¡¡BIENVENIDA A CASA PRINCESA!!

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Luego de la retirada de todas las visitas, la familia Asami Takahashi, nuevamente quedó sola, Misaki y Asami, se dedicaron de disfrutar a solas de su princesa, Sayumi después de ser alimentada y cambiada, el ojimiel la arrulló entre sus brazos, hasta que cayó dormida. El castaño les observada desde la cama.

–Insisto, estás acostumbrando a Sayumi  -Misaki emite un quejido-  ¡auch!

–¿Qué sucede?  -Asami se acercó rápidamente a la cama-  ¿llamo a la enfermera?

–Estoy bien, sólo que al hacer movimientos bruscos, me duelen las caderas.

–Descansa ahora que Sayumi duerme,  -observa a su pequeña entre sus brazos-  yo les cuidaré.

–Ryūichi, eso iba a decir antes, estás acostumbrando a Sayumi a estar en brazos, ahora no es problema, pero cuando tengamos que volver a nuestras obligaciones, tendremos problemas.

–Ya pensé en ello,  -el ojimiel sonríe de medio lado-  para cuando volvamos a la oficina, estará todo listo.

–¿Qué has hecho?  -Misaki entrecierra los ojos-.

–Lo que cualquier padre haría por el bienestar de sus hijos.

–¡Ryūichi!  No me respondas con evasivas.

–Cariño, no he hecho nada malo,  -Asami sube a la cama y se acomoda al lado del castaño-  sólo pedí que crearan un acceso entre tu oficina y la del lado, también que la habilitasen como una pequeña guardería.

–¿En serio? -Misaki sonríe enorme-  eso me alivia, debo reconocer que me costará separarme de mi princesa, pero ahora estaré al pendiente.

–Kirishima, ya está buscando al personal adecuado,  -el ojimiel besó la sien de Misaki-  yo tampoco iba a estar tranquilo, la seguridad de Sayumi es primordial y si tengo que convertir la oficina en una guardería, que así sea.

–Gracias amor,  -el castaño se acurruca al lado de Asami-  ¿por qué no pones a Sayumi en medio? Así yo también puedo hacerle mimos.

Asami hace lo que Misaki pide, durante unas horas, durmieron los tres en completa tranquilidad. La notificación de una videollamada, sobre saltó al ojimiel, quiso silenciar el móvil para que sus dos amores no despertasen, pero ya era tarde, el castaño reconoció el tono personalizado...

–Es Fei,  -Misaki aceptó la videollamada, al tiempo que se sentaba apoyada al cabecero-  ¡Hola! ¿cómo está el pequeño Wang?

–¡¡Felicidades!!  -Mikhail y Feilong aparecían con su hijo en brazos-.

–¿Seguro que acabas de dar a luz?  -el chino entrecerraba los ojos-  te veo estupendamente.

–...-el castaño soltó una risa, recordando el aspecto de Feilong luego del nacimiento de su hijo-  sí, mira  -enfocó a su hija dormida a su lado-.

–Seguro que Asami le ha dado un poco de whisky,  -Mikhail se acaricia el mentón-   porque no es normal que duerma tan plácidame...

–No digas estupideces  -Asami se asomó para que le viesen-.

–Entonces ¿cómo le hacéis para que duerma tan tranquila? Compartid el truco, -el ruso baja los hombros derrotado-   nosotros aún batallamos para que Wang se duerma a su hora.

–Esto es injusto,  -Feilong miró con ojos feroces a Asami-  hasta tú, estás con buena cara.

–No hay ningún truco,  -Misaki hablaba divertido-  mi princesa, apenas llora y no te desesperes, el pequeño Wang aún se está acostumbrando.

–¿Y cuánto demora en acostumbrarse?  -Fei a pesar de quejarse, besa la mejilla de su pequeño-  porque este bribón ya casi cumple 3 meses y aún nos tiene durmiendo de día y despiertos de noche.

Y... Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora