SI ME ACERCO... ¿ARDERÉ?

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Misaki, Tōdō y Kirishima, se retiraban del restaurante, comentaban lo delicioso que estuvo todo, pero el castaño se detuvo para agradecer y despedirse del encargado, notó que era observado por un hombre, estaba de lado y no se giró para mirarlo de frente, sólo movió sus ojos, aunque su ojo derecho está inflamado, podía ver mejor que esa mañana, quedó inmóvil por un momento, esos ojos que le observaban eran como dos soles, que le llamaban, creyó que si se acercaba, ardería, ardería igual como las mariposas que se acercan a una bombilla, su corazón se saltó un latido, deseaba arder, no salió corriendo sólo porque su amigo le habló, trayéndolo a la realidad.

-¿Estás listo amigo?

-Sí, vamos,  -giró su rostro para mirar a su amigo, cuando volteó nuevamente buscando al hombre, éste, estaba hablando con el metre-  Kirishima-san ya debe estar en el coche esperándonos  -y se fue del lugar un tanto desilusionado-.

Iban los tres en el coche, Shinnosuke iba en los asientos traseros y el castaño de copiloto, Kirishima mientras conducía, de reojo miraba al menor, éste iba sumido en sus pensamientos y apenas respondía con monosílabos la plática que le hacía el pelinegro, se preocupó pensando que se sintiese mal y para no causar molestias se lo callaba, no se aguantó y habló.

-Misaki, ¿estás bien? Te noto callado, distraído, será que sientes dolor y no nos quieres preocupar.

Misaki no podía dejar de pensar en ese hombre ¿Qué ocurrió allí? Él nunca se sintió así por nadie, ni siquiera por Akihiko y ahora un desconocido, al que sólo ha visto una vez y que no volvería a ver, puso su mundo del revés, salió de sus pensamientos porque oyó el tono preocupado de Kirishima.

-No, estoy bien, feliz de haber compartido con usted y mi amigo,  -sonrió para tranquilizar al mayor-  sólo que me he tomado la medicina para el dolor y ya me está dando sueño  -mintió a medias, no iba a revelar la verdadera causa, porque ni él entendía qué pasó allí-.

El mayor le creyó, porque él  mismo, le vio tomar los analgésicos, pero sabía que había algo más, ¿pasó algo mientras él buscaba el coche? ¿Alguien le habrá molestado? No ahondó porque no lo quiere agobiar, ya investigaría luego por su cuenta con la gente del restaurante, llegaron al edificio ya en su piso se despidieron para ir a descansar.

-Gracias Kirishima-san,  -habló Tōdō-  nunca creí poder probar un plato tan exclusivo, buenas noches -se reverenció-.

-Buenas noches y gracias por la invitación, estuvo todo delicioso  -Misaki repitió la acción de su amigo-.

-Por nada muchachos, los invité con mucho gusto, buenas noches, fue una velada muy amena,  -devolvió la reverencia-  que descansen.

Esa noche Misaki no durmió mucho, cada vez que cerraba sus ojos, unos dorados se le aparecían y le observaban, recordó que el hombre era muy guapo y alto, ¿por qué todos, tienen que ser más altos que yo? pensó, mientras una sonrisa boba se instalaba en su rostro.

                     ☆

Asami no estaba mejor, el alcohol no le ayudó a olvidar al castaño, no aceptó a nadie que se le acercó ofreciéndole pasar un buen rato y lo peor que tampoco podía dormir, cogió su móvil y le marcó a uno de sus hombres de confianza, espero hasta que le respondieron.

-Quiero que busques información de alguien, un joven... no, no sé su nombre... sólo sé que vive en el mismo edificio de Kirishima, es su nuevo vecino... quiero saber todo de él... lo más importante, no le digas a nadie, mucho menos a mi asistente... cuando tengas la investigación, me la traes al hotel... bien, adiós -colgó la llamada-.

No entendía nada, revolvió sus cabellos con sus manos, me estoy volviendo loco, pensó, casi amaneciendo, logró dormir un par de horas, esa mañana no tenía nada importante, así que se lo podía permitir.

                       ☆

Ya de mañana Misaki estaba desayunando solo, porque su amigo tenía una capacitación en la empresa dónde pronto trabajaría, pensaba en lo sucedido en el restaurante, bueno en ese guapísimo hombre, como le hubiese gustado acercarse para cerciorarse si efectivamente ardería al tocarlo, sacudió su cabeza, negando sus pensamientos...

-¡Es un desconocido! y no lo volverás a ver  -se decía a si mismo-

Dio un largo suspiro y se dispuso a trabajar en su tesis, tenía un par de horas antes de irse a la editorial y tenía que mantener la cabeza ocupada para no pensar en ese hombre.

                      ☆

Shinnosuke estaba en una oficina con otras personas, asumía que como él, también pronto trabajarían allí... toda la mañana estuvo ocupado, tuvieron que memorizar las normas de la empresa, firmar unas cláusulas de confidencialidad, luego los separaron según su especialidad y les hicieron un tour por los distintos departamentos, menos la presidencia, según oyó, allí sólo suben algunos privilegiados, vieron en primera línea el tipo de trabajo que pronto desempeñarían y vale decir que era mucho, el pelinegro estaba emocionado, ya casi al mediodía los llevaron a una especie de oficina de seguridad, allí les tomaron fotos para sus credenciales y a algunos como a él, les entregaron unas tarjetas de acceso para áreas restringidas y claves para el ascensor, con todo listo se retiraron a sus hogares, Tōdō estaba feliz, salió del edificio y vio que llegaba alguien, por lo alejado no vio bien quien era, sólo dedujo que era un hombre importante porque iba rodeado por guardaespaldas, no se quedó para saber quién era, se fue rápidamente rumbo a su hogar, tenía que cambiarse para ir a su trabajo de medio día.

                      ☆

Asami llegó a su oficina pasado el mediodía, le sorprendió ver tanta gente joven salir del edificio, hasta que recordó que eran los nuevos empleados, en la distancia, un pelinegro que se retiraba se le hizo familiar, el recuerdo del castaño, otra vez, se hizo presente...

-Definitivamente me estoy volviendo loco, algo tengo que hacer para que salgas de mi cabeza  -se auto regañaba-.

Subió a su oficina y se encontró con Kirishima, estaba entregando unos documentos a la secretaria, lo notó más relajado que el día anterior, se saludaron y entraron juntos a su oficina, su asistente comenzó con el resumen de la agenda, estuvo tentado a decirle que lo vio en el restaurante, pero decidió callarse, no quería hablar y que saliera el tema del castaño, tenía que olvidarlo.

En cambio Kirishima, notó que algo estaba afectando a su jefe, primero pensó que anoche se peleó con sus amigos, como siempre suele pasar, pero eso nunca lo afecta, es más lo entretiene, así que supuso que era por su ex amante, no quiso preguntar para no echar sal en la herida y siguió detallando lo de la agenda y la entrega y posterior traslado a su departamento.

-Mañana ya se puede volver a su departamento  -hablaba con seriedad-  ¿quiere que organice todo para el traslado de los señores Feilong y Mikhail?

-Sí por favor, -Asami dudó un segundo y continuó-  igualmente encárgate de mis cosas, ya es hora, volveré a mi departamento también.

-Cómo usted ordene, con permiso.

-Adelante -y comenzó a leer unos documentos-.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora