decidido a sacar su arma, matar a ese desgraciado y a cualquiera que se pusiese en su camino, ese castaño es suyo y estaba dispuesto a llevárselo a la fuerza, si era necesario, pero quedó estático cuando vió y oyó lo que pasó luego.
-¡Ryūichi! te extrañé -seguía colgado del cuello del mayor- ¿por qué no me dijiste que llegabas hoy?
-Porque quería darte una sorpresa -besaba al castaño con ansias- y yo también te extrañé cariño, me hiciste mucha falta.
-Y tú a mi, -se le olvidó que estaban en la calle y enrolló sus piernas a la cintura del mayor- vamos a casa.
Les vio alejarse, en dirección al edificio, algo hablaban que reían, seguido, sus amigos también abandonaron el parque, una vez solo, lanzó lejos el bastón, ahuyentando las palomas y maldiciendo.
-Todo lo que es mío, me lo quitas, -gruñía cual perro rabioso- pero te voy a destruir, te voy a matar, para que nunca más vuelvas a meterte en mi camino.
Abandonó el parque y se fue a su escondite, allí luego de destrozar su despacho, consumido por la ira y el odio, comenzó a idear su plan definitivo para acabar de una vez por todas con Asami Ryūichi.
-Serás mío mi "bella flor".
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...