NO SE PARECE A TI

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Asami, ignorando el dolor, se movió en la cama y presionaba con insistencia el botón de asistencia médica.
La puerta de la habitación fue abierta, dando la entrada a un médico y una enfermera.

-Asami-sama,  -el médico se acercaba a la cama-  le suc...

-Es Misaki,  -interrumpió el ojimiel-  se ha desmayado, está embarazado.

El médico sin preguntar nada más, fue a revisar al castaño, después de tomarle las constantes vitales, habló.

-Tiene la tensión arterial baja y muestra signos de cansancio ¿sabéis si se ha alimentado bien?

-Ha comido poco, ni que decir de dormir,  -Kirishima se siente culpable-  no pude convencerlo de que se fuese a casa.

-Entonces que descanse aquí,  -Asami conoce a su castaño y lo terco que puede llegar a ser-  que traigan otra cama ¿y la bebé, cómo está?

-Se hará lo que usted mande  -el médico asiente-  y respecto al embarazo, no veo que el joven Misaki, haya sufrido daño, pero si lo desea, puede venir alguien de ginecología a realizarle una ecografía.

-Hágalo  -fue todo lo que dijo Asami-.

A los minutos entraban unos auxiliares con la cama para Misaki, después que Kirishima lo pusiese en ella, unas enfermeras terminaron de ponerlo cómodo, el castaño yacía profundamente dormido, lo acontecido en las últimas horas, le estaba cobrando factura, Asami decidió esperar para hacer la ecografía, hasta que Misaki despertase.

-Perdón jefe,  -Kirishima se reverenció-  no supe cuidar de Misaki, dejé que se expusiese con lo de Himura y no insistí más con que se fuese a descansar.

-No es tu culpa,  -Asami no puede culpar a nadie-  este terco,  -señalaba al castaño-  sólo si lo amarrabas, iba a estar quieto.

-Eso es cierto,  -habló orgulloso-  anoche quedó claro que con usted, nadie se mete.

-¿Qué pasó con Himura?

-Luego de ser atendido por un médico, como pidió Misaki, está retenido en las instalaciones del muelle,  -señaló al castaño-  delante de todos, aseguró que se cobraría por hacerle daño a usted, pero viendo cómo quedó, yo creo que ya pagó, el desgraciado quedó mutilado.

-Cuéntame todo, tengo recuerdos borrosos de lo sucedido.

Kirishima asintió, se acomodó las gafas y empezó a relatar los hechos, desde que oyó el disparo, el actuar de Misaki y su última orden antes de abandonar el salón, ignorando las muestras de respeto que demostraban, tanto sus hombres como los socios que quedaban esa noche.

-Algo bueno salió de esa noche,  -Asami sonreía conforme-  ante esos hombres, Misaki no es un amante en turno, tiene el mismo peso que yo y ya vieron de lo que es capaz, se lo pensarán dos veces antes de siquiera intentar algo en su contra, pero no le quitaremos la escolta, ahora menos que nunca.

-Y seguro, esos socios,  -sonrió de lado-  se encargarán de contar a los demás, lo sucedido en esa fiesta y por la escolta, no se preocupe, Takai no se ha despegado de la puerta, ese grandulón protegerá a Misaki con su vida,  -se quedó pensativo unos segundos-  Jefe, usted y mi angelito hablan del bebé como si ya supiesen que es una niña, hasta nombre le han puesto  -puso cara complicada-  ¿no es muy apresurado? ¿Y si luego sale un niño?

-... -Asami soltó una risa- no, aunque te lo cuente, lo más probable es que no me creas... pero Misaki y yo, no creemos que es una niña, estamos seguros de ello. Sayumi será tu primera nieta,  -mantuvo su seriedad, a pesar de la gracia que le hacía la cara de Kirishima-  nuestra princesa.

-Desde ya, me encargaré de buscarle los mejores escoltas  -recuperaba su porte serio-  o habrán muchos accidentes, si algo le sucede a mi futura nieta.

Asami se mantiene en silencio, sólo observa a su castaño que duerme en la cama de al lado, Kirishima no deja de tener razón, no habrá nadie a salvo si algo les sucede a Misaki o a Sayumi, el asistente se retiró un par de horas, tenía pendientes que resolver. Intenta descansar un rato, pero se siente ansioso, tiene una mezcla de sentimientos y no sabe cómo expresarlos, cree que si se duerme, al despertar todo habrá sido un sueño, los movimientos en la cama de al lado, lo sacan de su ensimismamiento, Misaki se estira cual gato y ese hecho le causa mucha gracia, de repente el castaño se sienta de golpe en la cama.

-¿Descansaste?  -atrayendo la atención de Misaki-  te desmayaste, el médico nos dijo que estabas agotado.

-... -el castaño al oír lo del desmayo, se llevó las manos al vientre y habló alarmado-  ¿Sayumi, cómo está?

-Tranquilo, no llegaste a caer, Kirishima te sostuvo,  -Asami desea poder moverse con libertad e ir al lado de Misaki-  esperábamos a que despertases para hacer una ecografía y asegurarnos que Sayumi está bien.

-Discúlpame Ryūichi,  -el castaño habló culpable-  debí tener más cuidado, no tomé en cuenta el riesgo de mis acciones, sólo actué por instinto.

-Misaki...  -Asami golpea el lado de su cama, para que Misaki se acercase-  sé, que lo hiciste por defenderme, yo hubiese hecho lo mismo, pero ahora,  -con su brazo rodeó al castaño, lo acercó a su pecho y besó sus cabellos-  tienes que ser egoísta y pensar en tu seguridad.

-Lo sé, pero si se trata de ti,  -levantó la cabeza para verle a la cara-  hago cosas que nunca creí hacer, cuando te vi en el suelo, sangrando y al responsable, no lo dudé, tenía que salvarte,  -se acurrucó en el pecho de Asami-  nunca había disparado un arma y mucho menos amenazado a nadie con lastimarle, pero Himura tenía que pagar lo que hizo con esos niños y tiene que pagar, el querer arrebatarte de mi lado, quiero que sufra.

-Cariño, no pienses en eso,  -lo aferró a su pecho-  no quiero verte en este mundo oscuro, yo me encargaré de cobrarle, no sólo el haberme herido, ese desgraciado se atrevió a tocarte.

-Ryūichi, tengo hambre.

Misaki siempre sabe cómo aligerar los momentos tensos, Asami sólo sonríe.

-¿Quieres algo en especial? O pedimos lo que haya en el hospital.

-No tengo antojo por nada en particular, sólo quiero comida,  -se sentó en la cama-  pero primero, llamemos al médico, quiero que me hagan esa ecografía y que conozcas a Sayumi.

Como lo pidió Misaki, llamaron al médico y le solicitaron la prueba para asegurar que la bebé está bien. Las ventajas de ser Asami Ryūichi, todo lo que deseaba se le concedía, no pasaron ni diez minutos y entraban a la habitación la doctora Aoki, acompañada de otro médico y unas enfermeras que arrastraban el ecógrafo.

-¿Doctora Aoki, usted también trabaja aquí?  -el castaño pregunta confundido, pero igualmente más tranquilo-.

-¡Buenos días Misaki-kun! ¡Buenos días Asami-san!  -la doctora se inclinó-  espero que estéis bien, he venido por el llamado de Kirishima-san, contactó con mi consulta y me pidió que viniese para asegurar que tú y el bebé estuvieseis bien, sólo esperaba a que despertases.

-Disculpe mis modales, fue la impresión ¡Buenos días Aoki-sensei!

-¡Buenos días! -saludó Asami-  gracias por venir, con usted aquí, Misaki estará más tranquilo.

La doctora pidió a Misaki que se acomodase en su cama, sacó su ordenador portátil y revisó la ficha del castaño, apuntó los datos que le facilitó el otro médico y esperó a que la enfermera, terminase de instalar el ecógrafo, Asami pidió ayuda para estar más inclinado y tener mejor visión, miraba atento lo que la doctora hacía, cuando comenzó a pasar el transductor, fijó sus ojos en la pantalla, sólo veía un fondo gris con algunas manchas más claras, no distinguía nada.

El castaño, no perdía detalle de las reacciones de su novio, intuía lo que pensaba.

-Te lo advertí,  -le habló a Asami y aguantaba la risa-  no se parece a ti.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora