¿PIENSAS ALGUNA VEZ EN MÍ?

575 67 9
                                    

Seis de la tardes del veinticinco de diciembre, a más de nueve mil kilómetros de Japón, específicamente en Inglaterra, dos personas esperaban su vuelo, cada uno viajaba por distintos motivos; uno a pedido de su familia para celebrar las fiestas de fin de año y el otro por trabajo, pero ambos con la misma idea, ver a sus antiguas parejas. Mientras esperaban abordar, tuvieron el mismo pensamiento, dedicado a sus ex: ¿Piensas alguna vez en mí?

                        ☆

Tres de noviembre y Akihiko estaba en Londres, revisaba su correo postal; su familia le enviaba la invitación formal para la fiesta de fin de año, pensó en romperla, ya que no asistiría, pero la dejó de lado y siguió con el paquete que Aikawa e Isaka le habían enviado, eran unas publicaciones de Marukawa y unas revistas, la loca de su editora le mencionaba en una nota que el contenido de esas revistas le iba a interesar, al ser en su mayoría de prensa rosa y farándula, las tiró sobre la mesita de centro ¿qué podía haber en ellas que a él le interesase? y con las de Isaka, pasó algo parecido, no quería leer noticias de otros autores de la editorial, menos de Ijūin, pero esa noche estaba aburrido, había pedido la cena y ahora no tenía nada qué hacer, había terminado el manuscrito y no tenía intenciones de salir, miró su mesa de centro y vio las revistas, sin mucho interés cogió la de Marukawa, pasaba las páginas y ojeaba superficialmente los artículos, hasta que sus ojos quedaron fijos en una foto y leyó la publicación.

-¿Qué tienes que ver con esa obra benéfica y quién es ese hombre?

Analizaba las foto del artículo, reconocía a muchos como editores de Marukawa, también a Takahiro con su familia, al amigo de Misaki, su hermano Haruhiko y cómo no a Ijūin, pero a otros, sobre todo al hombre que tenía abrazado al que fuese su pareja, no los reconocía. Sus manos se lanzaron hacia las otras revistas, las extendió sobre la mesa, la portada de una de ellas llamó su atención, eran fotos de Misaki en distintas situaciones con el mismo hombre de antes, pero el titular le hizo sentir una punzada en el corazón: "Confirmado, Asami Ryūichi será padre, junto a su pareja Misaki"

-¿Quién es Asami Ryūichi? -arrugaba la página- ¿Misaki, tendrás un bebé con otro hombre? ¿me olvidaste?

Se apresuró en buscar el artículo y lo leyó, lo mismo hizo con las otras revistas, la información era la misma, eran pareja y próximamente se convertirían en padres, no entendía por qué la noticia le dolía, si hace casi un año que su relación con Misaki había acabado y él mismo aceptó que lo de ellos no tenía futuro, por lo menos no el que el castaño quería, pero le dolía saberlo del todo y de forma irreversible perdido, no lo acepta, encendió un cigarrillo, luego otro y así hasta acabar la cajetilla, aplastó la última colilla en el cenicero y sonrió pesadamente.

-Estoy seguro que la loca de Aikawa, lo hizo a propósito.

Recordó la última visita que le hizo su padre, en el pent house de Tokio, dónde le dijo que era un idiota, por no aprovechar la posibilidad de formar una familia con la persona que quería.

-Debo admitirlo Fuyuhiko, tienes razón... Soy un idiota y ahora me doy cuenta  -se recostaba en el sofá viendo una foto de Misaki-  ¿Te acordarás de mí?

Buscó la invitación, que pensó en romper y la metió de vuelta al sobre y se encaminó a su habitación.

-Te buscaré,  -besaba la invitación-  tal vez, aún tenemos una oportunidad.

Con esa idea, se fue a descansar.

                       ☆

Uno de noviembre, en Mánchester, esa mañana Takaba se despertó tarde, la noche anterior había ido a una fiesta de Halloween con amigos de la universidad, al ser festivo no tenía clases, ni trabajo, mientras almorzaba, se ponía al día con sus redes sociales, la noticia de Asami estaba en varias publicaciones, se sorprendió que lo hiciese público, pero la noticia de que sería padre y que se mostrase tan feliz y atento con "esa castaña", le causaba resentimiento.

-Conmigo nunca te viste tan feliz  -buscaba más información-  ¿Qué, es un hombre?

Abría los ojos enormes, al ir repasando las fotos y leer los diferentes artículos.

-¿Qué es un doncel?

Hacía una búsqueda por la red e investigaba sobre los donceles, estaba con la boca abierta, hombres con la capacidad de concebir, hasta ese momento no había oído nada de ellos, Ok, nadie puede culparlo, se la pasa estudiando y trabajando, en un país con un idioma y costumbres muy distintas, por lo que sus relaciones interpersonales con sus compañeros, no van de ponerse a hablar de temas tan profundos, sino de; juntarse a hacer los proyectos de la universidad o alguna fiesta por un lado o de tomarse un café, reuniones o cenas de trabajo por otro.

-¡Vaya!  -exclamaba- bSí que eres un cabrón con suerte Asami,  -le hablaba a una foto del ojimiel-  cumplirás tu deseo de una familia y con un hombre.

Que sea un hombre, quien le diese un hijo a Asami, le duele y más verlos en las fotos, siempre sonriendo, mirándose con amor, como en la que está viendo ahora, una donde el ojimiel ayuda al castaño a bajar de una camioneta, seguida de otra donde caminan cogidos de la mano.

-¿Sabrá tu secreto?

Repasó una vez más las fotos y se quedó pensando en su situación, no tiene derecho a quejarse, él decidió dejar todo por cumplir sus sueños, Asami no iba a esperarlo eternamente, hasta que él decidiese volver a Japón ¿cierto?

-¿Te enamoraste de ese castaño?

Takaba hacía la pregunta, pensando que ese castaño, tal vez logró lo que nadie, enamorar al gran Asami Ryūichi y si no interpreta mal el lenguaje corporal de ambos en las fotos, el sentimiento es recíproco, sonrió desganado.

-Mira dónde vine a aplicar mis clases,  -cerraba las páginas que había abierto y luego apagaba el ordenador-  analizando unas fotos de mi ex.

A los días, recibía una orden de trabajo, tenía que viajar a Tokio, iría con una compañera para cubrir el evento de una de las familias más influyentes de Japón y muy reconocida en Inglaterra, le faltó dar saltos de alegría.

-Está es mi oportunidad,  -veía una foto de Asami en su móvil-  quizás, nunca debí irme y ahora al vernos reavivemos el pasado.

                       ☆

Después de casi quince horas de vuelo, aterrizaban en Tokio, cansados subían a sus taxis, Akihiko no había dicho nada a su familia, ni siquiera voló en el avión privado, ni tampoco se quedaría en la mansión, se hospedería en un hotel y sólo los vería el día de la fiesta, Takaba y su compañera de trabajo, también se alojarían en un hotel, esa tarde noche, sólo se fueron a descansar, tenían unos días para llevar a cabo sus egoístas planes.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora