GRACIAS NII-CHAN

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Asami una vez que su castaño se vio rodeado de sus amigos, le dejó para que les atendiese y recibiese toda la atención que se merecía, de vez en cuando le veía reír por algún comentario, otras brindando, sin duda, esa noche terminaría con unos cuantos tragos de más, pensaba. Él se quedó con los "mayores" conversando, su cuñado, les contaba anécdotas de su castaño de cuando era un niño, sacando algunas risas, siente mucho respeto por Takahiro, quien tuvo mucho valor al hacerse cargo de su hermano pequeño, abandonando sus estudios superiores para trabajar y proveerle lo necesario, otro hubiese sido egoísta y dejar que el departamento de familias, se hiciese cargo del menor, Misaki siempre le recuerda, que le debe todo a su hermano mayor y ahora él mismo, le debe por haber criado a tan bello ser.

Un DJ comenzó a poner música y a animar la fiesta, pronto la pista estuvo colmada de parejas o grupos bailando, de a poco todos se iban animando y se atrevían a bailar, Misaki se acercó dónde estaban su novio y su hermano, apenas comenzó la música, vio como su sobrino aplaudía divertido y se movía al compás.

-Mahiro,  -le estiraba los brazos-  venga vamos a bailar.

El pequeño inmediatamente aceptó ser cargado y se fue a divertir con su tío, mientras bailaban, a veces él mismo se movía estando de pie y otras pedía ser cargado de nuevo, estuvieron un buen rato en la pista, hasta que Mahiro comenzó a bostezar y acurrucarse en los brazos de Misaki, el castaño lo acomodó, dejando su pequeñita cabeza descansar en su hombro y comenzó a moverse para que se durmiese, de vez en cuando besaba sus cabellos y se llenaba de su aroma, levantó los ojos y vio que Asami le miraba, por la poca luz, no distinguía bien su expresión, le hizo un guiñó, invitándole a unirse.

Asami observaba la escena con un poco de melancolía, Misaki se veía precioso, mientras bailaba con su sobrino, el pequeño reía divertido, cuando estuvo cansado, le vio acomodarse en los brazos del castaño y éste lo mecía para que durmiese... cuánto desea que esa escena se repita, pero con su propia hija, sacudió su cabeza al darse cuenta de su anhelo.

-Sayumi  -murmuró al recordar su sueño-.

Cuando el castaño le hizo el gesto de que se acercara, no lo pensó dos veces y fue con ellos.

-Deja que te ayudo,  -cargaba a un dormido Mahiro, acomodándolo en su hombro-  ya debes estar cansado.

-Gracias cariño,  -ver esa estampa le emociona-  te queda muy bien ser padre.

Asami siguió sosteniendo en uno de sus brazos al pequeño, quien al parecer estaba muy cómodo sobre su hombro, con el otro brazo atrajo al castaño y comenzaron a bailar lentamente.

-Y a ti  -besaba los cabellos castaños-  el ser mamá.

Misaki se aferró al torso de Asami, no quería seguir ocultándole que iban a ser padres, cuando estuviesen solos, luego de la fiesta, se lo diría, ya lo había decidido.

Sus amigos miraban a la parejita, que como siempre se desconectaba de su entorno, eran sólo ellos y ahora con el pequeño en medio, se veían como una linda familia, como si se hubiesen puesto de acuerdo, Shinnosuke, Feilong y Manami, sacaron sus móviles e inmortalizaron la escena desde distintos ángulos, las luces de los flashes, sacó a los tórtolos de su ensoñación.

-¿Quién tomó la foto?  -el castaño miraba a todos-  quiero que me la envíen, por favor.

Los que le conocían, rieron por la reacción de Misaki.

-¡Jajaja!  -Asami reía divertido-  Tú y tu obsesión por las fotos.

-No es una obsesión,  -hacía un puchero-  sólo me gusta, tener esos recuerdos y revivirlos cada vez que miro las fotos.

-Siento interrumpir,  -Manami se acercaba-  pero me llevaré a Mahiro.

Asami con cuidado de no despertar al pequeño, lo entregó a su madre.

-Podemos pedir una canguro  -Asami acariciaba la cabecita de Mahiro-  para que lo cuide en la habitación, así disfrutas más tiempo de la fiesta.

-¿Se están quedando aquí? -el castaño sorprendido-  ¿cuándo llegaron?

-Llegamos ayer,  -Manami se acomodaba a Mahiro-  Asami-san nos pidió ayuda con unos detalles para tu fiesta.

-Gracias Ryūichi.

-Te mereces esto y más,  -lo abraza-  la idea fue mía, pero para llevarla a cabo tuve ayuda, tu familia, Shinnosuke y Feilong, fueron mis cómplices.

-Takahiro, no se lo pensó dos veces,  -Manami sonríe-  apenas recibió la llamada de tu novio, aceptó colaborar.

-No tenía nada que pensar,  -Takahiro interrumpió-  yo nunca pude hacerte una celebración por tu cumpleaños...

-Nii-chan  -interrumpió Misaki-  no necesitaba fiestas, tú me diste todo y siempre te lo agradeceré, cada año me comprabas un pastel  -las lágrimas le caen por las mejillas-  y estabas conmigo, no necesitaba nada más.

-Mi dulce Misaki,  -Takahiro también lloró y abrazaba a su hermanito-  pero yo, sí hubiese querido darte más, como una infancia acorde, con todo lo que implica, como darme molestias de vez en cuando.

-Para, por favor  -el castaño ya lloraba a mares-.

Manami se permitió derramar un par de lágrimas, su marido siempre le dice lo orgulloso que está de Misaki y de la culpa que siente por dejarle tantas horas solo cuando era pequeño, si bien el menor nunca se ha quejado y siempre tuvo una actitud correcta, a Takahiro le hubiese gustado que su hermano creciese como un niño normal, con amigos, dando problemas de vez en cuando y no como un niño que tuvo que hacerse cargo de su hogar a tan corta edad, mientras él trabajaba.

Asami y los demás, se conmovieron con la escena protagonizada por los hermanos, luego de compartir con Takahiro, comprendían el carácter de Misaki, fue criado sobre los pilares del respeto a los demás.

-Ya,  -Takahiro limpiaba el rostro de Misaki-  basta de momentos tristes, esta noche es para que la disfrutes y estés feliz.

-Gracias nii-chan.

-A mí no me des las gracias,  -señalaba al ojimiel-  la idea fue de Asami.

-No hablo de la fiesta,  -aguantaba las lágrimas-  lo digo por todo, gracias a ti, llegué hasta aquí,  -se reverenció en señal de respeto-  gracias nii-chan.

-Y lo volvería a hacer,  -con voz estrangulada-  eres mi orgullo Misaki,  -miró a su cuñado-  por favor, llévatelo a bailar.

Asami, obediente, cogió de la mano a su castaño y se lo llevó a la pista, en medio de abrazos y besos, mientras se movían con la música, le dejó llorar hasta desahogarse, luego sólo continuaron su vaivén al compás de la melodía.

Takahiro se abrazó a su esposa e hijo y dejó salir las lágrimas que contuvo, al rato sólo se quedó observando a su hermanito, que sonreía enormemente, mientras bailaba con su novio.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora