OTRO PEDACITO DE BONDAD

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-¡¡Qué comiencen las visitas!!

                        ☆

En la sala de espera de la clínica, esperaban, un medio dormido Takahiro y un cada vez más impaciente Kirishima, pronto serían las 11 de la mañana y aún no podían pasar a visitar a Sayumi y Misaki, habían medio desayunado en la cafetería, pero la impaciencia les hizo regresar antes de acabar, así que ahí seguían esperando.

-¡Buenos días!  -la recepcionista de antes se acercaba con cautela-  teng...

-¿Le pasó algo a mi nieta o a mi hijo?  -Kirishima saltó de uno de los sillones y se plantó delante de la mujer, quien se quedó de piedra-  hable de una vez  -su tono era muy serio y demandante-.

La recepcionista no responde, piensa que en mala hora le cambió el turno a su compañera, el hombre frente a ella le da mucho miedo "QTC" (que te cagas), está segura que luego tendrá que revisar y cambiar su ropa interior.

-¡Señorita!  -Takahiro pasa su mano frente al rostro de la mujer, para hacerla reaccionar- ¡señorita! ¿Qué nos iba a decir?

-Discúlpeme,  -hizo una pronunciada reverencia-  sólo venía a informarles que Asami-sama ha autorizado las visitas.

-¿¿En qué habitación están??  -ambos hombres interrogaban-.

-La 513, planta 5.

-Gracias  -Takahiro inclinó su cabeza y siguió a Kirishima que se había adelantado-.

Esperaban el ascensor y el Takahashi mayor se alarmó.

-No he traído nada,  -se masajeaba el ceño-  con la emoción y las prisas, me dejé el regalo de Sayumi en casa y las flores para Misaki no las pedí.

-... -Kirishima abrió enorme los ojos- ¡mierda! A mí también se me olvidó, creo haber visto una floristería cerca... - hacía una búsqueda con el móvil- sí, está abierto ahora.

Salieron casi corriendo del recinto, no cogieron los coches, llegarían más rápido caminando, en la tienda, hicieron sus pedidos, ambos pidieron rosas blancas, Takahiro pidió además que su bouquet llevase un globo rosa, con forma de corazón y unos peluches pequeñitos, simulando una familia de felinos, Kirishima pidió que a su bouquet le pusiesen una muñequita de tela que dormía cubierta con una mantita, la cual podían personalizar. Con todo listo, volvieron a paso veloz a la clínica, antes de golpear la puerta de la habitación, ambos, soltaron el aire, audiblemente.

                      ☆

Misaki y Asami, estaban recostados en la cama, Sayumi dormía en la cuna... suponían que apenas haber dado la autorización para las visitas, Takahiro y Kirishima, estarían con ellos.

-Tal vez, se cansaron de esperar  -el castaño medio dormido-  y se fueron a descansar.

-A lo mejor  -Asami besaba los cabellos de Misaki-  vienen después de comer, siendo así, descansa.

-Tú también, tienes que descansar,  -bostezaba el castaño-  perdón.

-Yo lo haré después, -acerca a Misaki a su pecho-  aprovecha que Sayumi duerme.

Misaki al sentir el calor de Asami, comienza a relajarse y a caer dormido, está agotado, antes de dejarse llevar por los brazos de Morfeo, habló.

-Me hablas si mi princesa se despierta.

-Sí, no te preocupes,  -acarició la cabeza del castaño-  tú descansa.

Asami siguió con las caricias, incluso cuando el castaño ya dormía profundamente, mira a su lado y en la cuna descansa su hija, luego fija sus ojos en Misaki, con cuidado lo estrecha un poco más entre sus brazos, él no es capaz de dormir, porque teme que todo sea un sueño.

-Sigo pensando que no te merezco,  -susurra sobre la cabeza del castaño-  pero sin ti, no soy nada... te amo Misaki.

-Te amo Ryūichi  -aún dormido respondía y afianzaba su agarre sobre el pecho del ojimiel-.

El ojimiel siguió velando el sueño de sus 2 amores, unos toques en la puerta, lo pusieron alerta, sin levantar mucho la voz, dio el pase.

                     ☆

Takahiro, aplacando su nerviosismo, abrió la puerta de la habitación y se adentró seguido de Kirishima, se sorprendió por el silencio, por un segundo creyó haberse equivocado, pero la voz de su cuñado, lo hizo reaccionar y buscarle, estaba en la enorme cama, velando el sueño de Misaki.

-Buenos días Takahiro,  -el ojimiel saludó-  Kirishima, adelante, podéis dejar las flores en la mesa de centro.

Asami vio como ambos hombres, luego de poner las flores en la mesita, se acercaban hasta la cama, sin dejar de mirar la cuna, suavemente, acomodó a Misaki para que siguiese durmiendo y él se levantó.

-Podéis acercaros más,  -sonrió de medio lado-  no muerde.

-¿Eh?  -Takahiro no reaccionaba-.

Kirishima asintió y se acercó, dentro de la cuna, dormía plácidamente su nieta, otro pedacito de bondad que llegaba a su vida, a sus ojos, es preciosa... gracias, gracias Dios, era su pensamiento.

-... -carraspeó, para desatorar su garganta- Me odiarás cuando seas mayor, pero no dejaré que nadie se acerque a ti, nadie estará a tu altura.

Asami soltó una risa, Kirishima está exteriorizando, todo lo que él mismo piensa, nadie, nunca, será suficiente para su hija.

-Parece un angelito,  -Takahiro habla emocionado- ¡bienvenida princesa!  -susurró cerca de la pequeña-  felicidades cuñado, mi sobrina es hermosa.

Takahiro, todo lo decía sin dejar de mirar a Sayumi.

-Gracias,  -el ojimiel infla su pecho-  mi princesa es igual a su madre.

-En eso estamos de acuerdo, -Kirishima habló a Asami- mi nieta es idéntica a su madre, un angelito, felicidades.

Asami asintió y los invitó a sentarse en la pequeña sala, por cerca de 2 horas, estuvieron conversando, sobre algunos detalles del parto, sólo guardaron silencio, al escuchar un quejido que venía de la cuna, el ojimiel corrió, para ver a su hija.

-¿Ya tienes hambre? -la cogió en brazos y besó su frente- cariño, han venido a conocerte, vamos con ellos,  -se acerca a la salita-  luego despertamos a tu mami.

Kirishima y Takahiro, observaban la escena muy sorprendidos, en los brazos de Asami, Sayumi se ve diminuta, pero lo que realmente les llama la atención, es que la pequeña, parece entender lo que su padre le habla, no llora, sólo abre los ojos y "observa", cuando la tuvieron frente a ellos, se quedaron petrificados.

-Princesa, estos son tu tío Takahiro y tu abuelo Kirishima.

-¿Puedo cargarla?  -el Takahashi mayor en medio de su llanto, sonreía mientras Asami le entregaba a su sobrina-  Sayumi, serás la cosita más consentida, porque no sólo lo haré como tu tío, sino que también cumpliré lo que tus abuelos hubiesen querido, pero ese será nuestro secreto, porque estoy seguro que tu mami se opondrá.

Takahiro lloraba emocionado al recordar a sus padres, está seguro que serían unos consentidores con sus nietos, besó la olorosa cabecita de su sobrina, miró a Kirishima y agradeció que ese hombre, estuviese en sus vidas, se limpió las lágrimas antes de hablarle al mayor.

-¿Quiere cargarla un momento?

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora