Akihiko y Takaba llevaban dos días en Japón y no habían logrado acercarse a sus ex, para la fiesta quedaban tres días y luego tenían que volver a sus obligaciones en Inglaterra.
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Akihiko, un día se apostó fuera del departamento de Misaki, pero nunca lo vio llegar, sólo al amigo pelinegro y a Haruhiko, ese hecho le causó confusión, hasta donde él sabía, su hermano estaba interesado en el castaño, se fue al hotel y buscó información de Asami y al otro día se fue a la empresa, allí esperó verlo, pero sólo vio salir unas camioneta negras con los vidrios polarizados, así que no logró ver a los pasajeros, por corazonada las siguió, las vio aparcarse en un exclusivo centro comercial, esperó a que bajasen y descubrir a quienes viajaban en ellas, Misaki bajaba de una de las camionetas, ese hombre que ahora es su pareja le ayudaba y luego se adentraban tomados de la mano. Esperó unos minutos y luego se adentró al comercio, fue fácil encontrarlos, ya que llamaban bastante la atención, los encontró en una tienda de artículos para bebés, a través de los cristales le buscaba, se le detuvo el corazón cuando vio a Misaki recorrer la tienda, eligiendo ropa y otras cosas, se veia hermoso y adorable con ese pequeño vientre, el embarazo resaltó aún más su belleza, sus enormes ojos brillaban emocionados, pero las sonrisas que le dedicaba a ese hombre, le hacía hervir de celos, intentó acercarse, pero vio como los gorilas que resguardaban la seguridad de la pareja, alejaban a unos entrometidos que se acercaron más de la cuenta y luego se retiraban, cuando llegó al parking ya no estaban. Cogió el coche y volvió a su hotel, con la intención de al día siguiente volver a las empresas e insistir en verlo y acercarse. Revisaba sus e-mails y tenía uno de su padre, preguntando si este año asistiría a la fiesta de fin de año y si había leído los informes de las empresas con las novedades del último proyecto, no contestó y recordó que toda esa información la puso en una carpeta para leerla luego, nunca le ha gustado inmiscuirse con las empresas, pero tenía responsabilidades como Usami y por lo menos, leía los informes, aunque fuese una vez al año, en vista que esa tarde no tenía nada que hacer, se dispuso a leerlos, como siempre los negocios eran prósperos, nada novedoso, cuando llegó al apartado de los nuevos proyectos, sonrió enorme.
-Esto tiene que ser el destino, -seguía leyendo- si él va a esa fiesta, tú como su pareja formal también, igualmente trataré de buscarte estos días.
Mal le fue, las pocas veces que le vio, fue de lejos, siempre iba acompañado; o por ese hombre o por su amigo el pelinegro y un gorila que lo seguía como una sombra, en una de esas salidas los vio visitar esa institución que salió en la publicación de la editorial, era una especie de hogar para niños y mujeres, llevaba en el lugar unas dos horas cuando vio llegar la otra camioneta y como no de ella bajó Asami Ryūichi con su porte elegante y arrogante, desde el interior salía una pequeña que corría a los brazos de ese hombre, seguida de un sonriente Misaki, ese hombre cargaba a la niña para llevarla al interior, no sin antes besar al castaño y acariciarle la barriguita, Akihiko, en el interior de su coche, apretaba furioso los puños.
-¿Por qué Misaki? -golpeaba el salpicadero- ¿Por qué tienes que compartir tu amor con los demás y ese hombre lo permite?
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Takaba al estar por trabajo, no disponía de todo el tiempo que hubiese querido, el primer día tuvo libre, así que se fue a buscar a Asami, en el edificio como siempre estaban los guardias y lo más seguro, es que no lo dejarían entrar, escondido en la salida del parking, esperaba a que saliese la limusina y luego abordarlo, pero sólo salieron dos camionetas negras, para cuando reaccionó, estas ya se encontraban lejos, por lo que se fue directamente a las empresas, esperó horas, hasta que otra vez vio salir las camionetas, a toda prisa cogió un taxi y pidió que las siguiese, llegaron a un centro comercial, de esos exclusivos que hay en los barrios pudientes, creyó haber perdido el tiempo, pensaba que el ojimiel nunca visitaría esos sitios, para eso tenía a sus empleados, iba a pedirle al taxista que lo llevase de vuelta a las empresas cuando vio a Asami descender de una de las camionetas y ayudar a ese castaño a bajar, le molestaba que fuese tan atento, los vio entrar, pagó al chófer y se adentró, los encontró en una tienda, como llevaba gorra, se puso la bufanda y entró, manteniendo la distancia les siguió, simulaba ser un cliente más, vio como Asami elegía conjuntos de ropa y se los mostraba a su ahora pareja, les escuchó hablar de su bebé y de lo hermosa que se vería, o sea es una niña pensaba, el ojimiel estaba tan cambiado y a la vez igual, con ese castaño sonreía y sus ojos brillaban, pero sólo a él, para los demás mostraba su porte arrogante, frío y orgulloso, Asami Ryūichi en esencia pura, decidió retirarse, verlos juntos le dolía, ya buscaría como acercarse. El segundo día, con su compañera tuvieron que visitar la empresa de la familia Usami, que eran los anfitriones de la fiesta, se le hizo una entrevista al patriarca y al hijo mayor, había un segundo hijo, era un famoso escritor, pero ahora vivía en Londres, él sólo sacaba las fotos, mucha atención no ponía, le parecía aburrido que hablasen de sus negocios, hasta que escuchó que participaban en un gran proyecto a nivel nacional e internacional con el reconocido empresario japonés Asami Ryūichi, Liu Feilong de China y Mikhail Arbatov de Rusia, ocultó su entusiasmo, terminaron su trabajo y volvieron al hotel.
-Lo más seguro es que te vea en esa fiesta, -pasaba las fotos de la entrevista a su ordenador- esto es el destino.
Los siguientes días, estuvo esperando la oportunidad de encontrar a Asami solo, pero nada, su ahora pareja al parecer siempre anda con él, hasta en las empresas se le pegaba como una lapa, pensaba y tal parece que ahora no usa la limusina, siempre salen en camionetas, como ahora que vio al castaño salir del edificio y subirse acompañado de un pelinegro y uno de los guardaespaldas, el ojimiel no estaba por ninguna parte, sonrió y esperó a que saliese Asami, en esta oportunidad estaba seguro que iba a estar solo, unas horas después vio la otra camioneta salir del parking, otra vez subió a un taxi y lo siguió, se extrañó que llegasen a un barrio en las afueras, lo vio bajarse en ¿un colegio?, sintió el impulso de correr a reclamarle, cuando el ojimiel cargaba a una pequeña que corría hacia él y luego besaba y acariciaba el vientre del castaño.
-¿Qué tiene él, para que te comportes así? -miraba por la ventana del taxi- le dedicas sonrisas y miras como si fuese lo más preciado para ti ¿Por qué Asami?
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Y... Por qué no?
FanfictionDicen que cuando nos enamoramos de una persona a primera vista, es porque esa persona fue nuestro amor en otra vida. Eso les pasa a Misaki y Asami... sólo les bastó cruzar miradas para reconocerse, soñarse, desearse, pero sobre todo AMARSE. Mi prime...