HIJO... ¡ERES UN IDIOTA!

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Misaki volvió al baño con el té y tocó la puerta del cubículo.

–He vuelto, abre para que salgas y te puedas beber el té.

Mikhail abrió, pero antes ponía su mejor cara de haber estado arrojando, salió cabizbajo, fue a uno de los lavabos, lavó sus manos y se enjuagó la boca, todo lo hacía por dramatizar, levantó el rostro y en el reflejo del espejo vio al castaño que le sonreía y ofrecía papel para secarse, quedó impactado, ese muchacho era hermoso, tenía unos enormes ojos verdes, que le miraban con bondad y transmitían paz, definitivamente Kirishima tenía razón, era un ángel caído... pero qué hace aquí entre tanto egoísmo y maldad, un ser tan puro y además venir a toparse con ellos, que eran seres corrompidos y crueles, pensaba el ruso, salió de su trinitaria, al escuchar al castaño.

–¿Te sientes mejor? Ten, bebe tu té -ofreciéndole la botella- necesitas rehidratarte.

–Sí, creo que la comida me sentó mal,  -el ruso sintió vergüenza por engañar a ese ángel, ya no le parecía graciosa la apuesta que hizo con Feilong, bebió un poco de té-  gracias.

–Por nada, ahora ¿puedes irte solo o deseas que te acompañe a coger un taxi?

El ruso a pesar de todo lo que veía y oía, tuvo dudas y tentando al castaño, le respondió.

–Puedo irme solo, pero acompáñame, té compensaré,  -lanzó el anzuelo- como te dije antes, ahora no tengo nada, pero en mi departamento sí, retribuiré las molestias ocasionadas.

–No es necesario,  -el castaño negaba con las manos- lo hice con gusto -él no necesitaba que le devolviesen nada, además no le parecía bien, ir al hogar de un extraño-.

–¿Estás seguro? De verdad que puedo darte lo que me pidas -insistía el ruso-.

–Muy seguro, dicen por ahí que "hoy por ti, mañana por mi", ahora me voy,  -hizo una reverencia-  tengo que ir a mi trabajo.

–Al menos dime tu nombre, quiero saber quien fue tan amable conmigo.

–Olvidé mis modales,  -hizo una pronunciada reverencia- mi nombre es Takahashi Misaki.

–Yo soy Mikhail Arbatov, un gusto Misaki, ya sé que nombre ponerle al ángel que me ayudo, ahora que se lo cuente a mi pareja.

–Igualmente,  -Misaki se sonrojó inevitablemente- no podía dejarte así y solo, ahora sí me retiro, adiós señor Arbatov.

–Adiós Misaki  -el ruso aguantó su risa por provocar el sonrojo del castaño-.

Vio como Misaki corría en dirección a la salida, él llamó a su chófer para irse al departamento de Asami a esta hora ya tenía que estar todo listo.

                     ☆

Después del incidente del golpe al castaño, Akihiko no ha vuelto a la editorial, como pensó, dejaría pasar unos días antes de volver a reconquistarlo, el timbre del pent-house sonó, creyó que era Aikawa, otra vez, para reclamar que no tenga listo el manuscrito, pero ella tiene llaves, recordó, el timbre volvió a sonar, con pereza bajó y abrió, frunció el seño, era una visita no deseada.

–Buena tardes Akihiko -saludó el hombre- ¿no me dejarás entrar y ofrecer un té?

–¿Qué hace usted aquí? Y lo más importante ¿a qué viene?  -hablaba tosco el peliplateado-  se hizo a un lado para que el otro entrase.

–No puedo visitar a mi hijo y saber cómo está, -Fuyuhiko buscaba al castaño con la mirada-  y... Misaki, que no lo veo, ¿está en la editorial?

–Puede saber de mí con una llamada  -Akihiko disgustado, no le gusta que le visiten y menos su padre-  y Misaki ya no vive conmigo.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora